The Wall Street Journal
Marissa Yu trabaja en una oficina ajetreada, rodeada de 120 colegas en un espacio mayormente abierto. Sin embargo, cuando tiene una pregunta, necesita una actualización o intenta ponerse en contacto con alguno de sus colegas, es como si hablara con la pared.
"Los llamas una, dos, tres, cuatro veces, y no responden", afirma Yu, directora de interiores de PageSoutherlandPage, una firma de arquitectura e ingeniería, en Houston. "Marcas su extensión y no atienden el teléfono".
Los culpables: auriculares con los que escuchan música o bloquean el ruido. Alrededor de tres cuartos de los colegas de Yu los usan, y cada vez más se convierten en el accesorio de rigor para las orejas en oficinas en todos lados. Muchas personas sostienen que los auriculares son buenos para bloquear distracciones. Y mientras unos pocos empleadores prohíben su uso, la mayoría los toleran como una forma de darles a los empleados algo de privacidad en una oficina abierta.
Las investigaciones ofrecen poco sustento para la idea de que escuchar música mejora la concentración, afirma Robert Desimone, director del Instituto McGovern para Investigación Cerebral del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT). En un estudio con 102 estudiantes universitarios en Taiwán, escuchar música con letra se relacionó con menores calificaciones en pruebas de concentración, según la investigación publicada este año por la revista Work. En un estudio aparte, escuchar música hip-hop se relacionó con una reducción significativa en puntajes de pruebas de lectura, según un estudio de 133 adultos publicado en 2010 en el Journal of the Scholarship of Teaching and Learning.
Un tercer estudio de 89 estudiantes de entre 19 y 28 años, encabezado por investigadores de la Universidad Católica Fu Jen en Taiwán, descubrió que a los trabajadores que les encantaban o detestaban escuchar música donde trabajaban obtuvieron puntajes más bajos en las pruebas de atención, en comparación con los empleados que no tenían una postura fuerte sobre la música o que trabajaban en espacios sin música. Por naturaleza, la gente presta más atención a música que les gusta o que les molesta mucho, lo que afecta su capacidad de concentrarse, concluye el estudio.
En la oficina, escuchar música con letra mientras se intenta leer o escribir puede distraer a los empleados al sobrecargar regiones del cerebro de procesamiento verbal, afirman los neurocientíficos.
La corteza prefrontal, el centro de control del cerebro, debe esforzarse más para obligarse a no procesar cualquier estímulo verbal fuerte, como la letra pegajosa de una canción, que compite con el trabajo que uno intenta realizar, señala Desimone. Mientras mayor sea el trabajo cognitivo requerido para dejar de lado estímulos no deseados, menores recursos cognitivos quedan para realizar la tarea deseada. Y mientras más tiempo se pase tratando de concentrarse en medio de distracciones que compiten por su atención, es probable que peor sea su desempeño. "La atención requiere esfuerzo mental, y podemos cansarnos mentalmente", afirma.
Los individuos responden de distintas formas a la música, afirman los científicos. Para algunos, una pieza musical conocida sin letra puede servir como bloqueador de sonido, lo que ayuda a filtrar la voz potente de un colega.
Usar auriculares que reducen el ruido puede ser una ayuda aún mayor para concentrarse. Los auriculares pueden filtrar hasta tres cuartos del ruido de la oficina, afirma Steven Orfield, presidente de Orfield Laboratories Inc., una empresa de diseño, investigación y pruebas de arquitectura con sede en Mineápolis. Pero cuando la persona se los quita, "por un par de minutos, todo va a sonar muy fuerte" mientras los oídos se adaptan, afirma Orfield. "Quizás usted hable más fuerte".
Del avión a la oficina
Los auriculares que bloquean el ruido, que fueron desarrollados por Bose Corp. para pilotos de aerolíneas hace más de 20 años, suelen ser vendidos entre los pasajeros de líneas aéreas; funcionan especialmente bien en aviones porque ayudan a cancelar el zumbido de baja frecuencia de los motores del avión. En una oficina, pueden ayudar a reducir los sonidos de frecuencia más alta de las voces y otras actividades habituales, así que "el usuario disfruta de un nivel controlable y cómodo de volumen", afirma David Reynolds, un consultor de administración de instalaciones en Mississippi. Esto reduce la fatiga para alguna gente, sostiene.
Pero los auriculares en sus distintas variantes pueden causar resentimiento entre los colegas. Su uso fue citado como un gran problema de etiqueta en la oficina en 2010 en una encuesta entre 1.400 directores de información realizada por la firma de personal Robert Half Technology, con sede en Nueva York.
Micki Washington, de 33 años, directora de proyecto de PageSoutherlandPage, afirma que necesita música para trabajar pero elige piezas instrumentales o jazz brasileño, con letras en un idioma que no puede entender. (La música en inglés, su idioma, puede distraerla tanto que tiene "una tendencia a cantar a la par"). Por las mañanas escucha música más fuerte y de ritmo más rápido para ayudarla a despertarse, y prefiere música más suave, clásica, cuando necesita concentrarse en temas de trabajo.
Los empleados de PageSoutherlandPage son libres de hacer "cualquier cosa que ayude a la productividad", afirma Kurt Neubek, director asociado. Aunque el diseño abierto de la oficina de la empresa ayuda a que los empleados colaboren entre sí, "todos necesitan tiempo para ellos, y ponerse unos auriculares es una forma fácil de hacerlo".
Patrick Ramsey, de 24 años, ingeniero de software en Name.com, un registro de nombres en línea y empresa de gestión web, con sede en Denver, también escucha principalmente música instrumental con auriculares, pero sólo cuando escribe código. La música interfiere cuando intenta escribir un e-mail o reseñas de documentos, pero su "ritmo repetitivo" lo ayuda con el proceso lógico, paso a paso, de programar, sostiene.
Él se concentra tanto que casi saltó de su asiento cuando su jefe le tocó el hombro hace poco mientras escuchaba a su grupo de jazz-reggae favorito, Thievery Corporation.
Bill Mushkin, fundador y presidente ejecutivo de Name.com, permite que sus 30 empleados trabajen de la forma que les parezca mejor, dice. "El desafío es darles lo que necesitan para hacer sus trabajos sin permitir que el lugar se vuelva una locura total".
La tendencia hacia un diseño abierto en las oficinas, con separaciones bajas o sin separación alguna y muchas paredes de vidrio, puede aumentar las distracciones y ha hecho más populares los auriculares.