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El Servicio Postal dejará de repartir correspondencia casa por casa los sábados, una movida que sostienen les ahorraría $2,000 millones anuales y que es parte de un plan para atajar un déficit gigantesco que amenaza su supervivencia y que ya afecta el plan de pensiones de los carteros. El plan, que comienza en verano, no incluye la repartición de paquetes ni la operación de sus estaciones, actividades que continuarán ocurriendo los sábados, igual que el resto de la semana.
"No aceptamos dinero de impuestos. No queremos dinero de impuestos", dijo el Postmaster General Patrick Donahoe hoy al anunciar el plan.
La cantidad de correspondencia de Primera Clase (cartas) que maneja el Servicio se ha reducido dramáticamente desde 2008, y el año pasado el Servicio tuvo una pérdida de $15,900 millones y no pudo hacer contribuciones a su plan de pensión, así como que se quedó sin margen para tomar prestado.
Ya el Servicio había cortado 193,000 empleos y consolidado 200 centros de procesamiento pero este recorte del servicio del sábado le va a permitir cortar más empleos, explicó Donahoe.
"Los hábitos postales de América están cambiando. Esto es sentido común", añadió. Según el USA Today, además de la reducción en el volumen de correspondencia, el Servicio enfrenta unos compromisos difíciles con sus pensionados, impuestos por el Congreso, que implican una escala cada vez más ascendente de cobertura de servicios médicos.