2 de marzo de 2011
Primera Hora
Su moderna tecnología, limitada accesibilidad y su alto costo en el mercado, en comparación con otros teléfonos celulares, convierten al iPhone y a los smartphones en juguetitos de alto valor entre los pillos. Aunque no hay estadísticas oficiales en la Policía, pues el robo de celulares se clasifica bajo Delitos Tipo I, el sargento Benjamín Archilla confirmó un incremento en el robo de móviles en los pasados meses. "Seguro que ha habido un incremento. Los celulares son muy caros y a los pillos se les hace fácil llevárselos y desactivarlos", dijo el supervisor del Cuerpo de Investigaciones Criminales (CIC) de San Juan. Los precios de este tipo de teléfonos inteligentes puede fluctuar entre los $100 y $400, así que los convierten en el botín ideal para venderlo en el mercado negro o en casas de empeño, sostuvo el oficial. "Es bien sencillo llevarlos a cualquier casa de empeño, les sacan el chip y los venden. Es como el oro, pues, en ocasiones, no tienen número o identificación que pueda evidenciar que pertenece a otra persona", señaló Archilla. Además de su alto precio, los móviles resultan en un buen botín, ya que algunos de éstos funcionan como un pequeño equipo de entretenimiento a través del cual pueden ver películas, jugar y navegar la web. El sargento alertó, sin embargo, que la práctica ilegal puede haber ido en alzada debido a que algunos clientes inventan un alegado robo para poder cobrar el seguro y obtener una nueva unidad sin tener que recurrir a gasto adicional. Para que una querella de robo prospere, durante la investigación policiaca debe probarse que hubo amenaza e intimidación. Si se trata de una apropiación o pérdida, la querella no procedería. La tarea a los pillos se la han facilitado pequeños comerciantes que se dedican a desbloquear los aparatos y así eliminan cualquier código de seguridad que evite conocer su procedencia. El sargento Víctor Vélez, quien dirige la División de Investigación de Centros de Acopio y Casa de Empeño de la Policía, no precisó si, en efecto, las casas de empeño se lucran del robo de celulares. Pero sí confirmó que lamentablemente toman el celular, así como cualquier otra mercancía, sin exigirle al cliente la documentación que confirme su adquisición o lugar de procedencia. "Simplemente lo toma, te pide una identificación y te compra o empeña, que es lo mismo que estaba pasando con las prendas", señaló. Vélez reconoció que el negocio de las casas de empeño se ha diversificado a tal grado que en algunas de ellas puedes conseguir desde televisores plasma, herramientas, relojes, PlayStations, películas y hasta motoras. "El que roba no pierde la oportunidad de robar todo lo que aparezca, con (el celular) mejor es el paquete para él", señaló el sargento Vélez respecto al robo de celulares. Claro, entre más información le sea solicitada al cliente por el propietario de la casa de empeño, más herramientas tiene la Policía para conseguir la propiedad robada. De hecho, la creación de la división para la que trabaja Vélez, en septiembre de 2010, se hizo con el fin de proveerle a la Uniformada más herramientas para proceder en la inspección de las casas de empeño, así como de sus registros para verificar que la propiedad entregada o comprada sea cónsona con la que hay en la tienda. El director del área de Investigaciones de la Oficina del Comisionado de Instituciones Financieras (OCIF), Asdrubal Aponte, reconoció que es un "poco difícil", quizás "imposible", determinar si una mercancía es robada al momento de ser vendida o empeñada. Es ahí, dijo, donde entra el uso de discreción del propietario. "Se le pide a ellos que usen buen juicio.. que vean bien las características de la persona que viene a empeñar y el objeto", señaló Aponte, quien destacó que hay registradas 225 casas de empeño cuando el año pasado habían 198. Esto sin contar las que podrían estar operando de forma ilegal. El propietario siempre tiene que solicitarle al cliente una identificación con foto y guardar la información de la persona en sus archivos.