El Nuevo Herald
Durante una fastuosa fiesta para cientos de invitados, los urbanizadores de North Miami Beach, Victor y Natalia Wolf, develaron su proyecto más ambicioso: una nueva ciudad en el corazón de Texas.
Allí, el matrimonio visualizaba una comunidad futurista llamada Sky Station, con miles de viviendas, tiendas de lujo, hoteles y rascacielos de oficinas.
“Un ejemplo único de urbanización”, dijo un inversionista.
Ahora, con los Wolfs ya acusados formalmente en un escándalo de terrenos en la Florida, agentes federales están investigando el espectacular colapspo del proyecto de Texas, uno de los mayores de su tipo, que afecta a docenas de inversionistas y con millones de dólares todavía sin aparecer.
Al final, un plan que prometía ser un modelo para el resto del país yace ahora cubierto de alambre de púas, reses y matorrales. Ni una sola casa se ha construido.
“Ellos destruyeron vidas humanas”, dijo el empresario de Coral Springs, Peter Mazzarino, quien invirtió con el matrimonio en la Florida.
Los Wolf están siendo buscados por el FBI por tramar una gigantesca estafa de terrenos en la Costa del Golfo de la Florida, pero no se sabe mucho de sus planes en Texas que costaron a inversionistas y prestamistas casi $77 millones.
Ese plan fue la última movida a gran escala del matrimonio para atraer a clientes de todo el país antes de huir de su majestuosa mansión frente al mar en Miami-Dade.
Los Wolf establecieron oficinas centrales en un rascacielos de cristal cerca de Biscayne Boulevard en Aventura, con un nuevo nombre: Sky Group of Texas. En realidad, resultó ser una oficina vacía con teléfonos que no funcionaban.
Incluso las cartas de la compañía que mostraban que tiendas de lujo tales como Saks Fifth Avenue y Neiman Marcus estaban entrando al proyecto resultaron ser falsas.
Años después de que los Wolfs huyeran del país, el fallido proyecto ha llamado la atención de inspectores postales de EEUU y agentes estatales en una investigación cuyo alcance se va ampliando.
Reguladores de Texas están tomando medidas para retirar la licencia a la compañía de títulos que llevó a cabo la compraventa de los terrenos, diciendo que la firma falsificó documentos que mostraban dónde se invertía el dinero.
Documentos clave fueron dados a conocer en una demanda federal, llevando a los inversionistas a acusar a los Wolf y otros de llevar a cabo un gigantesco fraude financiero en el que fueron atrapados 31 inversionistas, cinco bancos y otros tres prestamistas.
Inversionistas dicen que se movieron millones de dólares a través de varias cuentas de banco, incluyendo 30 compañías separadas, pero que sólo una fracción de ese dinero se invirtió en la construcción.
“Es pasmoso que se hayan gastado millones de dólares y que no haya nada hecho”, dijo Brian Vodicka, contable retirado quien perdió $915,000.
“Se suponía que esto iba a ser el nuevo sello de Austin en el mapa donde aparecería una nueva comunidad. Iban a construir una ciudad. Iba a haber carreteras. Iba a haber hogares. ¿Qué es lo que se ve aquí? Un establo en ruinas y una cabeza de ganado”.
Otros dos asociados del proyecto, Vitaly Zaretsky de Nueva Jersey, y Eugene Borokhovich, de 48 años, de Nueva York, no pudieron ser contactados para que comentaran al respecto.
En entrevistas anteriores, sus abogados dijeron que los asociados no violaron ninguna ley y que toda su compraventa de tierras fue supervisada por compañías de títulos.
Pero inversionistas afirman que reguladores estatales han encontrado suficiente evidencia de fraude como para cerrar la compañía de títulos por la manera de manejar el proyecto.
La oficina del FBI en Fort Lauderdale se niega a comentar sobre los Wolf, de quienes se sospecha ahora que eran parte de una red de ciudadanos rusos que se aprovecharon de los inversionistas durante el boom de la vivienda.
Durante casi un año, el matrimonio hizo viajes entre la Florida y Texas, anunciando con bombo y platillo lo que se consideraba como uno de los proyectos más originales del país.
Sky Station iba a incluir cuatro urbanizaciones — conocidas colectivamente como Wildhorse Ranch — con 9,200 lotes alrededor de lagos, senderos y árboles con 375 tiendas, hoteles y restaurantes.
Incluso líderes del gobierno se sumaron al proyecto, prometiendo hasta $25 millones en servicios básicos, en el mayor acuerdo de este tipo que haya hecho nunca la ciudad de Austin.
“La gente esperaba que sucedieran muchas cosas buenas”, dijo Charles Heimsath, analista local de bienes raíces.
Durante una fiesta que celebraron los Wolf en el yate Floridian Princess, el matrimonio se jactó de sus muy elogiados planes que incluían a tiendas tales como Gucci, Cartier y Macy’s, recordaron sus invitados.
“Ellos estaban buscando a nuevas víctimas a quienes estafar”, recordó Alexandra Krot, oncóloga retirada que invirtió en el proyecto. Además del proyecto con los Wolf, los demás asociados empezaron a atraer inversionistas para otras cuatro urbanizaciones a su alrededor.
Lo que siguió fue una serie de acciones de los Wolf y sus asociados que llegarían luego a oídos de las agencias de la ley y el orden y de los reguladores estatales.
Primero, los Wolf se vieron forzados a huir del país a fines del 2006 luego de que se descubrió que estaban falsificando los títulos de 256 lotes en la Florida de los cuales no eran propietarios y vendiéndolos a compradores incautos.
Dos años más tarde el proyecto entero de Texas se derrumbó cuando sus demás asociados se vieron forzados a declararse en quiebra tras no hacer pagos en $55 millones en préstamos, según documentos.
Inversionistas dijeron haber descubierto que no se había construido nunca nada: ni calles, ni aceras, ni siquiera una casa en los 1,665 acres.
Krot, de 70 años, dijo que se enteró de que la habían estafado tras transferir $625,000 para invertir en el proyecto, pero los Wolf acabaron embolsillándose ese dinero.
Luego, otro de los asociados, Zaretsky, pidió prestado más dinero — $1.4 millones — para pagar una deuda a un inversionista ruso antes de llevarse el resto a Atlantic City, según declaró.
Inversionistas dijeron que la mayor sorpresa resultó ser la magnitud de las estafas de venta de tierras orquestadas por los asociados para exprimir más dinero a los prestamistas.
Tras establecer diferentes compañías, los asociados vendieron dos veces las mismas tierras a sus propias entidades, para aumentar artificialmente su valor en un 188 por ciento, según documentos.
En sólo 38 días, terrenos que se habían vendido por $30,500 el acre llegaron a $88,000. “Una trifecta de fraude”, dijo un abogado de Nueva York que representa a Borokhovich.
Los otros dos asociados se separaron luego del colapso de los terrenos, y Borokovich acusó a Zaretsky en un documento judicial de cometer fraude generalizado.
Otro asociado de esta estafa, Jeff Turner, alcalde del pueblo vecino de Manor, cobró más de $189,000 en honorarios de consultoría del proyecto. Turner no devolvió llamadas repetidas de The Miami Herald.
Cuatro años después del colapso del plan, inversionistas afirman que todavía están luchando por encontrar documentos para averiguar el paradero de aproximadamente $25 millones.
“No eran sino mentiras sobre mentiras”, dijo Chet Tutor, de 72 años, veterano de la guerra de Vietnam que perdió $600,000. “Yo soy uno de los que ellos dejaron sin un centavo”.
Vodicka dijo que los inversionistas seguirán presionando a los asociados que quedan en busca de respuestas, pero los que más podrían saber sobre el asunto son los ahora fugitivos internacionales: los Wolf.
Natalia Wolf, de 37 años, huyó a Alemania con la hija de brazos de la pareja, pero agentes federales no han podido encontrar rastro alguno de Victor Wolf, de 53.
“Lo mismo que el dinero, desaparecieron”, dijo Vodicka.
Un ex fiscal de Broward que ha estado investigando a los Wolf durante cuatro años dijo que el matrimonio se centró en Texas porque el boom de los terrenos estaba llegando a su ápice.
“No es que estuvieran quedándose sin víctimas en la Florida”, dijo Roman Groysman, abogado de Fort Lauderdale que representa a un inversionista afectado que quiere la propiedad de la casa de los Wolf.
“Si hubieran podido, ellos hubieran ido a los 50 estados”, dijo. “Pero creo que lo que ellos encontraron en Texas fue que Estados Unidos es realmente la tierra de las oportunidades. ¿En qué otro lugar se puede encontrar a un alcalde que coopere? ¿En qué otro lugar pueden encontrar urbanizadores que han estado haciendo esto toda su vida? Ellos penetraron los niveles más altos de la sociedad. Lo que pasó no es que [a los Wolf] se les acabara el dinero. Lo que se les acabó fue el tiempo”.