29 de agosto de 2011
BBC
Los ladrones se aprovechan del amor que se les tiene a los perros. El robo de perros en Estados Unidos se ha triplicado en los últimos años, según nuevos datos. ¿Por qué estas mascotas son un blanco? Llegar a casa y ver que ha sido saqueada ya de por sí es suficientemente angustiante, pero para Peggy Riley la pérdida fue más profunda. Sus dos Yorshire terriers de 9 años de edad, Baxter y Cooper, fueron robados, lo que hizo que la desaparición de su computador y el desorden de su casa en San Antonio, Texas, fueran insignificantes en comparación. "Sólo recuerdo que de repente me di cuenta de que estaba en medio de la calle, a dos casas de la mía, gritando sus nombres y llorando sin parar". "La angustia es tan grande que no puedo describirla. Mi vida se hizo trizas. No tengo hijos, así que ellos eran mis bebés", le dice a la BBC. Riley, de 48 años, ha gastado miles de dólares tratando de recuperar sus perros y sigue ofreciendo una recompensa de US$10.000 a quien se los devuelva sanos y salvos. Dos investigadores privados están trabajando en el caso y han puesto anuncios en varios periódicos. También crearon una página en Facebook rogando que se los devuelvan. Ella cree que los ladrones se los llevaron por casualidad, pero la Yorshire terrier es una de las razas que más se roban los delincuentes que consideran a los perros valiosos como una fuente de ingresos en tiempos difíciles. Nuevos datos del Club Kennel de Estados Unidos indican que el robo de canes en ese país se duplicó este año y que se ha cuadruplicado desde el principio de la recesión. Robo a mano armada "Hay razones económicas de fondo", dice la vocera del club, Lisa Peterson. "Los delincuentes los venden en internet a compradores desprevenidos o en mercados de pulgas o al borde de las carreteras. He visto perros robados que después aparecen milagrosamente cuando el dueño ofrece una recompensa". Cooper todavía no ha vuelto a su hogar en Texas. Los delincuentes actúan de muchas maneras, señala: se meten en las casas, en los autos aparcados o sencillamente se los roban a la gente en la calle. Una familia estaba jugando con su pitbull terrier en Oklahoma cuando un hombre se les acercó y les hizo unas preguntas, cuenta Peterson. Luego, los siguió a casa y a la mañana siguiente entró, amarró a la familia mientras les apuntaba con un arma y les robó el cachorro. En Nueva York, a una chica le arrancaron a su bichón maltés de los brazos en plena calle, mientras que en Idaho una niña sufrió un ataque similar mientras estaba descansando en el banco de un parque. Todas las razas son vulnerables, pero particularmente las pequeñas, como los Yorkshire terriers y Pomerania, pues son populares y fáciles de cargar. El aumento de robos ocurre cuando los posibles dueños están pagando cada vez más por un perro, según la Asociación de Productos para Mascotas de Estados Unidos: hasta US$354 el año pasado, mientras que en 2008 el precio era US$221. Hay 46 millones de estadounidenses que tienen más de 78 millones de perros. Este tipo de robos ganó notoriedad en los años '40 y '50, cuando hubo una serie de secuestros de perros famosos. Luego, la película de Disney "101 Dálmatas" los volvió a traer a la luz pública, pero no fue sino hasta 1966 que la práctica fue oficialmente declarada ilegal en EE.UU.