18 de mayo de 2011
Consumer.es
Las alertas sobre el iPhone y el almacenamiento de datos de las rutas que siguen los usuarios abren el debate sobre la intimidad. "Saben dónde vives, qué lugares frecuentas, quién y cómo eres y lo que piensas, lo saben todo de ti". ésta podría ser la frase principal del anuncio de una organización en defensa de la intimidad del usuario frente a los abusos de las empresas de tecnología. Desde Facebook a Google, en un momento u otro, a la mayoría se ha acusado de almacenar datos privados para usarlos en su propio interés. La última compañía ha sido Apple, que según han descubierto investigadores británicos, almacena en sus iPhone datos sobre las rutas y ubicaciones del usuario por un tiempo demasiado largo. Sin embargo, lo cierto es que, sin estos datos, difícilmente muchas de las empresas serían capaces de dar un buen servicio. ¿Cómo debemos enfocar la geolicalización en el móvil: como un peligro o como una utilidad? Un grupo de investigadores y analistas tecnológicos británicos ha acusado a Apple de guardar durante un tiempo excesivo -según la ley no puede ser superior a un mes- datos de la localización de los usuarios de los iPhone y las rutas que siguen. Al parecer, la intención es guardarlos en un archivo oculto del teléfono llamado "consolidated.db", que luego se traspasa al ordenador, al conectar el teléfono con éste, y de ahí al programa que lo controla, iTunes, que a su vez lo enviaría a Apple. La compañía negó en abril que la información fuera cierta, pero al final ha reconocido que esta operación se desarrolla así. No obstante, ha asegurado que la intención no era sacar partido económico de los datos privados ni venderlos a terceros. Por otro lado, los investigadores pusieron en evidencia que el tipo de archivo que los guarda tiene un nivel de seguridad muy bajo al no usar ningún modelo de cifrado de la información. Apple ha lanzado una nueva actualización del sistema operativo iOS, la 4.3.3, que soluciona este problema al reducir el tiempo de almacenado de los datos y usar un protocolo de cifrado de la información geolocalizada del usuario. Los investigadores pusieron en evidencia que el tipo de archivo que guarda la información privada tiene un nivel de seguridad muy bajo. La nueva actualización permite que el dueño de un iPhone pueda bloquear la información geolocalizada sobre él, con solo desactivar en el apartado de "Ajustes" el subapartado de "Localización". Otras compañías que han reconocido usar o almacenar los datos de localización son Google, que sustenta el sistema operativo Android, y Microsoft, con Windows Phone 7. Esta última empresa ha reconocido que recoge los datos personalmente, lo que puede implicar que tenga que sentarse en el banquillo de los acusados en Estados Unidos. De momento, ni Google ni Microsoft han anunciado medidas para suspender esta actividad. Ambos han tenido en el pasado problemas con la recopilación de datos privados sin que el usuario hubiera facilitado su permiso. En el caso de Microsoft, fue su sistema Micrososft Passport, que centralizaba la información de las claves de acceso a los servicios del usuario en los servidores de la compañía. Frente a este modelo se impuso el sistema OpenID. Para Google, la polémica llegó con la acusación el pasado año de recopilar los datos de las redes wifi de particulares, al elaborar su sistema de mapas Street View. La empresa tuvo que responder a demandas en varios países, e incluso, retirarse parcialmente de algunos de ellos, como Alemania. ¿Utilidad o peligro? Los investigadores británicos, y por extensión las numerosas asociaciones a favor de regular el uso que las empresas tecnológicas hacen de los datos privados, han destacado el evidente peligro de que estos datos caigan en manos de ciberdelincuentes o gobiernos que no respetan los derechos individuales ni humanos, e incluso, de organizaciones terroristas. La información íntima geolocalizada es demasiado sensible como para moverse por la Red sin cifrado y sin permiso del usuario, según destacan. Lo cierto es que los móviles, con GPS o sin él, pueden rastrearse con facilidad por grupos equipados, como la policía, las organizaciones sofisticadas o los servicios secretos. Importantes analistas han destacado los peligros para la intimidad cuando se depende demasiado del móvil. El GPS dota al móvil de numerosas virtudes y posibilidades como herramienta comercial e informativa, y para ello necesita información sobre la posición Sin embargo, el GPS dota al móvil de numerosas virtudes y posibilidades como herramienta comercial e informativa. Un móvil con geolocalización activada permite que podamos consultar según nuestra posición la ubicación de un servicio cercano, un restaurante atractivo y recomendado por otros usuarios o la ruta más corta para llegar a una determinada calle. También nos permite ver imágenes de lugares concretos, e incluso, en el futuro recibiremos ofertas de servicios según dónde estemos ubicados. Todas estas funciones las prestan servicios y plataformas que optimizan el uso del GPS, por lo que necesitan que tanto el iPhone como los teléfonos que funcionan con Android, WP7 o cualquier otro sistema operativo tengan activada la función de "Localización". Los expertos opinan respecto a la polémica con Apple que todo servicio debe contar con la aprobación del usuario y que, en realidad, muchas aplicaciones del iPhone le piden permiso para activar el GPS y recopilar sus datos antes de iniciar la sesión. Al final, son los usuarios quienes deciden si quieren revelar esos datos o no, o así debería ser, y han de ser conscientes de que no permitirlo limita las utilidades del teléfono.