7 de diciembre de 2022
La Opinion
Un reporte difundido por el Wall Street Journal revela que las protestas de los trabajadores chinos sobre las medidas extremas adoptadas por su gobierno para contener el aumento de contagios de COVID-19 y los bloqueos surgidos en varias ciudades industriales, los cuales repercuten en la productividad de compañías estadounidenses, han comenzado a reducir las solicitudes de estas relacionadas con pedidos de manufactura.
El problema es tan serio que varias empresas planean alejarse de China y contemplan planes alternativos para producir lo que requieren en otros lugares de Asia, como India y Vietnam.
De acuerdo con el canal de noticias CNBC, el comportamiento de la cadena de suministro china muestra que en las últimas semanas sus pedidos procedentes de Estados Unidos han mermado hasta en 40%, lo cual resulta preocupante para una nación considerada la mayor fábrica del mundo.
Por su parte, la Oficina Nacional de Estadística detectó que el índice de gestores de compras (PMI) del sector manufacturero chino, el cual mide el rendimiento de su industria, se situó en 48.0 en noviembre, la lectura más baja en siete meses.
— Rep. Claudia Tenney (@RepTenney) December 5, 2022
Y es que la falta de certidumbre que existe en China con relación a que sus trabajadores puedan seguir produciendo en los tiempos de respuesta que demanda el mercado consumidor a nivel global ya está empieza a causarle daño a las compañías a las cuales les brinda servicio.
Al déficit de al menos 6 millones de dispositivos iPhone Pro al que se dirige Apple de cara a la temporada de ventas de fin de año, este lunes se sumó una fuerte caída del 29% reportada durante noviembre en los ingresos del fabricante de productos electrónicos Foxconn, el cual tiene contratados a cerca de 300 mil trabajadores chinos para que le trabajen ensamblando dispositivos móviles en la ciudad de Zhengzhou, donde ha sido recurrente el parón en las líneas de producción en las factorías.
Por si esto fuera poco, el sentimiento empresarial en la industria de servicios y construcción china, el cual se mide a través del PMI no manufacturero, también retrocedió al pasar de 48.7 en octubre a 46.7 en noviembre.
Lo único cierto hasta el momento es que las autoridades de sanidad en China durante más de tres años han fracasado en el intento por normalizar la vida más de mil millones de habitantes quienes después de su encierro obligatorio aspiran a retomar sus actividades cotidianas.