23 de agosto de 2011
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WASHINGTON (AP) — Parece un trato muy bueno: retirarse a los 38 años tras 20 de labor y recibir una pensión mensual de la mitad del salario el resto de la vida. Todo lo que hay que hacer es ingresar en las fuerzas armadas. A medida que el gobierno se aprieta el cinturón presupuestario, el sistema de retiro militar vigente desde hace 100 años es blanco de críticas, según las cuales es insostenible financieramente, injusto para algunos que sirven en las fuerzas armadas y excesivamente generoso si se le compara con la misma prestación en el ámbito civil. Los militares activos y retirados expresaron preocupación e ira ante estas consideraciones expuestas en un estudio que ordenó el Pentágono y que difundió la prensa este mes. Si es necesario reducir las pensiones, hay que empezar en el Congreso, manifestó una persona en internet. "Obviamente, que (el tema) nos preocupa", dijo el general retirado Gordon Sullivan, jefe del Estado Mayor del ejército en la década de 1990 y quien preside el grupo sin fines de lucro Asociación del Ejército de Estados Unidos, orientado a la educación. El Departamento de Defensa aseguró esta semana en un comunicado que el asunto de las pensiones militares sólo se trata de una propuesta y no habrá cambios pronto. "Aunque el sistema militar de retiro, junto con otras compensaciones, es sujeto razonable de revisión para su efectividad y eficacia, no se han aprobado cambios al sistema de retiro actual", dijo la portavoz del pentágono Eileen Lainez. "Y no se harán cambios sin una cuidadosa consideración para la fuerza (militar) actual y la fuerza en el futuro", agregó. Los resquemores en el ámbito castrense se debieron a una recomendación no obligatoria que presentó la Junta de Negocios de Defensa, un panel del sector privado que asesora al Pentágono. En el borrador de un informe con fecha 21 de julio que podría estar listo este mes se recomienda la sustitución de las pensiones con un plan de ahorro para el retiro, conocido como plan 401(K) en Estados Unidos y cuyos recursos recibirá el beneficiario cuando tenga casi 60 años. Los integrantes de la junta son expertos de grandes empresas en administración ejecutiva, gobernanza corporativa, auditoría y finanzas, recursos humanos, económicos, tecnología y atención médica, según el Pentágono.