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16 de agosto de 2011

Consumer.es

Cuando llega el verano, los sistemas para combatir el calor son muy variados: pasar el día en la piscina, una temporada en la playa o desplazarse a zonas donde las temperaturas no sean muy elevadas. Por la noche, las terrazas o los cines al aire libre que hay en muchas localidades son una buena opción para terminar una jornada sofocante. Pero desde que el aire acondicionado se ha instalado en un gran número de hogares, la posibilidad de quedarse en casa sin necesidad de escapar a otros lugares es una alternativa cada vez más frecuente. Antes de elegir un equipo para refrigerar la vivienda hay que valorar una serie de parámetros, como el tamaño de la estancia donde se quiere colocar, la ventilación de la vivienda o la luz que incide sobre ella. También es necesario tener en cuenta la eficiencia energética del aparato o el nivel de ruido que genera para que la elección sea la más acertada. Por ello, es esencial dejarse asesorar por los especialistas.

El asesoramiento de los especialistas es determinante al elegir un equipo de aire acondicionado. Factores como la potencia del sistema, el número de aparatos que son necesarios para una correcta refrigeración, el tamaño del condensador o las distintas formas de instalar cada equipo pueden confundir al usuario. En función de todos estos aspectos, los expertos proponen aparatos fijos como el split, el multisplit o el climatizador de ventana o, si las condiciones lo requieren, un sistema portátil.

Una de las primeras cosas que se deben conocer antes de elegir el equipo es si la comunidad de vecinos permite la instalación de la parte exterior del aparato de aire acondicionado en la fachada, ya que de lo contrario las posibilidades se reducen y sería obligatorio colocar el condensador en la vivienda. Si la junta de propietarios permite utilizar los elementos comunes, la gama de electrodomésticos para elegir será mucho más amplia.

Hay que tener permiso de la comunidad de vecinos para instalar el aparato en la fachada

Otro de los factores que se deben tener en cuenta antes de comprarlo es el ruido que pueda hacer. Pasar la noche sin dormir por el calor es muy incómodo, pero no poder conciliar el sueño por el sonido del aire acondicionado no es menos molesto. La tendencia actual consiste en fabricar sistemas de refrigeración casi inaudibles tanto en el momento del encendido como mientras funcionan.

Qué potencia elegir

No menos relevante es escoger el aire acondicionado que mejor se adapte a la habitación o a la vivienda donde se va a colocar. No es necesario adquirir siempre el de mayor potencia, sino que es más importante que el equipo sea el adecuado para las características de la estancia. Antes hay que fijarse en los materiales con los que está construida la vivienda, la orientación o la ventilación, además de la temperatura, que se registra de manera habitual en el exterior.

En los establecimientos que venden electrodomésticos figuran tablas que pueden orientar muy bien al consumidor en cuanto a la potencia que debe elegir, en función de la superficie que quiere refrigerar:

* Si el cuarto mide entre 9 y 15 metros, bastará con un aparato cuya capacidad de refrigeración sea de 1,5 kW.

* Si tiene entre 15 y 20 metros, serán necesarios 1,8 kW.

* Para habitaciones de entre 20 y 25 metros, serán más adecuados los de 2,1 kW.

* Si la superficie es de entre 25 y 30 metros, habrá que optar por equipos de 2,4 kW.

* En estancias de 30 a 35 metros cuadrados, es necesario un aparato de 2,7 kW.

* Si las medidas oscilan entre 35 y 40 metros, es mejor comprarlo con una potencia de 3kW.

* La refrigeración exigida para grandes superficies, entre 40 y 50 metros, es de 3,6 kW.

* Si miden entre 50 y 60 metros cuadrados, será de 4,2 kW.

Cada vez más aparatos de aire acondicionado disponen también de la función de calefacción

Cuando se instale en una zona donde dé el sol durante mucho tiempo o en un ático, hay que aumentar el valor de la tabla en un 15%. Si dentro de la estancia hay otras fuentes de calor, como sucede en la cocina o en un despacho con ordenador y televisor, la potencia se incrementa en un kilovatio.

También para el invierno

Cada vez más aparatos de aire acondicionado se pueden utilizar para combatir tanto las altas como las bajas temperaturas, al disponer de la función de calefacción para el invierno. Quizá para quienes cuenten con radiadores en casa no sea necesario, pero para las personas que no los tengan instalados puede ser interesante adquirir un equipo de estas características.

Los climatizadores con bombas de calor son muy útiles para viviendas en la playa que, en ocasiones, carecen de calefacción y se habitan por temporadas en la época invernal. Su coste energético es reducido y son muy eficientes porque al utilizar el calor externo llegan a triplicar las calorías y reducen hasta en un tercio el consumo eléctrico.

Ahorro energético

Tanto para no perjudicar el medio ambiente como para tener una factura eléctrica más baja a final de año, es conveniente elegir productos de bajo consumo como los de categoría A, los más eficientes. Aunque su precio es algo más elevado, a largo plazo, su adquisición compensa porque el gasto en energía es menor.

Para saber si el electrodoméstico es eficiente, el comprador puede consultar la etiqueta energética, que informa sobre el consumo de energía anual del equipo, su capacidad frigorífica y su coeficiente de eficiencia energética. Algunas comunidades autónomas, como Andalucía, Murcia o Valencia, cuentan con un Plan Renove de aire acondicionado para sustituir el aparato antiguo por otro más eficiente, así que es un factor que se ha de tener en cuenta antes de comprar el equipo.

La tendencia actual es que los sistemas de refrigeración sean silenciosos

Para favorecer el ahorro y lograr una temperatura estable, es aconsejable adquirir sistemas con tecnología inverter, que regula la frecuencia de funcionamiento del compresor hasta alcanzar los grados elegidos por el usuario. Cuando la habitación llega a esta temperatura, funciona a la mínima frecuencia y así consigue ahorrar energía y dinero sin perjudicar el confort.

Tipos de aire acondicionado

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Sistemas de aire acondicionado fijos

o De ventana. No todas las comunidades de vecinos permiten la instalación de aparatos de aire acondicionado en la fachada del edificio, por lo que estos equipos son adecuados para las viviendas donde se necesite refrigeración, pero solo se pueda colocar la parte exterior en el propio domicilio. Para instalarlos, hay que hacer un agujero en la ventana o en el balcón, de manera que la mitad del sistema de aire acondicionado quede fuera y la otra mitad, la que enfría, permanezca en la habitación.

Aunque se han hecho muchas mejoras desde que se instalaron los primeros equipos, son los más ruidosos de los sistemas fijos, no en vano la unidad de condensación está instalada en la propia vivienda. También son más antiestéticos e incómodos, ya que ocupan una parte de la ventana.

o Split. En la actualidad, son los sistemas más demandados por los consumidores, ya sea en su modalidad simple como en la múltiple.

El split simple consta de una unidad de refrigeración interior, que se coloca dentro de la habitación, y otra exterior, condensadora, anclada en la fachada. Para instalarlo es necesario hacer un hueco en la pared, ya que se une con el condensador exterior mediante unos tubos que quedan ocultos.

Sirve para refrigerar una estancia de manera independiente, de forma que el frío no se comunica con otras habitaciones. Es útil si solo se quiere refrescar una parte de la vivienda, como puede ser el salón, sin que la bajada de temperatura afecte a otras habitaciones.

Tienen una gran variedad de potencias y de funciones y son más estéticos que los de ventana. Además, hay una tendencia a embellecer este tipo de equipos con formas más aerodinámicas, e incluso, con paneles decorativos. Los nuevos modelos son bastante silenciosos y están orientados a la eficiencia energética y al bajo consumo. Los más frecuentes son los de tipo mural, pero también se pueden colocar las unidades interiores en el suelo o en el techo.

En función de la potencia y de las funciones, pueden costar entre 750 y 1.500 euros, pero se pueden adquirir equipos más baratos, desde 400 euros, y mucho más caros, que rondan los 4.000, si el sistema es más sofisticado.

o Multisplit: consta de una unidad exterior y varias interiores. En cada cuarto se puede colocar una unidad de refrigeración que se conecta igual que el split simple, con la parte externa del sistema. La instalación es algo más compleja porque es necesario unir a través de conductos cada una de las unidades independientes.

Son equipos muy útiles para enfriar las diferentes dependencias de la vivienda al gusto de cada miembro de la familia. No todas las personas tienen la misma tolerancia al frío o al calor y la posibilidad de regular la temperatura según las necesidades de cada uno es una de las ventajas del sistema multisplit. El coste de un equipo con dos unidades puede situarse en 1.200 euros y alcanzar los 2.600 si tiene tres.

* Sistemas móviles

En ocasiones, no es posible o no apetece hacer obras en la vivienda para instalar el aire acondicionado. Ya sea porque el piso es de alquiler o una segunda residencia donde no se pasa mucho tiempo o las temperaturas no son muy elevadas, algunos consumidores prefieren los sistemas móviles de refrigeración.

Por lo general, son equipos menos potentes que los split fijos y su eficiencia energética también es menor. Lo positivo es que pueden utilizarse en varias habitaciones, ya que se transportan con relativa facilidad. Su precio ronda los 500 euros.

o Split portátil. Está formado por dos unidades, como ocurre con los sistemas fijos. Una de ellas está dentro de la habitación y la otra queda colocada en una terraza, pero no es necesario anclarla, se puede mover. El inconveniente es que la ventana o la puerta que sirve de puente entre ambas unidades no se puede cerrar y ha de permanecer entreabierta, con lo cual la refrigeración es peor porque entra calor del exterior.

o Monobloc portátil. Solo está compuesto por una unidad, como una gran caja con ruedas, a la que se une un tubo de evaporación que se saca por la ventana o por la terraza. Son aparatos bastante ruidosos aunque fácilmente manejables, ya que se pueden trasladar a cualquier estancia que tenga ventilación.

Otras alternativas

Además de estos sistemas, si no hace demasiado calor o si son pocos los días de altas temperaturas, se puede recurrir a otros electrodomésticos como los ventiladores portátiles. No refrigeran igual y algunos hacen más ruido que el aire acondicionado, pero también son mucho más baratos y cómodos que los grandes equipos móviles y fijos.

Otras alternativas ecológicas son los bioclimatizadores, que cogen el aire caliente de fuera y, con un ventilador y un filtro húmedo, lo purifican y refrescan la estancia. Son capaces de bajar la temperatura entre 10 y 12 grados y al ser aparatos pequeños se mueven con facilidad y se pueden trasladar de una habitación a otra. Se utilizan tanto en espacios cerrados con alguna ventana abierta, como en terrazas y jardines.

Funcionan con electricidad pero gastan muy poco, casi lo mismo que una bombilla, y llegan a ahorrar hasta un 80% con respecto a los equipos de aire acondicionado, de modo que son respetuosos con el medio ambiente, a la vez que baratos para el consumidor.


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