27 de agosto de 2021
La Opinion
Dentro y fuera de la industria automotriz, el problema seguridad derivado del desperfecto de las bolsas de aire Takata es muy conocido. Desde hace varios años, se han hecho llamados de retiro de mercado que hoy reviven con un nuevo anuncio para aquellos propietarios de marcas y modelos que posean este sistema de seguridad pasivo. Según New York Post, resulta sumamente alarmante que al menos 14 millones de vehículos en Estados Unidos sigan equipados con estas bolsas de aire que no solo han causado heridas, sino también la muerte.
El nuevo llamado a revisión proviene de una nueva investigación que retoma 37 casos de muertes resultantes de la activación repentina de este sistema en los autos que lo poseen. Esta peligrosa activación está causada por el calor y la humedad a la que se expone cada auto, dos factores que con el paso del tiempo contribuyen con su detonación.
Según esta investigación, mencionada por primera vez en Bloomberg, luego en New York Post, estas bolsas fueron instaladas inicialmente en 42 millones de autos, una cifra enorme que involucra a Honda, Toyota, Ford, General Motors, Tesla y Mercedes-Benz. En el pasado, cada una de estas empresas ha hecho su parte, alcanzando reparar el desperfecto en más de la mitad de estos vehículos, pero aún quedan muchos en el mundo que siguen operando con este sistema, una bomba de tiempo que podría resultar mortal o que, en al menos aumentará el número de heridos, el cual ya asciende a 450.
De las 37 personas que han muerto a causa de las bolsas explosivas de Takata, 19 de ellas residían en Estados Unidos. De acuerdo con New York Post, el caso más reciente en el país corresponde a un conductor de California del Sur que murió a bordo de su Honda Accord 2002, un vehículo que según la marca estaba siendo llamado a ser retirado del mercado desde 2011, sin lograr respuesta el propietario.
El más reciente de todos los casos en todo el mundo es el de Janett Pérez, quien a pesar de ser estadounidense vívía en Mérida, México. Luego de chocar en su Honda CR-V usado, la bolsa de aire detonó y disparó un trozo de metal a su cuello, causándole la muerte, según Bloomberg. Aunque la mayoría de los fabricantes ha buscado resolver el problema lo antes posible, las víctimas parecen estar desatendidas, ya que Takata, el principal responsable, se declaró en bancarrota 2017 y cerró sus puertas.