15 de febrero de 2019
La Opinion
Si todavía haces pagos a una compañía financiera, banco o tu propio concesionario, significa que no has acabado de pagar tu préstamo de auto (car loan) y el vehículo que manejas no es técnicamente tuyo… todavía.
Cuando nos comprometemos a pagar un auto en pagos, aseguramos que mes con mes haremos los pagos especificados en el contrato hasta llegar a la cantidad que equivale al valor del auto, más intereses, y recibir así nuestro título de auto liberado. Sin embargo, en algunas ocasiones las circunstancias de la vida nos impiden cumplir con esas obligaciones, pues puede que una emergencia surja o que incluso se pierda un ingreso que haga que nos retrasemos en nuestro pago.
Si tu estas retrasado en tu pago de auto te tenemos una noticia: no eres el único, pues de acuerdo con con un estudio reciente llevado a cabo por el Banco de la Reserva Federal de Nueva York, una cifra récord de americanos se encuentran hasta 90 días retrasados en sus pagos de autos: casi 7 millones de personas.
Ese número es más alto, por un millón, que aquel que se registró a finales del 2010, según explica Fortune.
Según la Reserva, puede que los retrasos en pagos se deban a la alta tasa de desempleo, la cual se encuentra a 4.0%, según la Conferencia Nacional de Regulación Estatal (NCSL).
¿Por qué pago tanto por mi préstamo de auto?
Hay que tener en mente que las compañías que hacen estos préstamos cobran una tasa de interés, conocida en inglés como ARP, la cual determina el monto a pagar cada mes.
“El promedio nacional para las tasas de interés de los préstamos para automóviles en EEUU es de 4.21% en préstamos a 60 meses. Sin embargo, para los consumidores individuales, las tasas varían según el puntaje de crédito, la duración del préstamo, la antigüedad del automóvil que se financia y otros factores relevantes al riesgo de un prestamista al ofrecer un préstamo”, explica Value Pinguin.
Debido a que los bancos o compañías prestamistas están pagando por el auto, el concesionario no puede otorgar el título de auto (factura) al comprador hasta que éste termine de pagar su préstamo con el creditor. Estos préstamos de autos pueden ser utilizados para comprar un auto nuevo, uno usado o incluso un contrato de arrendamiento.