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  Estirando el chavito

El Nuevo Día

 / Foto por: Thinkstock
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Los préstamos estudiantiles son una opción para lograr una carrera universitaria. Pero, la responsabilidad de su pago pudiera ser prolongada, por lo que al momento de elegir este tipo de financiamiento es importante estar consciente de sus pros y contras.

“Hacer un presupuesto es sumamente importante, y monitorearlo continuamente. Solo tomar prestado lo necesario, ni en exceso ni que nos quedemos cortos”, recomendó Fabio García Passalaqcua, vicepresidente de crédito de individuos del Banco Popular (BPPR).

Los elementos a considerar en un presupuesto, sostuvo García, son gastos de matrícula, libros, hospedaje y otros y esto contrastarlo con las becas disponibles, si se tiene un ingreso de trabajo, ahorros o cuentas individuales educativas (“IRA educativa”) para establecer así cuánto se necesitaría tomar prestado, manifestó el ejecutivo de BPPR.

“La meta es tomar prestado lo que realmente se necesita”, enfatizó.

“Hay que tener presente que los préstamos estudiantiles conllevan la misma responsabilidad que un préstamo privado, en el cual el incumplimiento afecta el crédito futuro para adquisición de bienes y servicios, como lo son: compra de automóvil, adquisición de un propiedad o tarjeta de crédito”, opinó Ramón Fuentes, vicerrector auxiliar de Admisiones y Asistencia Económica de la Universidad del Este.

“El buen uso del recurso del préstamo para el financiamiento de una carrera universitaria tiene un valor añadido, pues debe considerarse como una inversión ya que los mejores empleos y remuneración económica están accesibles para los profesionales que tengan las capacidades y competencias que demandan los patronos”, dijo Fuentes.

“La herramienta del préstamos es buena para complementar el costo de los estudios universitarios”, sostuvo Roberto Baerga, presidente del Consumer Credit Counseling Services (CCCS). Propuso que antes de tomar un préstamo, el estudiante se asesore con su consejero de asistencia económica o con el CCCS (787 722-8835).

Afirmó que la primera opción deben ser ayudas, becas y trabajo en la universidad.

Igualmente dijo que si los padres pueden asumir el pago de los estudios, los jóvenes no deben apelar a tomar préstamos.

Cómo evitar el préstamo

Consumer Report recomienda que los estudiantes que estén por comenzar estudios universitarios minimicen sus gastos optando por grados más cortos que luego puedan ser convalidables para niveles de bachillerato en universidades.

Llene la solicitud de Ayuda Federal Estudiantil (Federal Student Aid – FAFSA) tan pronto como pueda después del primero de enero de cada año para determinar su nivel de elegibilidad para ayudas que no requieren prepago.

Aproveche toda beca, subsidio, y oportunidades de estudio y trabajo. Opte por planes de alimentación y hospedaje más económicos. No tome préstamos para cubrir gastos no esenciales como entretenimiento o muebles. Considere trabajar a tiempo parcial para cubrir gastos incidentales.

Evite tomar prestado, pero si tiene que hacerlo como último recurso, evite los prestamos privados aunque parezca que tienen intereses más bajos que los prestamos federales, ya que la mayoría tiene intereses variables.

Coteje en su universidad ofertas de becas, subvenciones o ayudas que recompensan excelencia académica, talentos especiales, en áreas como el deporte o la música, entre otros. Una combinación de todas estas opciones, pudiera amortizar el efecto de un préstamo, para que sea lo suficientemente pequeño como para poder considerar uno originado en la banca privada.

Si cuenta con un préstamo

Conozca sus derechos y responsabilidades. Mantenga informado al administrador del préstamo de su dirección, número telefónico y otra información, y póngase en contacto con éste si tiene dificultades para hacer un pago. Dejar de pagar el préstamo puede resultar en penalidades o cargos adicionales. Cerciórese de solicitar un aplazamiento de pagos si vuelve a estudiar.

¿Problemas para pagar?

Baerga, de CCCS, aconsejó a los estudiantes a educarse desde la escuela superior sobre las consecuencias del crédito. “Si no pagas va ha haber gestiones de cobro como cualquier préstamo”, dijo.

Agregó que si el estudiante no pide diferimientos al pago, el préstamo podría pasar a una agencia de cobro, su crédito se puede dañar y en casos extremos pudiera ser demandado por cobro, embargarse propiedades o un % de su salario si es empleado del sector privado.

Baerga recomendó justo antes de terminar estudios averiguar, con su orientador o por internet: el tipo de préstamo que tiene; la cantidad de repago; cúando tiene que empezar a pagar; a dónde tiene que enviar los pagos; cómo comunicarse con la entidad que dio el préstamo; y opciones para diferir el pago.

También debe orientarse sobre las consecuencias de no pagar a tiempo. Dijo conocer que se han dado planes de pago de entre 10 años hasta 30 años.

Mitos

Mito: los préstamos para estudiantes se pagan por sí mismos con la mejoría futura de ingresos. Realidad, no hay garantía que un título universitario es la llave para un alto salario.

Mito: tan pronto como se gradúe podrá comenzar a pagar el préstamo. La realidad es que el mercado laboral es incierto. Podría tomar meses antes de conseguir empleo. Por tanto, escoja un préstamo flexible en lo relacionado al inicio de los pagos.

Mito: creer que la deuda entre los estudiantes es inevitable. Realidad, opte primero por becas o ayudas en vez de préstamos.

 


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