Diario Las Americas
/ Foto por: Google.com/Miami Herald |
Tras 50 y tantos años de vuelos irregulares entre EEUU y Cuba, las aerolíneas estadounidenses intensifican la competencia entre ellas para ganar la ansiada aprobación del U.S. Department of Transportation, que les permitirá cubrir la imprescindible ruta entre Miami y La Habana, que anticipa el traslado de un millón de pasajeros, cuando las restricciones de viajes, a ambos lado del Estrecho de la Florida, sean verdaderamente levantadas.
Tras el anuncio el pasado mes de febrero, de que EEUU comenzará a adjudicar rutas lo antes posible, a más tardar en el verano, grandes empresas aéreas, como American Airlines, Delta y United, además de JetBlue, Spirit y Southwest Airlines, libran una intrincada batalla de palabras y promesas que podrían abaratar el alto precio de un billete entre el sur de la Florida y la isla caribeña, que suele rondar los 400 dólares.
Por ejemplo, American Airlines, que solicita 10 vuelos diarios a La Habana, procedentes de Miami, además de cinco originados en otras ciudades estadounidenses, así como 10 adicionales, que serían distribuidos durante los siete días de la semana, a otros aeropuertos internacionales de la isla, califica la solicitud de seis vuelos diarios de Southwest Airlines, entre Fort Lauderdale y La Habana, de “absurdo”, según la petición de la aerolínea.
Mientras tanto, el director ejecutivo de American Arlines, Doug Parker, manifestó a través de un comunicado: “La propuesta de American Airlines proveerá la solidez necesaria para el crecimiento de las relaciones comerciales y culturales entre EEUU y Cuba.
Entre los cinco vuelos procedentes de otras ciudades estadounidenses, destaca la ruta Los Ángeles-La Habana, que también ha sido solicitada por Alaska Airlines, una aerolínea que mantiene una fuerte presencia en los aeropuertos que prestan servicio en la costa del Pacífico.
Sin embargo, American Airlines, considerada la empresa aérea más grande del mundo, que cuenta con una flota de 945 aviones y suma 344 destinos, declaró que Alaska Airlines “no guarda una relación racional a la demanda histórica, actual o futura” con la isla caribeña.
Por otra parte, Southwest Airlines, que presta servicio a Fort Lauderdale, un aeropuerto que compite con Miami, por su cercanía y presencia de aerolíneas de bajo coste, advirtió que “ofrecerá tarifas más económicas que American Airlines, Spirit y JetBlue”.
“El pastel está listo, o casi listo, y las grandes empresas aéreas estadounidenses se alistan frente al horno para asegurar su tajada”, señaló la propietaria de Santana Charters, Clara Howard, un agente intermediario que organiza listas de pasajeros que desean volar a la isla caribeña desde Miami.
De hecho, Howard, que organizó un sinfín de vuelos en los últimos cinco años, cree que “el pastel podría aumentar de tamaño, luego que las autoridades de EEUU suspendieron la restricción de viajes para ciudadanos estadounidenses. Ahora falta que Cuba no exija a los cubanoamericanos portar un pasaporte cubano”.
La apertura definitiva de la ruta traería un aumento significativo de la cantidad de pasajeros. “A ello, a la suspensión de las restricciones y al futuro de las relaciones comerciales apelan las aerolíneas. Por eso es la gran batalla que libran hoy”, resaltó.