18 de mayo de 2022
La Opinion
El Servicio Postal de Estados Unidos (USPS por sus siglas en inglés) tiene previsto subir los precios de su estampilla Forever, de ¢58 a ¢60 centavos, para el mes de julio. Sin embargo, no sería el único aumento previsto en el corto plazo.
El director general de correos, Louis DeJoy, dijo en días pasados que se espera que el servicio de entregas siga elevando sus precios “a un ritmo incómodo” hasta que la agencia se vuelva autosuficiente.
La serie de medidas busca amortiguar las estimaciones de pérdidas de la agencia. En la reunión de junta de gobernadores del Servicio Postal, DeJoy dijo que se podrían perder alrededor de $110,000 millones de dólares en los próximos 10 años.
A principios de año USPS subió las tarifas de Priority Mail y Priority Mail Express, en 2.7%, y 4.3% respectivamente. Dejoy dijo que se buscarán otros incrementos de precios del 3% al 5% en enero, aunque no precisó qué tarifas.
Con el fin de reforzar la agencia, frente a sus desafíos financieros y fuertes competidores, como DHL y UPS, se firmó la Ley de Reforma del Servicio Postal de 2022, por el presidente Joe Biden.
Dentro de la estrategia se espera generar ahorros de hasta $50,000 millones de dólares para la siguiente década. Esto derivado de la finalización del requisito del pago de USPS a un fondo de beneficios de salud para empleados actuales y jubilados durante 75 años. Ahora los empleados postales jubilados deberán inscribirse a Medicare.
Como parte de los ajustes, se garantizará la entrega del correo seis días a la semana y se hicieron cambios en los estándares de tiempos de entrega. A partir del 1 de mayo, se considera que los paquetes de primera clase se entregan a tiempo si llegan dentro de los cuatro o cinco días, en lugar de tres días como se estaba acostumbrado. Esto aplica a más de 30% de paquetes de esta categoría.
La intención de ralentizar los tiempos de entrega de USPS, es depender más de su red de transporte terrestre, que funciona al 40% de su capacidad. La agencia busca ser más eficiente y al mismo tiempo ahorrar dinero y brindar un servicio más confiable que no se vea afectado por las condiciones cambiantes y costos de transporte por aire.
Aunque se desconoce si subirán los precios a futuro, miembros del Congreso han diferido del aumento y han mostrado su preocupación respecto a los tiempos de entrega.