16 de agosto de 2011
La Opinion
SACRAMENTO.— Agotados sus ahorros, María Moreno acaba de terminar de llenar un camión de mudanzas con sus pertenencias y va rumbo a Los ángeles. "Aquí se acabó el trabajo, pero !primero Dios! voy a encontrar trabajo en Los ángeles. Allá tengo muchos amigos que me pueden ayudar", exclama María, de 48 años de edad, quien ha trabajado como niñera desde hace 23 años cuando llegó de El Salvador. Debido a que los últimos años ha batallado para completar el gasto y poner los alimentos en la mesa, María, una madre soltera, confiesa que lleva cuatro años sin hacerse el examen de cáncer cérvico uterino, Papanicolau, y ni siquiera un mamograma ya que no tiene un seguro médico. ¿Está preparada para enfrentar la vejez? ¿Sabe cómo le hará para pagar sus gastos de salud entonces? "Ni me lo imagino, ni lo pienso", afirma contundente. Una encuesta de la Fundación SCAN, enfocada en buscar soluciones para las necesidades de salud de los ancianos en California y el Centro de Investigación de Políticas de Salud de la Universidad de California en Los ángeles (UCLA), mostró que los latinos, más que ningún otro grupo étnico, está preocupado porque el dinero le alcance para pagar sus cuentas. Además el 71% de los latinos están preocupados por lo que representará el pago de sus servicios de salud a largo plazo. Más que ningún otro grupo, el 52% de los latinos encuestados tuvieron que recurrir el año pasado a sus ahorros para el retiro o a pedir prestado dinero a sus familiares para sobrevivir. Más que en ningún otro condado u otra área del estado, el 55% de los votantes de Los ángeles dijeron que sus ingresos por familia declinaron en los pasados 12 meses. Rafael Rosales de El Monte, en el condado de Los ángeles, lo ha vivido en carne propia. A Rafael, de 41 años, le iba muy bien como supervisor y vendedor en una tienda de venta de materiales de construcción. Pero cuando la recesión llegó, la empresa cerró y fue despedido, su matrimonio se vino a pique, y él tuvo que irse a vivir con sus padres, ya mayores y enfermos. "He tenido que pedir prestado a tíos, primos, y si no fuera por mis padres, quien sabe en dónde estaría viviendo", cuenta. Pero las cosas no son tan fáciles ya que el padre de Rafael, de 67 años, y su madre de 64 años, viven sólo de 1,900 dólares que reciben al mes del Seguro Social. Además su padre es invidente, su madre sufre de artritis. "Yo apenas voy a comenzar a trabajar 30 horas a la semana cuidando a una persona bipolar a 10 dólares la hora, así que ahorita en casa de mis padres, apenas nos alcanza. Yo he tenido que dejar de pagar la pensión alimenticia para mis hijos. Es muy dura esta situación. No sé a dónde vamos a parar", expone angustiado. En general, la encuesta detectó que los californianos están preocupados por los costos que les representará hacerse viejos así como por el impacto que tiene la recesión en sus vidas y quieren que los funcionarios electos hagan algo al respecto. El doctor Bruce Chernof, presidente de la Fundación SCAN, dijo que aunque las familias trabajadores han sido duramente impactadas con la recesión, el propósito del sondeo fue provocar que el tema del cuidado en la vejez comience a ser discutido en las familias. Mucha gente piensa que no van a necesitar ayuda, pero lo más probable es que alguien a los 65 años va a necesitar algún tipo de cuidado, observó. El segundo propósito es levantar consciencia entre los funcionarios electos para que desarrollen mejores programas para el cuidado de salud a largo plazo de los ancianos. "Ahora no estamos preparados para ayudarlos". El sondeo realizado a 1,409 votantes registrados mayores de 40 años entre el 16 y 27 de junio tiene un margen de error de menos más 2.8%.