30 de agosto de 2011
BBC
Los militares estadounidenses han "desperdiciado" US$30.000 millones en Irak y Afganistán por negligencia, incompetencia y mala gerencia, según el informe final que presentará este miércoles la Comisión de Contrataciones de Guerra del Congreso estadounidense. No es la primera vez que el gasto militar es criticado por la Comisión u otras organizaciones, pero el dato promete alimentar la polémica en momentos en el que muchos exigen austeridad al gobierno de EE.UU. para controlar el gigantesco déficit presupuestario. En términos relativos, la cifra de lo "desperdiciado" es pequeña frente al billón de dólares gastado en casi una década de guerra en Afganistán e Irak, pero ofrecerá material para quienes cuestionan la administración de la guerra. El Pentágono tiene planes para reducir US$350.000 millones en la próxima década y podría verse forzado a duplicar esos recortes si no se llega a un acuerdo para manejar el déficit fiscal de US$14,3 billones. Aunque el trabajo no habla muy bien de los procedimientos administrativos del Departamento de Defensa, los responsables del estudio esperan que el Pentágono se sirva de esos planes de recorte de las "quince recomendaciones estratégicas" que le hacen. Pobre planificación En un artículo en el diario The Washington Post, los autores del informe, el ex congresista republicano Christopher Shays y Michael Thibault, un ex director de la Agencia de Auditoria de Defensa, adelantaron algunos hallazgos. "Pobre planificación, solicitudes vagas y cambiantes, incompetencia, mala gerencia y supervisión, controles laxos, pobre coordinación entre agencias y un desempeño mediocre o simplemente mala conducta por parte de empleados federales y contratistas", son los puntos que destacan Shays y Thibault. Los comisionados no insisten tanto en demostrar culpas como en indicar que seguir las quince recomendaciones que hacen en el estudio ofrecerá "grandes oportunidades para ahorrar dinero" y para montar operaciones "más efectivas en futuras hostilidades y en emergencias nacionales". Unos US$300 millones en una planta de energía para Kabul que el gobierno de Afganistán no tiene cómo mantener en funcionamiento o los US$40 millones en una prisión que el gobierno de Irak no quería, son puestos como muestra de inversiones mal planificadas. En total unos US$11.000 millones invertidos en diversos planes, sobre todo en Afganistán, podrían perderse por falta de personal local que los maneje o de fondos para financiar su operación. Recomendaciones obvias La comisión hace la obvia recomendación de ser más rigurosos al decidir si un proyecto debe ser ordenado, pero también recomienda la cancelación de todo proyecto que no sea sostenible", explica la corresponsal de BBC en Washington, Kim Ghattas. En la lista de sugerencias, los comisionados proponen crear un inspector general permanente para operaciones de contingencia para que el personal de investigación esté listo para desplegarse en lo que se produzca una contingencia y para supervisar la preparación y el entrenamiento. Además proponen designar un funcionario "dual" que trabaje en la Oficina de Gerencia y Presupuesto y que participe en las sesiones del Consejo de Seguridad Nacional para asegurarse que las agencias involucradas en contratos militares están adecuadamente coordinadas. Y así como la Comisión dice no querer asumir un tono acusatorio, en el Departamento de Defensa parecen estar en ánimo de aceptar sugerencias, a juzgar por la reacción al informe. "Estamos conscientes de algunas de las deficiencias sobre cómo hemos trabajado con los contratos a lo largo de los años. Hemos trabajado muy duro para tratar de corregir las deficiencias cuando nos topamos con ellas", dijo el portavoz del Pentágono, David Lapan. El Pentágono asegura que a veces la adjudicación directa de contratos es necesaria para salvar vidas. Junto al trabajo de la Comisión de Contrataciones de Guerra, este lunes se publicó un reporte del Centro para la Integridad Pública, un centro privado de supervisión del gobierno, en el que se sostiene que en la pasada década el Departamento de Defensa ha triplicado la asignación directa de contratos militares. "La competencia es normalmente la piedra angular para mejores precios y mejores productos, pero la urgencia de lidiar con los explosivos improvisados (en Irak y Afganistán) ha sido citada para justificar contratos adjudicados directamente a compañías que prometen soluciones rápidas" , dice el trabajo del Centro. Usando cifras oficiales, el trabajo indica que el Departamento de Defensa paso de US$50.000 millones en contratos adjudicados directamente en 2001 a US$140.000 millones. El trabajo no señala ilegalidades, ya que reconoce que hay "atajos" legales que favorecen la adjudicación de contratos. También acepta que hay casos en los que posiblemente sólo haya un proveedor o que el gobierno aduzca carácter de urgencia. "Eso se ha dado en muchas ocasiones por las necesidades en tiempos de guerra donde el largo proceso de puja competitiva de contratos no satisface a los que luchan en la guerra", aseguró el portavoz del Pentágono.