17 de junio de 2011
La Opinion
Si una moción presentada esta semana que busca restringir la venta de autos en las calles del condado de Los ángeles es aprobada antes que Miguel Valle venda su Ford Escape 2004, éste no tendrá más remedio que pagar un aviso clasificado en algún periódico o revista local. Y eso era algo que quería evitar el oriundo de Sinaloa, al poner su carrito en un tramo de la Calle Amar en Valinda, con un rótulo de ‘For Sale" encima del tablero de control y largas letras pintadas con pasta de zapatos color blanco en el vidrio trasero. "Pues está mal, ¿qué no?, ahí en donde vivo nadie lo va a ver que lo estoy vendiendo", expresó al comentársele de la normativa que contempla el condado. "Ojalá lo venda pronto y así mejor me evito el problema", agregó. La Junta de Supervisores del Condado comenzó a considerar esta semana una moción que buscaría prohibir la venta de carros en zonas no incorporadas del condado como Valinda, Altadena, el Este de Pasadena, Hacienda Heights, La Crescenta, La Habra Heights, Rowland Heights, y el Este de Los ángeles, entre otros. Su autora, la supervisora del primer distrito Gloria Molina, dijoque varias calles del condado se convierten en "auto lotes" improvisados cuando varios vendedores ponen allí sus carros a la venta. "Esta práctica crea un problema de orden público para residentes y negocios, impactando significativamente la calidad de vida", expresó Molina, quien añadió que ya antes había una ley del condado creada para resolver el problema. "Sin embargo, en vista de varias decisiones en corte que han derribado varias ordenanzas locales, se le aconsejó al condado no implementar la misma", agregó. Esta vez se ha llegado a la conclusión de que una medida puede ser más "estrechamente creada" y no tan amplia en su alcance, para regular esta actividad. Lo que se busca es evitar los casos como el de la ciudad de Los Angeles, que en el 2000 tuvo que revocar una ordenanza que prohibía la venta de carros en las calles por que violaba la libertad de expresión. Desde entonces se han creado ordenanzas más específicas, como una aprobada en abril para un tramo del bulevar Los Feliz y partes de la avenida Franklin. Otras ciudades como Ontario y Pomona han puesto ordenanzas similares en algunas de sus calles principales, sin que hasta la fecha hayan sido demandados por violaciones a los derechos civiles. Según Martín Ramos, un residente de la Calle Arrow en Azusa —donde algunos fines de semana se encuentran hasta 12 carros a la venta frente a su casa—, esta práctica es peligrosa pues crea problemas cuando los interesados disminuyen la velocidad para observar los vehículos, intentan detenerse súbitamente o incluso se estacionan paralelamente. "Por mí está bien, si alguien quiere vender su carro, pues que lo ponga fuera de su casa y no aquí en un lugar donde no viven", expresó.