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  Por el libro

24 de junio de 2020

El nubarrón con polvo del Sahara que arropa a Puerto Rico y que mantiene a muchos en sus casas por temor a contraer enfermedades, es similar al que a diario sufren los residentes cercanos a la planta de carbón de Guayama y en los barrios próximos a los vertederos de Peñuelas, denunció hoy Jimmy Borrero, uno de los portavoces del Comité Contra las Cenizas de Carbón.

“Eso mismo que estamos sufriendo ahora los residentes de todo Puerto Rico con el polvo del Sahara lo sufre todos los días la gente que vive alrededor de la planta de carbón de Guayama y lo sufrimos en Peñuelas. Ahora la gente puede comprender lo que hemos sentido y lo que todavía sigue sintiendo todos los días la gente de Guayama”, dijo Borrero, en entrevista telefónica con Primera Hora.

“Ahora mismo está todo el mundo escondido en sus casas, la gente no quiere salir y eso mismo le pasa a la gente de Guayama los 365 días del año. Ahora estamos recibiendo ese polvorín dos o tres días, pero la gente de Guayama tiene que estar respirando cenizas tóxicas todo el año”, sostuvo Borrero.

Dijo que la planta cogeneradora Applied Energy Systems (AES), ubicada en Guayama, continúa almacenando cenizas a la intemperie, lo que afecta a las comunidades aledañas. “En los últimos seis meses ha hecho un viento fuerte que levanta las montañas de cenizas y eso le llega a la gente en sus casas. Eso es razón para nosotros seguir la lucha contra las cenizas hasta que no cierre la planta de carbón”, indicó el líder comunitario.

Destacó que las enmiendas a La Ley 40, que firmó a principios de este año la gobernadora Wanda Vázquez Garced prohíben a la planta depositar cenizas en vías públicas, terrenos, vertederos y cuerpos de agua. “También prohíbe los supuestos usos beneficiosos, pero las tienen tiradas en montañas en los terrenos de la planta de Guayama y el gobierno se hace de la vista larga”, sostuvo.

“El alcalde de Guayama nunca ha estado en ninguna protesta ni ha hecho nada por la salud de su pueblo”, agregó Borrero.

“En Peñuelas, nosotros también llevamos muchos de años respirando montones de cenizas desde que las empezaron a llevar al vertedero, aproximadamente desde 2014. No le echaban agua ni nada. Cuando hacía viento esas cenizas se levantaban y llegaban a las casas de nosotros en los barrios Tallaboa, Seboruco y Juncos”, precisó el portavoz del Comité.

Dijo que estos contaminantes y residuos tóxicos afectaron la salud de muchos peñolanos que desarrollaron enfermedades en las vías respiratorias y cáncer. “Muchos murieron. Conozco personas que nunca fumaron y se enfermaron. No podían salir ni al balcón de las casas”, narró.

Dijo asimismo, que desde antes de las cenizas, ya Peñuelas venía sufriendo la fuerte contaminación de las petroquímicas que se establecieron en la Bahía de Tallaboa en los años 50.

“Por muchos años lo que se respiraba era veneno, estaban las chimeneas prendidas botando contaminantes al aire. A pesar de que estas industrias cerraron dejaron los terrenos contaminados, edificios con asbesto y nunca el área se ha limpiado”, denunció Borrero.

“Esa contaminación fue a parar al acuífero y al mar. Acabaron con toda la vida marina. Vivimos en un País donde está todo contaminado, el aire, la tierra y el mar. Ya no hay pesca como antes. Las generaciones futuras no van a tener aire limpio para respirar, agua para tomar ni qué comer”, sostuvo el líder comunitario.


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