11 de mayo de 2011
El Nuevo Herald
Tres mujeres le dieron un giro literal al término "lavado de dinero’’ cuando convencieron a víctimas incautas que podrían purgar espíritus malignos si enviaban miles de dólares a Fort Lauderdale para ser "lavados", dijeron las autoridades. Las mujeres les prometieron a las víctimas que el dinero —$59,000 en total— les sería devuelto, pero esto nunca ocurrió. Bridgette Evans, de 32 años, y residente de Dania Beach, y Pollie Evans, de 36 años, y Olivia Evans, de 22 años, ambas de Texas, fueron arrestadas y acusadas de fraude postal. Cada una se enfrenta a una condena de 20 años de cárcel de ser halladas culpables. El miércoles, Bridgette Evans tenía programada una audiencia en una corte federal de Fort Lauderdale para ser encausada y que se le fije una fianza. Las otras dos mujeres fueron trasladadas desde Texas. Según el encausamiento federal, las tres les dijeron a "ciertas personas que podrían determinar si espíritus malignos estaban presentes en sus vidas o en las vidas de sus seres queridos y si esos espíritus les causaban enfermedades u otros problemas". Posteriormente les dijeron a sus víctimas que podrían enviar su dinero para "limpiarlo" y que esa "limpieza" ahuyentaría a los espíritus malignos y les curaría sus enfermedades. Las mujeres no fueron acusadas de lavado de dinero. Cuatro personas en Texas, Wisconsin y las isla caribeña de Anguilla les enviaron su dinero a través de Western Union o MoneyGram a las tres mujeres entre el 2007 y el 2008, de acuerdo con el encausamiento, pero ninguna de las tres les devolvió el dinero, como habían prometido. La relación de las tres mujeres entre sí no se reveló en el encausamiento. En un caso, Olivia Evans le dijo a alguien identificado sólo como "L.S." que le enviara dinero "para ocuparse de las cosas malas", y que si no lo hacía "cosas malas podrían sucederle a ella y a su familia, según el encausamiento. Evans le prometió que le devolvería el dinero —$9,000—, pero no lo hizo. Las cosas tomaron un giro más extraño: Evans le dijo a L.S. que comprara un reloj Rolex con un prisma, diciéndole que "el reloj se necesitaba utilizar como un vórtice para que los demonios regresaran al infierno", según aparece en el encausamiento. Evans le "prometió a L.S. que le devolvería el Rolex en cuanto los demonios pasaran por el vórtice". Sin embargo, Evans nunca le devolvió el Rolex.