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  Por el libro

1 de agosto de 2011

El Nuevo Herald

Cuando el ex multimillonario Claudio Osorio se declaró en bancarrota en marzo logró ganar algo de tiempo, pero no mucho más que eso.

Un juez de bancarrota podría ordenar pronto la liquidación de su empresa con sede en Miami Beach, InnoVida Holdings, que se fundó sobre la promesa de vender materiales de construcción a bajo costo y de alta tecnología para países en desarrollo, como Haití.

La única manera en que Osorio podría evitar ese sombrío escenario es si presenta un plan creíble para reorganizar la empresa, lo que sigue siendo una posibilidad remota.

Mientras Osorio se enfrenta a perderlo todo, Carlos Boozer, estrella de los Chicago Bulls, Chris Korge, empresario de Miami, y otros inversionistas de InnoVida, están ansiosos por recuperar parte de los millones que invirtieron en la agonizante empresa -dinero que, según dicen, el nativo de Venezuela utilizó para sostener su estilo de vida, sus negocios y conexiones. Durante la última campaña presidencial, Osorio y su esposa realizaron recaudaciones de fondos para Hillary Clinton y Barack Obama.

En las últimas semanas, el juez federal de bancarrotas Robert A. Mark se ha impacientado con Osorio, porque éste no ha entregado los registros completos de las cuentas bancarias de la compañía en las Islas Caimán, que el año pasado tenían alrededor de $40 millones, pero que ahora parecen estar agotadas en gran parte, según documentos judiciales.

Otro signo de insatisfacción: el juez detuvo recientemente la venta de la casa de Osorio en Star Island, fuertemente hipotecada por $10 millones, a un ejecutivo petrolero de Denver, diciendo que debe ser vendida en subasta al mejor postor.

Claudio y su esposa, Amarilis, que no han pagado los impuestos y la hipoteca de su casa de un acre frente al mar durante meses, están tan escasos de fondos que tuvieron que cobrar $87,000 dólares del valor de una póliza de seguro de vida para pagar sus cuentas cotidianas, según muestran documentos judiciales.

A pesar de los contratiempos, el empresario internacional sigue siendo tan combativo como siempre, afirmando en documentos judiciales que el fiduciario de la bancarrota "sólo tiene interés en la difamación, en la liquidación y en obtener los fondos suficientes para pagar los honorarios legales".

Un abogado de los Osorio, que se declararon en bancarrota personal conjunta el 17 de marzo, calificó la estrategia legal del fiduciario como una "cacería de brujas", argumentando que la pareja ha entregado "todos los documentos solicitados" de las cuentas bancarias de InnoVida, incluyendo las del Royal Bank de Canadá en las Islas Caimán. El abogado, Geoffrey Aaronson, también presentó un plan de reorganización para InnoVida, que Osorio creó en el 2005.

Ni Aaronson ni Osorio devolvieron las llamadas o un correo electrónico en busca de comentarios.

Los abogados del fiduciario de la bancarrota, Mark Meland, han acusado a Osorio de apropiación indebida de dinero de las cuentas bancarias en el extranjero, de falso testimonio y de no entregar todos los registros bancarios.

En un intento de liquidar InnoVida -cuya única fábrica en funcionamiento, en Miami Gardens, fue clausurada en marzo- el abogado Jonathan Feldman escribió en una presentación de documentos judiciales: "Un tema importante en este caso es lo que pasó con el dinero, es decir, con los fondos ubicados en las cuentas de las Islas Caimán".

Los abogados de Korge, un urbanizador de bienes raíces que también es propietario de concesiones en el Aeropuerto Internacional de Miami, dicen que su cliente invirtió $4 millones con Osorio, aceptando la visión de éste para la venta de paneles de compuesto de fibra para viviendas asequibles y albergues para desastres en los países en desarrollo. El negocio en ciernes, cuya junta directiva incluía al ex gobernador Jeb Bush, implicaba la formación de empresas conjuntas para construir fábricas en América Latina, Europa, áfrica y Asia.

Pero la relación amistosa de Korge con Osorio se agrió el año pasado, dando lugar a una demanda y a una sentencia contra el director general de InnoVida en la corte de distrito de Miami-Dade, después de que Osorio desafió numerosas órdenes del juez para entregar los registros financieros.

A principios de marzo, la jueza de circuito Valerie Manno Schurr despojó a Osorio de la autoridad para dirigir su empresa, y la entregó a Meland, el administrador judicial, que puso InnoVida en bancarrota. A raíz de las acciones del juez, Osorio dijo a The Miami Herald que InnoVida, con sede en Lincoln Road en Miami Beach, tenía entre $100 millones y $200 millones en activos totales, incluyendo $25 millones en efectivo disponible.

Sin embargo, ese panorama financiero se contradijo con un informe presentado por Meland. Este informó que, de acuerdo con Osorio, InnoVida no tenía "fuentes de fondos" para pagar los gastos del funcionamiento de la empresa.

Con más de cuatro meses de presentado el caso de bancarrota, los abogados de Korge dijeron que Osorio "parece seguir con sus viejos trucos", negándose aún a cumplir la nueva orden del juez para liberar todos los documentos bancarios de las cuentas de las Islas Caimán.

"Todo lo que el Sr. Korge quiere es recuperar su dinero", dijo Ben Brodsky, que representa a Korge junto a Kendall Coffey. "Estamos manteniendo la esperanza de que podamos localizar algunos de los fondos del Sr. Korge en cuentas bancarias en el extranjero".

Korge está entre más o menos una docena de inversionistas de InnoVida que invirtieron decenas de millones de dólares en la empresa de Osorio. Un grupo de estrellas activas y retiradas de la NBA, incluyendo a Boozer, Alonzo Mourning, Dwight Howard y Howard Eisley, invirtieron en conjunto $5 millones.

Y ahora, American Express le está reclamando a los Osorio, que se dieron a conocer en Miami cuando Claudio dirigió CHS Electronics, una compañía que distribuía computadoras en todo el mundo antes de fracasar en el 2000.

De acuerdo con una demanda presentada en el caso de bancarrota de la pareja, la compañía de servicios financieros está tratando de recuperar un saldo de $55,036 por cargos no pagados en que incurrieron los Osorio con sus tarjetas de crédito antes de declararse en bancarrota en marzo.

Entre los cargos hechos por ellos a las tarjetas de crédito en enero y febrero de este año: $4,815 por pasajes en TAM Airlines; $4,157 por la matrícula de un hijo en Barry University; $4,000 por la matrícula de dos hijos en Miami Country Day School; $3,980 en Ely M. Jewelry., y $1,419 en Apple Store.

Los abogados de American Express señalaron que los Osorio declararon que no recibieron ningún ingreso en los seis meses previos a su declaración de bancarrota, y que sus gastos mensuales ascendieron a unos $72,000.

Los abogados de la empresa dijeron en documentos judiciales que cuando la pareja incurrió en esos cargos, "no tenía la intención de cumplir sus obligaciones con American Express".


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