26 de julio de 2011
La Opinion
Después de dejar tras de sí 250 víctimas –la mayoría de las cuales perdieron su casa-, y una estafa de más de un millón de dólares indebidamente cobrados, además de otros 55 millones emitidos en cheques falsos, Jeff McGrue, no volverá a las andadas por un buen tiempo. McGrue fundador de Gateway International, - una compañía que supuestamente ayudaba a las personas a riesgo de embargo a mantener sus viviendas-, fue sentenciado a mediados de este mes a 25 años de cárcel. Nombres hispanos como los de Fernando Barajas, Yuridia, Limas o Adelina López, abundan en la lista de estafados, muchos de ellos residentes del condado de Orange. Evan Davis, de la oficina de la Procuraduría Federal, explica que este es uno de los casos más notorios y recalcitrantes en este tipo de estafas, que desafortunadamente se han convertido en una epidemia tras la caída del mercado hipotecario. "Después de haber sido arrestado y puesto en libertad a la espera de juicio, McGrue inició la misma estafa en el estado de Washington", explica Davis, señalando que el inicio del fraude se remonta al otoño de 2007. La persistencia el estafador, que en muchos casos exprimió hasta el último centavo de sus víctimas, hizo que el Juez Federal de Distrito en Los Angeles, Otis D. Wright III, lo calificara en su sentencia como una persona "sin corazón". McGrue actuó con el apoyo de otros dos estafadores, Gerald Guidry, propietario de My Debt Solutions, y Ronald Morgan, fundador de una compañía llamada Omnipoint, que han sido también sentenciados. Su forma de operar consistía en identificar propietarios en apuros, y prometerles que si se registraban en el programa de "recuperación" de sus viviendas –previo desembolso de una tasa de entre 1,500 y dos mil dólares-, pagaban una cantidad mensual en renta y cedían el título de propiedad a Gateway, la compañía emitiría a los prestamistas certificados de pago del Departamento del Tesoro, paralizando el proceso de embargo. La empresa además prometía la posibilidad de que los propietarios volvieran a adquirir su vivienda a un precio descontado, y garantizaba una dotación de 25 mil dólares en efectivo, incluso para aquellos que optaran por no comprar de nuevo sus casas. Naturalmente, todo era falso. Barajas por ejemplo, perdió su casa y miles de dólares en "renta", y tuvo que acabar mudándose con su familia a la casa de unos parientes. Otros estafados señalan que hubieran podido negociar la deuda con el banco, salvando al menos su historial de crédito, pero descubrieron demasiado tarde que ya no podían hacer nada. Davis, explica que McGrue y sus colegas reclutaron una red de agentes de bienes raíces que llegaron a creer en la autenticidad de la compañía. "Muchos de ellos perdieron sus casas en el programa también", comenta Davis.