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  Por el libro

10 de diciembre de 2018

CNN Expansion

(CNN)- El gobierno del presidente estadounidense, Donald Trump, intentó un audaz rescate del sector del carbón, pero la agenda a favor de ese combustible no está logrando impulsar un renacimiento, y los analistas no ven uno en el horizonte.

A pesar de haber intentado apuntalar el carbón durante casi dos años mediante el retroceso las regulaciones climáticas, la industria continúa en fuerte declive: el consumo de carbón alcanzó su punto máximo en 2007. El auge del esquisto creó un exceso de gas natural barato en Estados Unidos y los costos de implementar la energía solar y eólica siguen descendiendo.

Se proyecta que el consumo de carbón en Estados Unidos disminuirá en casi 4% en 2018 a su nivel más bajo desde 1979, dijo el martes la Administración de Información de Energía de Estados Unidos (EIA, por sus siglas en inglés).

Al final del año, el apetito por el carbón se ubicará en un impactante 44% por debajo de los niveles de 2007.

Electricidad libre de carbón para 2050

Se trata de un cambio a nivel industria de plantas de energía que se alejan del carbón para adoptar el gas natural y la energía solar, eólica e hidráulica.

“Estamos viendo el darwinismo energético”, dijo Matt Gray, analista senior de servicios públicos y energía del centro de estudios Carbon Tracker, con sede en Londres. “El carbón ya no está realmente en la ecuación. Es una batalla entre el gas y las energías renovables”.

Se prevé que solamente un pequeño generador de carbón entrará en funcionamiento a fines de 2019, de acuerdo con la EIA, una unidad de datos y análisis dentro del Departamento de Energía.

Este punto quedó subrayado por los ambiciosos objetivos anunciados el martes por Xcel Energy. La compañía eléctrica se comprometió a proveer electricidad 100% libre de carbono a sus clientes para 2050.

Xcel, que tiene su sede en Mineápolis y sirve a ocho estados del oeste y medio oeste, planea reducir sus emisiones de carbono en un 80% para 2030 respecto a sus niveles de 2005.

“Estamos en una vía para brindar un futuro energético más sustentable y próspero”, dijo el CEO de la empresa, Ben Fowke, en un comunicado.

Xcel espera lograr lo que llama los objetivos más agresivos de reducción de carbono en la industria al duplicar su generación eólica, al continuar operando plantas nucleares sin carbono y al apoyarse en el gas natural como respaldo.

Xcel planea retirar 20 unidades de carbón entre 2005 y 2026, lo que representa el 40% de su capacidad de energía impulsada por carbón.

Los retiros de carbón se aceleran

Muchas otras compañías se han estado despidiendo del carbón. En 2017, se retiraron 529 generadores a base de carbón, eliminando una capacidad total de 55 gigavatios, de acuerdo con la EIA.

Hasta septiembre de 2018, se habían retirado otros 11 gigavatios de capacidad de generación impulsada por carbón y se prevé la eliminación de otros 3 gigavatios para fines de año, informó la EIA. Eso haría de 2018 el segundo año más alto de retiros de carbón en la historia.

“La industria está analizando su envejecida flota de carbón y dice: 'Puedo arreglar esto con un gran riesgo o pasar a las energías renovables y al gas natural a costos mucho más bajos'”, dijo Andy Roberts, director de investigación de mercados globales de carbón térmico en la consultora Wood Mackenzie. “Es una especie de obviedad”.

Esa mentalidad continuará en el largo plazo. Entre 2019 y 2024, otros 23.1 gigavatios de retiros de plantas de carbón han sido anunciados o ya han recibido aprobación regulatoria, de acuerdo con S&P Global Market Intelligence.

Las energías renovables han sido reforzadas por incentivos de los gobiernos estatales y a nivel federal. Gracias a esos incentivos, NextEra Energy anunció que el nuevo costo para construir energía eólica y solar es ahora inferior al de la operación de las centrales nucleares y de carbón existentes en Estados Unidos, según S&P.

John Ketchum, director financiero de NextEra Energy, recientemente lo calificó como el “mejor ambiente para las energías renovables de nuestra historia”.

El carbón aún es el rey en 18 estados

El carbón no está desapareciendo por completo. Sigue siendo la fuente de generación de electricidad más utilizada en partes de los Apalaches, como Ohio, Kentucky y Virginia Occidental, así como en estados productores de carbón como Colorado, Wyoming y Montana.

El carbón es la principal fuente de energía en 18 estados, en comparación con los 28 estados en que lo era hace una década, de acuerdo con la EIA.

Y la industria ha tratado de amortiguar la caída del carbón mediante un impulso a las exportaciones. Los mercados emergentes, incluidos China e India, siguen dependiendo del carbón para impulsar su rápido crecimiento.

 

Las exportaciones estadounidenses de carbón se dispararon 61% a 97 millones de toneladas cortas de carbón el año pasado. Pero esa cifra sigue por debajo del pico de exportaciones de 2012 y palidece en comparación con la demanda total de carbón de Estados Unidos de 691 millones de toneladas cortas en 2018, según la EIA.

Además de anunciar planes para retirarse del acuerdo climático de París, el gobierno de Trump también ha reducido las regulaciones ambientales que presionaban al carbón.

Se espera que la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos (EPA, por sus siglas en inglés), dirigida por el excabildero de la industria del carbón Andrew Wheeler, retire el martes regulaciones sobre el cambio climático que datan de la era de Obama, las cuales dificultaban la construcción de nuevas plantas de carbón, según los informes.

La Casa Blanca no respondió a las solicitudes de comentarios.

78,000 mdd en activos varados

Sin embargo, las compañías eléctricas están bajo presión para ir reduciendo sus plantas de carbón, antes de que sea demasiado tarde. El riesgo es que estas instalaciones de carbón se conviertan en activos varados, es decir, que se vuelvan obsoletas y ya no puedan proporcionar un rendimiento económico.

Según la estructura del mercado existente, las compañías de energía estadounidenses enfrentan un riesgo de activos varados por valor de 78,000 millones de dólares, de acuerdo con un estudio de Carbon Tracker publicado la semana pasada.

El centro de estudios estima que cuesta más operar el 70% de la capacidad de carbón de Estados Unidos que construir una nueva

 

Duke Energy enfrenta un riesgo de activos varados por 5,900 millones de dólares, el mayor en la industria, de acuerdo con las estimaciones de Carbon Tracker.

En un comunicado, Duke Energy dijo a CNN que retiró 47 unidades generadoras a base de carbón entre 2011 y 2017 y que planea retirar nueve más para 2024.

Duke Energy dijo que “evalúa continuamente” su flota, mantiene activos que tienen “sentido económico” y retira los que ya no son viables.

Según las estimaciones de Carbon Tracker, Vistra Energy y Southern Company tienen aproximadamente 4,000 millones en riesgo de volverse activos varados.

Vistra informó en un comunicado que a principios de este año retiró varias plantas de carbón que eran “poco rentables”.

 “No creemos que actualmente tengamos activos que cumplan con la definición de Carbon Stracker de activos varados”, dijo Vistra.

Southern Company no respondió a una solicitud de comentarios. La compañía dijo recientemente que más del 50% de sus unidades de carbón han sido retiradas o convertidas en gas natural.

Gray, el analista de Carbon Tracker, dijo que el riesgo es que los propios trabajadores del carbón también se queden varados.

“Como sociedad, necesitamos que los inversionistas y los gobiernos locales se unan para asegurarnos de que los trabajadores en esas minas y plantas no queden abandonados”, dijo.


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