9 de marzo de 2012
BBC
A veces se trata de un sobre blanco sin ninguna inscripción alguna dejado detrás de los libros de misa en una iglesia. Otras veces es debajo de un felpudo a la entrada de una casa.
Unas veces simplemente es dejado en forma anónima en la recepción de un periódico local. Nadie ve nunca quién es el donante misterioso.
Todo lo que saben los vecinos de la ciudad es la cantidad de dinero dejada por él o ella (o quizás ellos). Un total de 190.000 euros (US$ 250.000) hasta ahora.
Aunque es probable que el donante misterioso haya donado más. Ya que deja los fajos de billetes (20 de 500 euros en cada ocasión) donde no es seguro que alguien los encuentre.
La semana pasada, por ejemplo, una enfermera del hospicio de Braunschweig divisó un sobre debajo del felpudo de la puerta del frente. Pero lo vio ella como podría haberlo hecho alguien menos escrupuloso.
La forma más fácil y segura habría sido simplemente meter el sobre en el buzón del hospicio. Puede que el donante misterioso experimente cierta emoción al llevar acabo estas misiones caritativas.
En boca de todos
El misterio sobre la identidad del donante está en boca de todos en la ciudad y las teorías abundan. Las donaciones son frecuentemente acompañadas por un recorte del periódico local, el Braunschweiger Zeitung.
En un caso, el recorte se refería a un niño que había quedado paralítico en un accidente al practicar natación, y su nombre aparecía subrayado en el artículo.
Entonces, es evidente que el donante lee el Braunschweiger Zeitung. Más allá de eso, ¿quién puede saber algo?
La teoría favorita es que se trata de una persona mayor que no tiene familia o que se ha peleado con ella.
Otra teoría habla de un Robin Hood moderno, que redistribuye lo de los ricos entre los pobres. Esa la opinión de Michael Knobel, administrador del hospicio Am Hohen Tore de Braunschweig.
Sea quien sea, le gustaría poder darle las gracias. "Es extraño para nosotros no saber quién es él o ella, ya que nos gustaría invitarlo a tomar un café", explica Knobel.
Anke Burckhardt, una enfermera del hospicio, dijo que el dinero sería bien usado, para brindar formación a los empleados sobre cuál es la mejor forma de cuidar a aquellos que saben que se están muriendo.
Ella, como todos en Braunschweig, tiene una teoría: "Debe ser alguien que ganó mucho dinero en la lotería y simplemente está tratando de hacer algo bueno".
"Cuento de hadas"
Hans-Juergen Kopkow, pastor de la iglesia de San Marcos, encontró un sobre colocado detrás de unos libros sobre un estante a la entrada del templo. Al principio, no lo vio, pero lo notó cuando movió el estante al cerrar la iglesia un sábado por la noche.
"Creo que es un hombre rico que no tiene a quién dejar el dinero. En esta congregación sabemos qué hacer con el dinero. Podemos dárselo a gente con grandes necesidades. Esta persona producirá mucho regocijo en la gente", explica Kopkow.
Algunos, con menos sentido de la generosidad, piensan que el donante puede estar un poco loco. Pero el pastor responde a esa sugerencia con una sonora carcajada: "definitivamente no está loco".
El denominador común parece ser el Braunschweiger Zeitung, cuyos recortes acompañan muchas de las donaciones. Su editor, Henning Noske, aseguró que decidieron no poner a los periodistas a tratar de descubrir la identidad del donante, aunque el misterioso personaje parece disfrutar del riesgo de ser descubierto.
"Desea permanecer anónimo y debemos respetarlo. Entonces es anónimo, anónimo, anónimo hasta donde nos concierne", explica Noske.
¿Y la emoción que el donante siente al meterse en lugares públicos para dejar el dinero cuando nadie lo ve? El editor agrega: "¿Lo encontrará la gente que necesita el dinero? Es lo que tiene de cuento de hadas, un cuento de hadas de la vida real".