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  Por el libro

20 de junio de 2011

El Nuevo Dia

WASHINGTON — El Tribunal Supremo federal bloqueó hoy lunes una demanda masiva de presunto discrimen por sexo contra Wal-Mart, interpuesta por mujeres que laboran en la cadena de tiendas.

El fallo positivo para la cadena a su vez dificultará las demandas colectivas contra empresas grandes.

Los magistrados fallaron por unanimidad que la demanda contra Wal-Mart Stores Inc. no puede proceder como acción colectiva en su forma actual, en una decisión que revirtió un fallo de la Corte Federal de Apelaciones del Noveno Circuito en San Francisco.

En una votación de 5-4, la corte dijo que eran demasiadas mujeres en demasiados puestos como para agruparlas a todas en una sola demanda.

La demanda podría haber abarcado a 1.6 millones de mujeres y si prosperaba Wal-Mart habría tenido que pagar indemnizaciones por miles de millones de dólares.

Ahora, las mujeres que la presentaron podrán solicitar sus reclamos de manera independiente, con indemnizaciones menos cuantiosas en juego y menos presión para que Wal-Mart transe los casos de forma extrajudicial .

La mayoría de los magistrados coincidió con el argumento de Wal-Mart de que es injusto verse obligado a defender el trato a las empleadas sin tomar en cuenta el trabajo que ejecutan o dónde lo desempeñan.

La opinión del magistrado Antonin Scalia, en nombre de la mayoría conservadora de la corte, señaló que es necesario que haya elementos comunes que vinculen a "literalmente millones de decisiones de empleo a la vez".

Sin embargo, aseguró Scalia, "ese aspecto está totalmente ausente" en la demanda contra Wal-Mart, la empresa privada que contrata el mayor número de personas en el país.

La magistrada Ruth Bader Gingsburg, que redactó la postura de los cuatro magistrados liberales, dijo que había aspectos más que suficientes que unificaban los reclamos.

"La delegación que hace Wal-Mart para que los salarios y los ascensos sean asignados a discreción es una política uniforme en todas las tiendas", dijo Ginsburg.

Caso comenzó en 2001

El caso comenzó en 2001, cuando seis empleadas demandaron a la compañía por discriminación tanto en su remuneración como en sus posibilidades de ascenso por razón de género.

La mujer que promovió la primera denuncia fue Betty Dukes, recepcionista en una tienda de Walmart en Pittsburg (California), tras constatar que la empresa la había discriminado tanto en el sueldo como en las posibilidades de ascenso por ser mujer y negra.

Once días después de que Dukes presentara su querella se le sumaron otras cuatro mujeres, y luego la demanda se convirtió en un caso de discriminación por género en toda la compañía.

En junio de 2001, el juez federal de San Francisco Martin Jenkins, aprobó agrupar el caso como querella colectiva, dentro de algunos márgenes de la ley que determina tales casos.

El juez definió al grupo demandante como "todas las mujeres empleadas en cualquier tienda de Walmart en Estados Unidos desde diciembre de 1998", indicando que esas mujeres "han sido o pueden haber sido sujeto de las políticas de remuneración y promociones cuestionadas en Walmart".

El dictamen, ratificado el año pasado por el Tribunal de Apelaciones Federal del Noveno Circuito, implicaba que la demanda por discriminación sexual, a la que se unieron 500,000 trabajadoras, podía extenderse a todas las empleadas o ex empleadas de la firma, lo que sumaría 1.6 millones.

Tres argumentos contra la demanda colectiva

Walmart apeló al Tribunal Supremo que no había lugar para una demanda colectiva por tres razones. El primero es que las mujeres "tenían diferentes empleos, en diferentes tiendas, en estados diferentes y bajo la supervisión de gerentes distintos".

El segundo se refiere a los salarios atrasados que reclamaban las demandantes, y que según la empresa, no está respaldada por la legislación actual bajo ninguna circunstancia.

El tercer argumento de los abogados de Walmart es que darle curso a la querella de un grupo tan grande violaría los derechos de la empresa bajo la Constitución de Estados Unidos, y los derechos de las empleadas que no estén involucradas directamente en el caso.

Apoyo de otras empresas

Diversas empresas expresaron su apoyo a Wal-Mart, mientras que grupos por los derechos civiles, feministas y de consumidores hicieron lo propio en favor de las demandantes.

Ambos bandos habían descrito al caso como trascendental en extremo. El sector empresarial dijo que un fallo a favor de las mujeres habría propiciado un aluvión de demandas colectivas basadas en pruebas vagas.

Los simpatizantes de las mujeres habían expresado temor de que una decisión a favor de Wal-Mart despojara de un arma valiosa a las acciones en favor de la lucha contra todo tipo de discriminación.


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