7 de septiembre de 2011
El Nuevo Dia
Nueva York - Un exvicepresidente de Citigroup, Gary Foster, se declaró hoy culpable de haberse apropiado ilícitamente de más de $22 millones de dólares en fondos del banco que transfirió a su cuenta privada entre 2003 y 2010, según confirmó hoy a Efe su abogada. Foster, de 35 años, admitió ante el juez federal Eric Vitaliano, del Tribunal de Distrito Este de Nueva York, que durante ese tiempo sustrajo más de $22 millones, una cantidad superior a los $19 millones por los que había sido acusado por la Fiscalía, señaló su letrada, Isabelle Kirshner. Kirshner afirmó que su cliente "reconoce la gravedad de sus acciones y está preparado para asumir su responsabilidad total por ellas". Foster fue puesto en libertad bajo fianza de $800,000 hasta que el magistrado decida la fecha de su sentencia. El exvicepresidente de Citigroup se enfrenta a una condena máxima de 30 años de cárcel, aunque el fiscal del caso, Michael Yaeger, tiene previsto pedir para él una pena de entre ocho y diez años. Foster fue detenido en junio pasado en el aeropuerto internacional John F. Kennedy de Nueva York al regreso de unas vacaciones familiares en Bangkok, tras lo cual fue acusado de haberse enriquecido mediante varias transferencias ilegales de cuentas de la entidad financiera a su cuenta privada en el banco rival JPMorgan Chase. El FBI asegura que el banquero defraudó a Citigroup desde su cargo de responsable de las finanzas de tesorería, que supervisa las transacciones interbancarias del grupo, y en una ocasión ingresó en su cuenta personal $3.9 millones procedentes de una sucursal en Baltimore (Maryland), de acuerdo al sumario del caso. Luego, según detalla hoy el New York Post, se gastó el dinero en lujosas viviendas como una mansión en Nueva Jersey valorada en $6 millones o un apartamento de casi $2 millones en Nueva York, éste último situado enfrente de la misma oficina de Citi en la Gran Manzana desde la que coordinaba la estafa. Foster empezó a trabajar para el banco en 1999 y lo abandonó en enero de 2011, antes de que comenzara a ser investigado después de que una auditoría interna revelara un agujero en las cuentas de 19 millones de dólares.