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  Por el libro

5 de septiembre de 2011

El Nuevo Dia

Mariangelie Delgado camina de un lado a otro por los pasillos de la farmacia, velando por que todo esté en orden. Hace cinco años aceptó este trabajo, cansada de esperar por un empleo como maestra de historia, para lo que estudió durante cinco años.

"Estuve varios años en la búsqueda de empleo para mi profesión, pero el campo está saturado, las oportunidades no son muy viables", dijo. Ahora "no estoy buscando trabajo en mi profesión", agregó.

Como otros graduados universitarios en Puerto Rico, Delgado realiza tareas que requieren menos destrezas de las que su preparación ofrece. Se topan con que la demanda mayor de empleo está en áreas que requieren menos escolaridad: están sobrecalificados, algunos con maestría o doctorado.

"Uno tiene cuentas, tiene que mantener a una familia", declaró Delgado.

"Hay personas que la preparación que tienen no está enmarcada en las funciones que están llevando a cabo", dijo el secretario del Trabajo y Recursos Humanos (DTRH), Miguel Romero.

Otra sobrecalificada es Zorimar Lugo Vélez. Atiende las quejas del público y vende billetes de Lotería Electrónica en un supermercado. Pocos saben que posee un bachillerato en negocio internacional, otro en recursos humanos y que hace un año inició una maestría en recursos humanos.

Lugo Vélez empezó como cajera del supermercado cuando estudiaba. Se graduó de la universidad, pero sigue allí trabajando 20 horas a la semana. "Sí, lo estoy (sobrecalificada), pero no consigo el trabajo para la profesión que estudié", reconoció.

Comentó que otros compañeros del supermercado están graduados para maestro, gerente, arte y fotografía.

¿Compensa económicamente lo que hace con lo que estudió?, se le preguntó. "Económicamente no. Realmente no. Trabajar un 'part-time' no es lo mismo", dijo Lugo Vélez, madre soltera.

Cuando se pierde el empleo

El caso de Lourdes Figueredo es similar. Durante ocho años y medio fue una exitosa propagandista médico, pero renunció por razones de salud hace seis meses. Desde entonces la mujer de 51 años busca otro empleo. Solicitó para recepcionista en una firma de ingenieros y en compañías de ventas.

Figueredo tiene un bachillerato en economía y mercadeo y una maestría en finanzas y mercadeo. "En una oficina de ingenieros me dijeron: 'estás perfecta, tienes presencia, tienes los conocimientos de computadora, de idiomas -pues hablo inglés, español y francés-, pero estás sobrecalificada'. Tienen miedo a que yo consiga un empleo mejor y me vaya a las dos semanas de contratarme", dijo la mujer.

Había llegado a las 6:00 a.m. a la oficina de desempleo del Departamento del Trabajo en San Juan, con un libro de autoayuda, para reclamar $133 semanales como compensación por desempleo. Dijo que el cheque de desempleo le llegó una sola vez hace dos meses.

"Es la primera que cojo el desempleo, y es un reto", dijo Figueredo.

Comentó que tuvo que poner a la venta su carro. "Tengo ahorros para dos meses más. Es bien fuerte. Te dicen 'estudia, prepárate' y después no tienes trabajo", expresó la mujer.

Para ella, cualquier trabajo es digno y reconoce que en estos tiempos de necesidad aceptaría cualquier empleo. "Puedo limpiar casas, puedo hacer esas cosas. Me encantaría trabajar como maestra de mercadeo. Estoy buscando en todas las ramas", expresó.

¿Trabajaría en un "fast food"?, se le preguntó. "De gerente sí. Mira, después que no sea trabajando en una funeraria y sea en un lugar donde pueda reír y compartir con personas, cualquier trabajo es bueno", contestó.

Señaló que, por estar sobrecalificada, en la oficina del desempleo no ha encontrado alternativas de empleo. "Me imagino que al nivel en que estoy ¿qué entrenamiento me van a dar en cuanto a computadoras, idiomas? No soy una persona que se 'dropeó' de 'high school", expuso Figueredo, quien confía en que conseguirá otro empleo. "Por ahora tengo salud, eso es lo más importante", apuntó.


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