3 de agosto de 2011
El Vocero
A la puerta de La Fortaleza está por llegar para la firma del gobernador Luis Fortuño, un proyecto que reduciría aún más la entrada de la leche UHT a Puerto Rico, lo cual limitaría las opciones de los consumidores para seleccionar cuál producto desean adquirir. El Proyecto del Senado 1237, que recibió el aval de la mayoría en ambas cámaras legislativas, tendría el efecto práctico de concederle otro incentivo al sector de los productores de leche fresca, lo cual según representantes de grupos comerciales e industriales atenta contra la libre competencia en el mercado local. La rúbrica del Gobernador prohibiría el mercadeo, distribución y venta en la Isla de leche ultrapasteurizada y aséptica (UHT, por sus siglas en inglés), si esta llega al almacén de distribución local con más de 30 días desde que fue manufacturada. Además, la propuesta ley persigue la prohibición "de todo tipo de leche para consumo humano procedente de fincas donde se haya utilizado el estimulante u hormona conocida como Bovine somatotropin o rBST". Precisamente, esos dos objetivos de la ley son considerados por grupos opositores como medidas restrictivas "sin base ni argumentos reales", que benefician a los productores de leche fresca por encima del interés general de la comunidad. Entidades como la Cámara de Mercadeo, Industria y Distribución de Alimentos (MIDA), la Cámara de Comercio y la Asociación de Industriales, rechazan que el proyecto 1237 se convierta en ley. Mientras dos senadores y tres legisladores estadounidenses, igualmente han expresado su oposición. "Este proyecto nos expone a mayores aumentos de precio y escasez de leche, además de imponer restricciones de dudosa legalidad a la leche UHT importada de Estados Unidos", señalan las mencionadas entidades locales en una carta abierta dirigida al Gobernador recientemente. Dicha misiva, estuvo acompañada de otra carta firmada por los senadores Orrin G. Hatch y Mike Lee, y los legisladores por Utah en la Cámara federal, Rob Bishop, Jason Chaffetz y Jim Matheson. Estos indican que en Utah se produce leche UHT desde hace 20 años para el mercado de Puerto Rico y la restricción de 30 días resulta ¨arbitraria¨, por lo que piden a Fortuño que se oponga a la propuesta ley. El Secretario de Asuntos Públicos del gobierno, Edward Zayas, confirmó que el viernes todavía no se había recibido el proyecto en Fortaleza. "Apoyamos totalmente a la industria local; lo que pasa es que la forma de ayudarlos es a competir sin perjudicar a los consumidores. Creemos en la libre competencia y mercados abiertos", manifestó Manuel Reyes Alfonso, vicepresidente de MIDA. Estimados preliminares de la industria apuntan a que lo sectores de la leche UHT y en polvo acaparan cerca de un 40% del mercado local. Reyes Alfonso explicó que el proyecto 1237 ha sido uno accidentado desde su presentación inicial por el senador Luis Berdiel Rivera, ya que se aprobó sin vistas públicas en ninguno de los cuerpos legislativos. "Esto es un proyecto que no ha contado con la discusión abierta. Está la oposición de aquí y de afuera, y sería ilegal e inconstitucional", planteó Reyes Alfonso. A pesar de las continuas llamadas telefónicas, no se logró comunicación con el senador Berdiel Rivera, quien anteriormente ha dicho que su proyecto busca proteger a la industria lechera de la Isla. Aunque el proyecto no prohíbe la venta de la leche UHT, al restringir a 30 días el tiempo disponible para que llegue a Puerto Rico desde que se manufactura el producto, prácticamente no hace viable su importación, toda vez que ese proceso antes de colocarlo en las góndolas al detal toma entre 20 días o un poco más. Por lo tanto, la ley propuesta lo sacaría del mercado en pocos días. La disposición de los 30 días está amparada, según la pieza legislativa, en que supuestamente la leche sufre variaciones nutricionales con el tiempo, algo que cuestionan los detractores del proyecto, al sostener que la Administración de Drogas y Alimentos (FDA, por sus siglas en inglés) establece que puede durar hasta un año, y está hábil para su consumo si se ha expuesto a las condiciones adecuadas. En cuanto al uso del estimulante u hormona conocida como Bovine somatotropin o rBST, el planteamiento igualmente es rechazado, porque se alega que no existe base científica para descartar su uso, ni que afecte adversamente la salud humana. De hecho, dicha hormona está aprobada por el FDA en el ganado de producción de leche para consumo humano. El proyecto aduce a que la Oficina para la Reglamentación de la Industria Lechera (ORIL) prohíbe desde 1994 el uso de rBST en Puerto Rico debido a "sus posibles consecuencias en el aumento de producción y sus efectos en el sistema de cuotas y estabilización del precio de la leche fresca". "Lo que ocurre es que los productores de leche lo que buscan es el proteccionismo de sus bolsillos y usan como pretexto argumentos de salud que no se aguantan. No están velando al consumidor, que son los que deben decidir qué leche ingieren entre las alternativas del mercado", comentó una fuente de la industria de alimentos, que prefirió proteger su nombre. Añadió que "si ellos quieren aumentar las ventas, que hagan campañas, que destaquen sus atributos, pero no pueden monopolizar el mercado". Dicha fuente resaltó que la propuesta ley podría ir en contra del libre flujo del comercio interestatal. Indicó que la cláusula de comercio interestatal de la Constitución de Estados Unidos contiene limitaciones que son implícitas al poder que tienen los estados. Oril, entidad a la que el proyecto le encargará velar para que toda leche vendida en la Isla cumpla con lo establecido por la propuesta ley, ha hecho expresiones en la afirmativa. Al cierre de esta edición no fue posible obtener una reacción de la administradora de Oril, Cynthia Irizarry, ya que se encontraba fuera de su oficina. "Es una excusa de salud para validar el proteccionismo", coincidió Reyes Alfonso. MIDA, la Cámara de Comercio y la Asociación de Industriales han destacado que la ley crearía un problema en caso de una emergencia en el País, como un huracán o algún desastre natural, porque "podría afectar el suministro" de la leche UHT que puede ser almacenada fuera del refrigerador a diferencia de la leche fresca. Otra medida que se estaría considerando en contra de la leche UHT tiene su génesis en el Departamento de Salud local, que busca se declare a la leche fresca como el producto primario para los recipientes del programa federal de asistencia nutricional WIC (Women, Infants and Children). En este caso igualmente se reduciría el acceso al consumo de la UHT. La presidenta de los centros de distribución de alimentos para participantes del programa WIC en la Isla, Carmen Feliberti, opinó que avalan el consumo de lo más saludable para las madres e infantes, pero les preocupa el sistema de despacho de la leche. Mencionó que las madres reciben certificados para llevarse los diferentes alimentos, y en el caso de la leche deben cargar de una vez con cierta cantidad. Cuando es leche fresca, se expone a que se les dañe o a que tenga que regalarla, mientras la UHT y leche en polvo pueden almacenarlas en sus casas y no se les daña. Dijo que esa dificultad puede solucionarse con el despacho paulatino de la leche, según lo necesiten las familias, pero no ha habido cambios en esa dirección en Salud. "El programa WIC tiene que cambiar en el método de despacho. El programa debe buscar el gusto de los participantes. Que haya un sistema de entregas fácil a esas participantes. Porque si no, se van a tener que llevar gran cantidad de la leche fresca", comentó Feliberti. Desde hace años, ante el alto consumo de leche UHT en Puerto Rico, gestiones de cabildeo han gestionado que se le pongan trabas a su entrada y han conseguido encarecer el costo de este producto. Durante los pasados tres años su precio ha sido regulado, lo cual ha aumentado en un 90%. Aún así, Puerto Rico es considerado el país de mayor consumo de esta leche en toda Latinoamérica. La actual controversia con la leche UHT surge en medio del aumento en el costo de la leche fresca, la cual ha visto reducir su consumo en unos 7 millones de cuartillos hasta mayo pasado. En enero de este año el cuartillo de leche aumentó a $1.50, el medio galón a $3 y a $6 el galón. La leche UHT cuesta casi $2 en su empaque de 32 onzas.