9 de junio de 2011
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Jason West, un paciente de un Hospital de Utah, Estados Unidos, intentó pagar la factura de un servicio médico por esa cantidad en monedas de un centavo. Según la historia, publicada por un periódico de Salt Lake City, West se presentó en el centro de salud para pagar una cuenta que no quería abonar. Después de asegurarse de que se aceptaba dinero en efectivo, sacó del bolsillo 2,500 centavos y exigió a su cobrador que los contara. Tanto debió molestar al personal del hospital esta actitud y la tediosa tarea por delante, que llamó a la policía. West fue arrestado porque su petición "no sirve a ningún propósito legítimo", y además provocó malestar en el hospital al dejar que las monedas se esparcieran por el suelo. La multa impuesta podría ascender a $140 y aún no se considera saldada su deuda previa. "Yo solo fui a saldar una disputa de facturación, no considero que sea ilegítimo", declaró Jason West indignado. Este incidente no ha sido un caso aislado. Un anciano pagó en Maryland en efectivo $966.86 por concepto de impuestos, con lo que parecían ser sus ahorros en monedas de cobre de toda una vida, guardadas en bolsas de plástico. También hace unos años, en Nueva Jersey, 29 alumnos fueron expulsados del colegio donde estudiaban por pagar los dos dólares que costaba el almuerzo en monedas de un centavo. El colegio alegó que tener que contar las 29 comidas ralentizaba el servicio, pero los padres consiguieron que los colegiales fueran readmitidos.