15 de agosto de 2011
El Nuevo Dia
El reconocido abogado federal y actual asesor de la FCC (Comisión Federal de Comunicaciones), Henry Rivera, advirtió que, aunque es muy prematuro anticipar cómo quedará el mercado configurado tras la fusión de AT&T and T-Mobile, en Puerto Rico se podría emitir una recomendación para separar ("divest") la operación local de la consolidación. Las expresiones se dieron tras la celebración de un foro del Consejo Sindical para el Avance del Trabajador Latino-Americano (LCLAA), entidad que agrupa a 1.7 millones de trabajadores latinos en EE.UU., y donde se discutió la importancia de la aprobación de la fusión entre AT&T y T-Mobile para el desarrollo de la banda ancha. Rivera advirtió que se trata de una decisión que requerirá de una evaluación extensa y específica sobre el mercado local. "La decisión deberá estar basada en la competencia. Si una vez consumada la fusión el mercado cambia dramáticamente y deja de ser competitivo, no queda otra opción que ordenar la separación", dijo. Rivera expresó que la separación podría darse de dos formas; ya sea que la FCC le permita a AT&T comprar la operación de T-Mobile en Puerto Rico en el paquete completo y luego le obligue a venderla, o que la excluya desde un principio de la transacción. "Es un problema del que AT&T es consciente, y Puerto Rico no es el único mercado en esta situación, por lo que ellos tendrán que estar dispuestos a trabajar con esto", acotó. El experto aclaró que si no fuera AT&T la que compre a T-Mobile en la Isla, el Departamento de Justicia procurará que el comprador tenga la capacidad financiera, experiencia y la capacidad de competir con AT&T. "Con estas características no son muchos los que cualifican. Estamos hablando que podría ser Claro o Verizon, y no creo que este último tenga intenciones de regresar a este mercado", destacó el abogado. Sin embargo, aclaró que no se debe esperar que AT&T tenga en Puerto Rico más del 50% de los subscriptores de telefonía móvil, ya que esto implicaría prácticas monopolísticas. "Aún con la fusión, aquí quedarían otros competidores muy fuertes como Claro y Sprint, lo que podría significar una sólida competencia que haga que los precios se mantengan bajos". El también ex comisionado de la FCC sugirió que el hecho de que AT&T domine el mercado hoy, no significa que una vez se apruebe la venta esa realidad sea perpetua. La competencia se las puede ingeniar para aprovechar ese momentum, y capturar un buen pedazo de los clientes adquiridos tras la transacción. Las expectativas de AT&T son comprar a T-Mobile por $39,000 millones, para convertirse en la segunda proveedora más grande de EE.UU., después de Verizon.