La Opinion
¿Cuándo tienes que empezar a hablar de dinero con tus hijos? ¿Qué les puedes decir? ¿Cómo hacerlo?
Es un aprendizaje necesario y es bueno que esté en manos de los padres porque con él se transmiten valores cívicos y "moldea la forma en la que nos comportamos para siempre", dice Laura Levine, de JumpStart.org, una organización comprometida con la educación financiera a niños. Te damos pistas para hacerlo:
Hay que empezar cuanto antes. Según la Oficina de Protección al Consumidor Financiero (CFPB), "preferiblemente cuando tu hijo/a empiece a preguntar: quiero eso o ¿puedo tener esto?". Levine explica que siempre hay "un momento adecuado para cada familia. Los niños en pre-k entienden el concepto y se les puede empezar a hablar a nivel básico".
En el CFPB se indica que una manera de empezar la conversación con niños de tres a cinco años, es explicar que con el dinero se compran cosas y es fruto del trabajo.
El valor del dinero. Los niños no le dan al dinero el valor que tiene por eso cuando son pequeños hay que enseñarles a identificar monedas y explicar cuántas se necesitan para comprar un helado o un juguete. Levine explica que los niños ahora apenas ven monedas y están más familiarizados con las tarjetas "pero es importante que las conozcan".
Glenn Kurlander, director de gestión de patrimonio de Morgan Stanley, dice que los niños pueden conocer los precios pero hay que ponerlo en contexto para que tengan sentido. Pueden saber que un helado cuesta $1.50 pero hay que contarles eso en relación a lo que valen sus galletas favoritas o un juguete.
El otro valor del dinero. Cómo gestionar el dinero no es solo una cuestión económica. También es un gran momento para enseñar valores como el ahorro, ser consciente del gasto o entender el interés que tienen las posesiones. Ahora bien, como dice Kurlander, los niños son muy observadores y críticos. No puedes decirles que hay que ahorrar si tú no lo haces.
Enseñar a ahorrar. Hay que enseñarles que una cosa es querer y otra necesitar y que lo primero es más importante que lo segundo. Es algo fácil de explicar si vas al supermercado con ellos. Necesitas leche y quieres chocolate pero hay que priorizar. "Ese tipo de diálogo ayuda a formar una lógica para tomar decisiones", dice Levine.
Hay que explicarles que pueden ahorrar para conseguir algo que quieran. Tener un objetivo ayuda a dar sentido al ahorro y acostumbra a retrasar las gratificaciones. Es bueno que los niños tengan dos botes para poner el dinero que les den , uno para gastar, otro para ahorrar.
Cuando no hay mucho. A muchas familias les resulta difícil hablar de dinero cuando no tienen mucho. "Pero no hablar de ello no elimina el problema y los niños cuando reciben una explicación pueden perder la ansiedad que de una manera u otra se les haya transmitido", explica Levine. Esta experta aconseja que se prepare el terreno para entender qué pasa cuando hay un revés económico y sepan entender los recortes de gastos. Las explicaciones ayudan, el misterio crea ansiedad