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  Por el libro

CNN

NUEVA YORK — Hay algo indiscutible acerca de la pérdida de 2,000 millones de dólares (mdd) sufrida por JPMorgan Chase. Ya no son 2,000 mdd, la cifra es mucho mayor.

El número que se baraja ahora se acerca más al rango de entre 7,000 mdd y 8,000 mdd,  según varias personas que trabajan en mesas de negociación que se especializan en los derivados que JPMorgan utilizaba para hacer sus operaciones y de acuerdo a dos fuentes con conocimiento de las posiciones del banco.

JPMorgan Chase rehusó comentar sobre sus actividades de trading. Y desde luego, no es posible saber con absoluta certeza qué tan altas son las pérdidas en un momento dado. Sin embargo, los expertos dicen que hay poca probabilidad de que los fondos hedge ubicados en el lado opuesto de la apuesta del banco permitan que JPMorgan Chase salga sin mayores pérdidas.

"El mercado sabe aproximadamente lo que ellos (JP Morgan) tienen y el tamaño de lo que tienen", dijo una fuente que conoce las posiciones del banco.

¿Por qué han crecido las pérdidas desde que el director ejecutivo, Jamie Dimon, informó al público de ellas? La caída del mercado en general no ha ayudado mucho al banco, al contrario.

Desde el pasado jueves, las Bolsas de Estados Unidos y Europa han retrocedido significativamente. El S&P 500 ha caído alrededor de 3.5%, y los principales índices europeos han bajado entre un 4% y 6%.

Las operaciones de JPMorgan Chase se cimentaron alrededor de contratos vinculados a bonos corporativos. En concreto, JPMorgan Chase vendió grandes cantidades de protección (contra el riesgo de default) de un índice conformado por 125 bonos corporativos con alta calificación crediticia. En pocas palabras, la masiva operación de JPMorgan tenía una mejor probabilidad de ser rentable si el mercado hubiera continuado subiendo.

Ahora que el mercado ha empeorado, a JPMorgan Chase le cuesta más vender protección contra posibles quiebras en los bonos corporativos.

Dado que JP Morgan Chase es básicamente el único en ese lado de la apuesta (vender protección en lugar de comprar cobertura), un mercado que empeora hace aún más caro mantener esta posición y más difícil encontrar otros lugares para compensar esas pérdidas.

La principal apuesta de JPMorgan Chase ha sido sobre un índice en particular, conocido como IG9, de 125 compañías estadounidenses con categoría de inversión. Las acciones de tres de las 125 compañías -la minorista JC Penney y las aseguradoras MBIA y Radian- han sufrido grandes caídas desde la semana pasada, lo que eleva el costo de ofrecer protección contra un incumplimiento o default

Además, desde el anuncio de Dimon, más fondos de cobertura se han sumado a la apuesta contraria respecto al índice (comprar cobertura), elevando aún más el costo de vender protección.

A partir de los datos públicos presentados ante la Depository Trust & Clearing Corporation (DTCC) queda claro que JPMorgan Chase no ha vendido ninguna de sus posiciones todavía. La DTCC da seguimiento a las actividades de trading y los tamaños de las posiciones sobre el IG9 y otros índices, y no ha registrado ningún gran cambio desde la semana pasada.

"Sea cual sea el tamaño (de la posición), claramente no se trata de algo que puedas vender si llamas a uno o dos dealers", advierte Garth Friesen, codirector de inversión en AVM, un fondo de cobertura que no está involucrado en estas operaciones.

Tan pronto como JPMorgan Chase dé señales de estar liquidando su posición, será obvio para los jugadores de cualquier mesa de operaciones o trading desk. Los fondos de cobertura inmediatamente comenzarán a apilarse en torno al índice para comprar protección, aumentando las pérdidas del banco.

Hasta entonces, a los fondos hedge no les cuesta nada sentarse y esperar.

"Será una lucha para ver quién parpadea primero entre los fondos de cobertura y JPMorgan", explica James Rickards, ex director jurídico de Long-Term Capital Management, un fondo de cobertura que requirió de un rescate de 3,600 mdd de la Reserva Federal debido a pérdidas masivas derivadas de sus actividades de trading.

"A JPMorgan le costará una fortuna inimaginable hacer que el spread vuelva a su dirección", añadió.

Pero JPMorgan tal vez termine parpadeando antes. Podría enfrentarse a la presión de las autoridades reguladoras estadounidenses para empezar a vender algunas de sus posiciones. Tanto la Comisión de Bolsa y Valores como el FBI están investigando la operación de JPMorgan. Dimon mismo ha sido llamado a comparecer ante la Comisión Bancaria del Senado.

También es posible que aumente la ansiedad entre los accionistas del banco, lo que podría forzar a JPMorgan Chase a dar el primer paso. Las acciones han bajado 18% desde que la compañía anunció la pérdida multimillonaria.

"No es sólo una batalla entre Dimon y los fondos de cobertura", indica Rickards. "Es un pulso entre JPMorgan y los reguladores, el FBI, las comisiones legislativas y los titulares de las acciones. No está claro que su tolerancia al dolor sea tan alta como la de Jamie Dimon",

Por ahora, la única cosa que funciona a favor de JPMorgan Chase es la creencia del mercado de que el banco es demasiado grande para quebrar, por lo que resulta peligroso jalar en la dirección contraria de la apuesta del banco.

Con todo, los peligros son mayores para JPMorgan Chase.

"Parte del problema de hacer lo que ellos estaban haciendo es que la operación abarcaba tanto que era imposible salir de ella", apunta Friesen, quien también es miembro del grupo consultivo de la Reserva Federal de Nueva York.


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