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  Estirando el chavito

13 de abril de 2011

La Opinion

No cabe duda que la presente crisis económica ha puesto de cabeza a muchos principios establecidos de inversión. Hasta hace poco comprar una casa era una inversión segura y sensata, ya que el valor de las propiedades siempre subía. Pero en los últimos años hemos visto que el valor de los bienes raíces ha bajado al nivel de los años noventa. Esta situación ha dado lugar a que mucha gente modifique su préstamo hipotecario, y quienes no lo han podido hacerlo, han perdido las han perdido en embargos o se han visto obligados a venderla, con permiso del banco propietario de la hipoteca, por menos del balance del préstamo, en lo que se conoce como ‘venta corta’, o short sale, en inglés.

Pero si se rebaja o perdona la cantidad que se debe al banco, se tiene que pagar un impuesto sobre la misma. En ciertos casos esta situación puede resultar en pagar un impuesto de miles de dólares.

Es decir, otra consecuencia de la crisis es el impuesto sobre la deuda perdonada como resultado de una modificación de la hipoteca, venta corta o embargo hipotecario (foreclosure).

Pero hay varias excepciones que al lector propietario de casa le conviene saber. La ley de condonación de deudas hipotecarias de 2007 (the Mortgage Debt Relief Act of 2007) protege a la mayoría de los propietarios afectados si existen cuatro elementos:

1. La deuda condonada tiene que estar relacionada con la hipoteca de su residencia. Esta excepción no se aplica cuando la casa se renta o si es una segunda propiedad que se habita en época de vacaciones.

2. El dinero recibido del préstamo tenía que haberse usado para comprar, construir o mejorar sustancialmente su residencia. Cuando los valores de las casas estaban por las nubes, mucha gente sacaba una segunda hipoteca para empezar un negocio o comprar otra propiedad para rentar. En este caso, si la deuda representada por la segunda se perdona, esta ley no protege al propietario del impuesto correspondiente.

3. La cantidad perdonada no puede exceder dos millones de dólares, o un millón, si la persona que reporta el ingreso es casado y no declara los impuestos junto con su cónyuge.

4. Esta ley sólo se aplica a las deudas hipotecarias perdonadas en los años 2007 al 2012.

Por lo general, cuando el banco perdona una deuda, o parte de una deuda, le envían a usted el formulario 1099-C, con una copia al Departamento de Tesorería (Treasury Department) y, como señala la contadora y preparadora de impuestos Evelyn K. Escoto, en el valle de Santa Clarita, "es importante saber que, aún si la cantidad perdonada es exenta bajo la ley, se ha de añadir a la declaración de impuestos rellenando el formulario oficial del IRS, número 982".

Si usted ha modificado su préstamo, si vendió su casa en ‘short sale’ o si la perdió en foreclosure y no está protegido por la Ley de condonación de deudas hipotecarias, no se desespere. Hay dos excepciones más. La semana que viene analizamos la insolvencia como una manera de escapar las consecuencias tributarias de una deuda perdonada.


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