1 de abril de 2024
La Opinion
La humanidad generó 62 millones de toneladas de desechos electrónicos en 2022, el equivalente a un millón y medio de camiones que, puestos en fila, darían la vuelta al mundo por el Ecuador y se espera que esta cifra aumente en un tercio de aquí a 2030.
A decir del Informe Mundial de Residuos Electrónicos presentado por la ONU, desde televisores desechados hasta teléfonos tirados, en todo el mundo se genera una enorme cantidad de residuos electrónicos. Las últimas investigaciones muestran que el reto mundial que plantean los residuos electrónicos no va a hacer más que crecer.
Según la descripción, la basura electrónica, también conocida como e-waste, consiste en cualquier artículo desechado que contenga un enchufe eléctrico o una batería. Pueden contener aditivos tóxicos y sustancias peligrosas como el mercurio, y representan un peligro para el medio ambiente y la salud.
El reporte establece que, en todo el mundo, se está aumentando en 2.6 millones de toneladas anuales, camino de alcanzar los 82 millones de toneladas en 2030, lo que supone una subida del 33% respecto a la cifra de 2022.
En ese sentido, describe que menos de una cuarta parte (22.3%) de los residuos electrónicos fueron reciclados adecuadamente en 2022, dejando 62 millones de toneladas de recursos naturales recuperables sin contabilizar y aumentando los riesgos de contaminación.
Sin embargo, ese 22.3% se prevé que se reduzca al 20% para 2030 debido a la creciente diferencia en los esfuerzos de reciclaje en relación con el asombroso crecimiento de la generación de residuos electrónicos en todo el mundo.
Mayor consumo, menos reparaciones, obsolescencia
Entre los retos que contribuyen al aumento de la brecha se encuentran el progreso tecnológico, el mayor consumo, las limitadas opciones de reparación, los ciclos de vida más cortos de los productos, la creciente electronificación de la sociedad, las deficiencias de diseño y la inadecuada infraestructura de gestión de los residuos electrónicos.
El informe subraya que si los países consiguieran elevar las tasas de reciclado de residuos electrónicos al 60% de aquí a 2030, los beneficios, incluida la minimización de los riesgos para la salud humana, superarían los costes en más de 38,000 millones de dólares.
Desde televisores desechados hasta teléfonos tirados, en todo el mundo se genera una enorme cantidad de residuos electrónicos.Crédito: Elizabeth Dalziel | AP
También señala que el mundo “sigue siendo asombrosamente dependiente” de unos pocos países en lo que respecta a los elementos de tierras raras, a pesar de sus propiedades únicas, cruciales para las tecnologías del futuro, como la generación de energías renovables y la e-movilidad.?
Cerca de la mitad de toda la basura electrónica está formada por dispositivos personales, como computadoras, pantallas, smartphones, tabletas y televisores.
El resto está compuesto por electrodomésticos más grandes, además de equipos de calefacción y aire acondicionado.
Un teléfono inteligente promedio contiene hasta 60 elementos, que principalmente son metales pesados que son muy valorados en la industria electrónica por su alta conductividad.
Si bien el reciclaje de los elementos de valor presentes en la basura electrónica, como el cobre o el oro, se ha convertido en una fuente de ingresos, sobre todo en países en vías de desarrollo.
Según la Organización Internacional del Trabajo (OIT), hasta 100,000 personas en Nigeria se cree que trabajan en el llamado sector de la basura electrónica, mientras que en China esa cifra se estima en 690,000, pero al no estar regulado, se convierte en un potencial peligro para la salud.