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  Por el libro

16 de marzo de 2011

El Nuevo Herald

Sólo días después del fuerte terremoto en Haití, el empresario Claudio Osorio abordó un jet con un grupo de personalidades: Alonzo Mourning, ex astro del heat de Miami; Wesley Clark, general retirado del Ejército; David Paulison, ex director de la FEMA; el empresario miamense Chris Korge y la esposa filántropa de Osorio, Amarilis.

El Gulfstream G550 era de Ryan Freedman, un joven magnate de una acaudalada familia neoyorquina, quien había prestado $3.75 millones para la más reciente aventura de Osorio, InnoVida, un fabricante de paneles de alta tecnología para paredes para viviendas de bajo costo.

En el jet iba un grupo de médicos y medicinas para los haitianos, pero el viaje humanitario también era una oportunidad única de relaciones públicas para Osorio y su nueva compañía.

Hoy, más de un año después, la promesa de ese vuelo parece un recuerdo distante: Osorio no ha logrado cumplir su promesa de construir una comunidad de "cabañas' de InnoVida en Haití, donde decenas de miles de personas todavía viven en tiendas de campaña y otros refugios improvisados.

En su lugar, Osorio enfrenta la terrible realidad de una fuerte batalla judicial con varios inversionistas molestos, quienes alegan que el empresario nacido en Venezuela los engañó. Korge, Freedman, Carlos Boozer (estrella del baloncesto profesional) y otros han demandando al empresario de Miami Beach y su compañía por decenas de millones de dólares en medio de acusaciones de fraude.

La junta directiva de InnoVida, que otrora se preciaba de tener a luminarias como Clark, Jeb Bush y el conocido urbanizador miamense Jorge Pérez, según material promocional de la firma, también fue desmantelada. Sin embargo, Clark afirmó a través de un portavoz que nunca había pertenecido al directorio.

Por lo menos cinco demandas acusan a Osorio -- que en una ocasión fue CEO de una empresa en la lista Fortune 500, conocido por sacar provecho a sus relaciones con gente en el mundo de los negocios, las entidades caritativas y la política-- de engañar a inversionistas y prestamistas para que respaldaran nuevos negocios internacionales establecidos sobre bases y documentos falsos.

Freedman demandó al alegar que su empresa recibió una transferencia bancaria fraudulenta que indicaba que un banco de Hong Kong había pagado una cuota atrasada de Osorio en octubre. El pago nunca llegó.

Korge, abogado y considerado un urbanista listo, dice que Osorio tiene un talento excepcional para encantar a la gente y ganarse su confianza. Korge afirma que Osorio le aseguró que InnoVida tenía unos $40 millones en efectivo y que un fondo estatal de inversión del Medio Oriente adquiriría acciones de InnoVida por valor de $500 millones, una inyección de efectivo que nunca se materializó.

"Le tomé la palabra', dijo Korge, quien invirtió $4 millones en InnoVida, que incluyó $3 millones tomados en préstamo de Rodney Barreto, amigo cercano, cabildero y empresario miamense.

En una entrevista este mes en el bufete de su abogado en Miami, Osorio dijo que nunca engañó a Korge --ni a ninguna otra persona-- para que invirtiera en su empresa. En cualquier caso, dijo, Korge, un ex cabildero de Miami-Dade que hizo millones en urbanización y negocios de concesiones, estuvo motivado por su propia avaricia.

Osorio dijo que "no indujo' a Korge a firmar un acuerdo en diciembre del 2009 que le daba la opción de comprar un máximo de $9 millones en acciones de InnoVida. ‘‘Ningún accionista fue invitado por InnoVida sobre la base de ganar dinero rápido', aseguró Osorio, de 52 años, quien vive en la exclusiva Star Island en Miami Beach. ‘‘Nos faltan de un año y medio a dos años para salir a bolsa'.

Pero eso está por verse: a principios de este mes, un juez de Miami declaró a Osorio en desacato por no entregar registros financieros en el caso de Korge y le retiró al presidente ejecutivo de InnoVida la autoridad para dirigir la empresa, nombró a un interventor para que tome el control y realice una profunda investigación financiera, que incluye ubicar el dinero que se debe a varios inversionistas, prestamistas y otros acreedores.

Tras el fallo del juez, Osorio declaró a The Miami Herald que InnoVida, con sede en Lincoln Road, Miami Beach, tiene entre $100 millones y $200 millones en activos, incluidos $25 millones en efectivo a la mano.

Sin embargo, esa situación financiera no fue lo que reflejó un reporte inicial presentado por el interventor nombrado por el tribunal, el abogado Mark Meland, quien informó que, según Osorio, InnoVida "no tiene fuentes de fondos' para pagar los gastos operativos de la empresa. El interventor también concluyó que:

La cuenta de InnoVida en Wachovia en Miami tiene un saldo de $87,000. Otra cuenta empresarial en el Royal Bank of Canada, en las Islas Caimán, tiene un saldo de $12,000. Sin embargo, los registros muestran que InnoVida había depositado decenas de millones de dólares en efectivo en esa cuenta en el paraíso fiscal.

"El interventor tiene razones para creer que hay una cantidad significativa de activos en el exterior, específicamente efectivo, que a final de cuentas se podrán vincular con InnoVida, sus filiales, Claudio Osorio o Amarilis Osorio', escribió Meland, al señalar que la cuenta de Gran Caimán no ha tenido actividad en seis meses y está temporalmente congelada. "Los Osorio no han ofrecido una explicación adecuada'.

Un informe del 2009 de la compañía presentado al IRS muestra que las 12 cuentas en el extranjero de InnoVida tienen un valor total de más de $37.5 millones, escribió Meland, quien agregó que no ha recibido "ninguna explicación adecuada' de lo que sucedió con ese dinero.

Registros bancarios también muestran que InnoVida envió electrónicamente millones de dólares durante varios años a una entidad llamada Miami Worldwide Partners, que transfirió entonces el dinero a la cuenta personal de Elba Gamboa. Ella era quien "controlaba de facto' las operaciones de la fábrica de InnoVida y asistente de Osorio y su esposa. "La señora Gamboa aconsejó que esos fondos se usaran para pagar a los empleados de [la pareja] sin embargo, no se han presentado documentos adecuados que apoyen esas alegaciones. Otros fondos de esta cuenta se usaron para pagar la hipoteca de la residencia del Sr. Osorio en Telluride, Colorado'.

Esta pasada semana la jueza de circuito Valerie Manno-Schurr autorizó la solicitud del interventor para reducir las operaciones de InnoVida y, si fuera necesario, presentar una declaración de bancarrota bajo el Capítulo 11 para proteger los intereses financieros de los acreedores e inversores. La jueza prohibió a los Osorio transferir dinero en cuentas bancarias a su nombre sin autorización del interventor. También les ordenó entregar temporalmente sus pasaportes hasta una audiencia del 21 de marzo sobre el asunto.

Además, la jueza le ordenó a la pareja entregar los registros financieros de InnoVida y sus compañías relacionadas y ofrecer declaraciones juradas en presencia del interventor. El viernes, durante su testimonio, Osorio invocó varias veces su derecho a la Quinta Enmienda (que le permite no incriminarse a sí mismo) cuando Meland le hizo preguntas relacionadas con alegaciones de fraude, entre ellas si tomó algún dinero de InnoVida para gastos personales, de su esposa o hijos, según los abogados presentes.

En la entrevista anterior con The Miami Herald y El Nuevo Herald, Osorio dijo que entendía por qué la jueza estaba enojada con él por no entregar los registros financieros de su compañía. Pero afirmó que había sido difícil obtener esos documentos de sus asociados en el extranjero, como los Emiratos Arabes Unidos, Omán, Tanzania, China y la India. "El hecho es que no tenemos control sobre ellos', explicó Osorio.

Pero Manno-Schurr, quien criticó a Osorio por no mostrar "ningún respeto' al tribunal, dijo que no sabía nada de InnoVida: "No conozco el valor de esta compañía', dijo en una audiencia reciente. ‘‘Muéstreme el dinero'.

Robert Zarco, abogado de Osorio, dijo el jueves que estaba "extremadamente sorprendido' por el informe inicial del interventor y que planea investigarlo.

"Nuestro cliente sostiene que el informe es inexacto, enormemente exagerado y una distorsión del verdadero panorama financiero de la compañía', dijo Zarco. ‘‘Nuestro cliente sostiene que no se usó ningún dinero de la empresa para propósitos ilegales, y que se usaban para asuntos empresariales apropiados.

"Resulta desafortunado que este caso no se haya resuelto, tratado o decidido sobre los méritos, sino sobre el hecho de que el cliente no ha presentado suficiente documentación', agregó.

Korge, importante recaudador de fondos demócrata que conoció a Osorio y su esposa durante las campañas presidenciales de Hillary Clinton y Barack Obama, no es el único inversionista deslumbrado con el carismático empresario.

Al menos una docena de otras personas percibieron beneficios potenciales en la compañía de Osorio, entre ellos un empresario de Tanzania que vive en Star Island y un grupo de inversionistas de los Emiratos Arabes Unidos.

Los inversionistas con sede en Dubai, entre ellos un alto ejecutivo, invirtieron $10 millones en InnoVida Holdings y $17 millones en las fábricas de empresa conjunta de la compañía en los Emiratos Arabes, Omán y la India, según registros del tribunal.

En una declaración presentada ante la Corte de Circuito de Miami-Dade, el director, Jamno Perumal Kalwani, dijo que se ‘‘preocupó' con el manejo de la compañía por parte de Osorio a comienzos del 2009. Agregó que confirmó sus peores temores cuando "rebotaron' los cheques de Osorio para el pago de la nómina de empleados y otros gastos en la fábrica de Dubai. Kalwani dijo que Osorio ‘‘esquivaba nuestras llamadas e inventaba excusas ridículas sobre las razones por las que no podía pagar facturas pendientes'.

La fábrica de Dubai cerró en septiembre.

Otro grupo de basquetbolistas activos y retirados, como Mourning, Boozer, Dwight Howard y Howard Eisley, también invirtieron unos $5 millones en la compañía de Osorio. Los jugadores conocieron a Osorio a través de un amigo. Boozer, astro de los Bulls de Chicago, quien con su esposa Cindy invirtió $1 millón, planea presentar su demanda esta semana, dijo su abogado, David Núñez.

Otro participante destacado en el caso es el gobierno federal. Semanas después del terremoto de 12 de enero del 2010 en Haití, la Overseas Private Investment Corporation, una entidad del gobierno que financia proyectos, anunció que le había prestado a InnoVida $10 millones para ayudar a financiar la construcción de una fábrica en Haití para construir 32,000 viviendas para las víctimas del terremoto en los cinco años siguientes. Osorio dijo que su compañía donaría 10,000 de las llamadas Cabañas Haitianas, hechas con paneles de fibra, a las víctimas del terremoto.

Sin embargo, la fábrica todavía no ha comenzado a construirse, más de un año después de una conferencia de prensa para anunciarlo en la fábrica en InnoVida en North Miami Beach, a la que asistieron Osorio, Mourning y Clark. Osorio culpó de la demora a la parálisis económica sistemática de Haití. Agregó que la fábrica había producido materiales de construcción y los había embarcado hacia Haití para una nueva escuela financiada por la compañía de cruceros Royal Caribbean Cruise Lines.

Mientras tanto, Osorio, enfrenta otros apremiantes problemas.

En enero el gobierno suizo recibió asistencia del Departamento de Justicia para investigar posibles cargos penales contra Osorio en Suiza. Las autoridades suizas alegan que Osorio y otros obtuvieron fraudulentamente $220 millones en préstamos de bancos suizos a finales de los años 90 al mentir sobre la solidez de su empresa anterior, CHS Electronics, con sede en Miami. La compañía fue una distribuidora de computadoras a nivel mundial, que perteneció a la lista Fortune 500 y que se declaró en bancarrota en el 2000, y que al año siguiente llegó a un arreglo en un caso de fraude accionario con un grupo de accionistas.

Pero los abogados que lo han demandado por varias inversiones en InnoVida dicen que sus problemas pasados y presentes son similares.

"Osorio resurgió de las cenizas de la bancarrota de CHS Electronics para perpetrar otra de las suyas a nivel mundial con otras víctimas', aseguraron Alice Sum y Lilly Ann Sánchez, abogadas de Miami, en una declaración. Ellas representan al empresario tanzano Sanjay Suchak, quien ha demandado a Osorio por una inversión de $2 millones en InnoVida.


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