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  Por el libro

3 de mayo de 2011

BBC

Aceite de oliva

El precio de un kilo de aceite de oliva bajó en los supermercados españoles de 2,80 a 1,80 euros.

La crisis en España está amenazando una de sus principales fuentes de exportación: la producción de aceite de oliva.

En una de las economías europeas que más ha sufrido la crisis mundial, los productores se han visto forzados a vender a precios por debajo del costo de producción.

Los precios del producto se han desplomado, lo que en principio es bueno para el consumidor, pero también puede llevar a la quiebra a miles de productores en uno de los sectores más importante de la economía española.

"El principal problema es que el precio es bajo, y con ello el costo del cultivo es mayor que el precio de origen. Eso es muy grave", dijo a BBC Mundo José Maria Penco, de la Asociación Española de Municipios del Olivo.

El precio de un kilo de aceite de oliva ha bajado de 2,80 euros (US$4,15), antes de la crisis financiera, a 1,80 euros (US$2,67) en la actualidad.

"Como el costo de producción de un kilo de aceite de mediana calidad es 2,40 euros y el precio medio de compra es de 1,80, eso significa que hay una pérdida de 0,6 euros por kilo que está soportando el agricultor", explicó.

Según una investigación del diario británico Financial Times, un problema adicional es la sobreoferta, ya que tras la crisis financiera muchos de los recursos que se destinaban al sector inmobiliario, se han invertido en olivares.

Y esto, "combinado con el hecho de que el volumen de cosechas ha aumentado en los últimos 15 años y que incluso hubo una muy buena cosecha en 2008, ha contribuido también a deprimir los precios", dice el diario.

Panorama desolador

"El principal problema es que el precio es bajo, y con ello el costo del cultivo es mayor que el precio de origen. Eso es muy grave,"

José María Penco, de la Asociación Española de Municipios del Olivo

La combinación de sobreoferta, con grandes supermercados que venden el producto a descuento, ejerce fuertes presiones sobre los productores, muchos de los cuales comienzan a abandonar la producción.

España es el principal productor mundial de aceite de oliva, con el 50% del mercado. El país produce 1,4 millones de toneladas de aceite de oliva -tres veces más que Italia, el segundo productor- y exporta unas 800.000 toneladas.

"Aunque hay muchos productores y alrededor de 1.700 fábricas de aceite, el 80% de la distribución está en manos de cinco cadenas distribuidoras".

En ese contexto, esos cinco grandes distribuidores están en condiciones de marcar las condiciones de precio.

Penco explica que debido a la crisis, las cinco grandes cadenas distribuidoras, que son las que compran el producto a los fabricantes de aceite, han convertido el aceite de oliva en un producto "gancho".

"El aceite de oliva es un producto gancho, como lo es también la leche. Eso significa que venden el aceite de oliva muy barato, y con ese gancho atraen a los consumidores a sus establecimientos, y ganan dinero con otros productos que tienen mayor margen".

Agricultores "sin aire"

Plato con aceite de oliva

España tiene el 50% de la producción mundial de aceite de oliva.

La falta de crédito viene a agravar una situación que ya de por sí es seria.

Según explicó Penco, debido a la falta de crédito los productores se ven forzados a vender a cualquier precio porque necesitan recursos para continuar trabajando la tierra.

"Si yo no quiero vender y esperar a que mejore el precio, necesito financiarme de alguna manera, pero si los bancos tienen la linea de crédito cortada, la única solución es vender el aceite aunque sea a un precio bajo, por eso decimos que los productores están sin aire", dice.

Tras dos años de pérdida, los agricultores ya tienen poco margen de maniobra y comienzan a abandonar los cultivos en las zonas donde los costos de producción son mayores, en la sierra.

El 75% de la producción española se hace en fincas tradicionales, no mecanizadas, y por lo tanto los costos son más altos.

Esto en un momento en que la competencia es mayor, porque productores emergentes como Chile, Argentina, Australia y Marruecos están entrando en el mercado.

"El debate está en que es necesario reconvertir a sistemas modernos, intensivos, porque en esos sistemas sí se estaría dentro de la rentabilidad, pero reconvertir implicaría mucho dinero, porque hay que replantar el olivar, hacerlo mecanizable, y no hay crédito", explicó el dirigente de la Asociación Española de Municipios de Olivo.

Señaló que una alternativa sería que la ayuda de la Unión Europea para los años 2014-2020 que se está discutiendo ahora, se dirija a la reconversión del olivar, tal como ocurrió con los viñedos.

Pero a corto plazo, no parece haber mucha alternativas para uno de los sectores más afectados por la crisis.


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