28 de febrero de 2011
El Nuevo Herald
Cuando Juan Rivera, militar retirado, cumplió 55 años y decidió que era hora de hacerse una colonoscopia, se fue al Hospital de Veteranos de Miami. Cuando le hicieron el estudio y le dijeron que los resultados eran negativos, no pensó más en eso. Un año después, recibió una espeluznante carta de la Dirección de Veteranos de Guerra (VA), que le informó que el equipo usado en el procedimiento quizás estaba contaminado. Entonces le pidieron que se presentara para hacerle un examen. Resultó que era portador del virus VIH. ``Se molestó mucho. Opina que el gobierno lo ha condenado a muerte', dijo su abogado, Ira Leesfield, quien ha demandado a la VA por $20 millones a nombre de Rivera. ``Está casado y tiene cuatro hijos. Ha llevado una vida libre de riesgos y ahora es seropositivo. Sólo hay una explicación posible: la colonoscopia'. La demanda de Rivera es una de 45 presentadas contra la VA en Miami, y 113 más están en camino tras registrar la información exigida cuando se demanda a una entidad de gobierno. Y pudiera haber muchas demandas más. Rivera fue uno de 11,000 veteranos a quienes se le practicó una colonoscopia en Miami, Tennessee y Georgia entre el 2004 y el 2009 con equipo que la VA ha reconocido que puede haberse esterilizado indebidamente. Según la VA, 2,539 ex militares de Miami está ``corren el riesgo de estar infectados' como resultado de la colonoscopia, pero insiste en que ``no hay evidencia que sugiera que estas infecciones se deben al colonoscopio'. Hasta el momento, cinco veteranos de Miami que se practicaron colonoscopias en el hospital de la VA aquí son seropositivos, ocho padecen de hepatitis C y uno de hepatitis B. Para veteranos como Rivera -- que fue chofer del Ejército 13 años en Corea del Sur, Alemania, Honduras y Panamá-- la idea de que la VA pueda haberlo hecho correr el riesgo de infección o muerte-- es muy difícil de aceptar. ``Sirvió a su país muchos años y ahora quedará afectado el resto de su vida', dijo Leesfield, el abogado de Rivera. ¿Como pudo haber sucedido? Veintitrés meses después que el escándalo salió a la luz pública, documentos judiciales y los resultados de una investigación de la VA obtenidos por The The Miami Herald sobre la base de leyes de documentos públicos muestran que las colonoscopias se realizaron en una atmósfera de capacitación inadecuada, falta de supervisión y fallas de comunicación. Los técnicos y enfermeras realizaron estudios para los que no estaban debidamente capacitados y no se acogieron a las recomendaciones del fabricante de los endoscopios. Los suministradores de equipo se saltaron el proceso de aprobación de la VA y entregaron instrumentos de prueba directamente a las salas de operación. Según el informe de la VA, los problemas en Miami salieron a la luz en el 2009 después que varios técnicos escucharon rumores de endoscopios mal esterlizados en otros estados. Los técnicos desarmaron tubos de endoscopios usados para identificar póliposcancerosos. Los tubos debían estar esterilizados, pero los técnicos detectaron ``un líquido turbio y restos de tejido'. También descubrieron que algunos de los tubos, que debían ser esterilizados con vapor y desinfectantes químicos después de cada uso, sólo los habían enjuagado. De hecho, no los habían esterilizado debidamente en los 5 años desde que los compraron en el 2004, según un informe de la Junta Asesora de Riesgo Clínico de la VA. Otros endoscopios no tenían una válvula clave para evitar que fluidos contaminados afecten al paciente. Tres días después se enviaron las cartas a 2,600 veteranos del sur de la Florida. Pero no acabó ahí. Unos 16 meses después, el hospital de la VA de Miami reveló que su proceso de notificación del 2009 no informó a 79 pacientes. Y seis meses después, el 8 de febrero, la VA anunció que tampoco había informado a otros 12 veteranos que quizás quedaron expuestos a enfermedades graves, que según los médicos se tratan mejor con un diagnóstico en su etapa inicial. ``Me rompió el corazón', dijo Mary Berrocal, directora del hospital, después de los primeros informes sobre el problema. Berrocal dijo que disciplinó a 10 empleados, pero declinó decir quiénes o cómo. Berrocal declinó comentar para este reportaje. Las autoridades de la VA ni siquiera han confirmado si alguien fue disciplinado. ``No podemos confirmar ni negar que se hayan tomado medidas contra estos empleados', dijo Mary Kay Hollingsworth, portavoz de la entidad. Dan Shannon, ex militar de Broward, recibió una de las cartas. Shannon, que estuvo en la infantería en Vietnam, se realizó colonoscopias en el hospital VA de Miami en el 2007 y el 2008. ``La ansiedad y la angustia me afectan mucho', dijo Shannon, de 61 años. ``Ya estaba en el programa [para tratarme el Síndrome de EstrésPostraumático]'. A Shannon, voluntario del local de Veteranos de Guerras en el Extranjero en West Park, lo sometieron a pruebas de VIH y hepatitis en el hospital de la VA, y entonces, como ya no confía en la institución, también fue a un médico privado. ``Lo que más me molesta que también le hicieron las pruebas a mi esposa'. Hasta ahora el matrimonio no ha resultado seropositivo, pero Shannon es uno de los ex militares que ha demandado a la VA. Cuando el escándalo salió a relucir, autoridades nacionales de la VA respondieron prontamente: establecieron un centro de llamadas para que los ex militares pudieran recibir información y asesoría. Ofrecieron pruebas gratis . Realizaron inspecciones por sorpresa en 42 de 56 hospitales en todo el país. El resultado: 43 por ciento no cumplía las normas de limpieza y seguridad. Miami no fue parte de estas inspecciones porque el hospital ya era objeto de una investigación. Legisladores del sur de la Florida reaccionaron furiosos. ``Esto es inaceptable', dijo la representante federal Ileana Ros-Lehtinen, republicana por Miami, quien exigió una investigación del Congreso. En la audiencia de junio del 2009, Gerald Cross, subsecretario de Salud en funciones de la VA, dijo que estaba ``muy preocupado' por los malos resultados de las inspecciones por sorpresa. ``Hicimos las cosas mal y espero que se solucione el problema', dijo. La VA anunció que invertiría $26 millones en equipos nuevos, capacitación y supervisión de procedimientos. En abril del 2009, la VA había enviado a Miami una Junta Administrativa de Investigaciones (AIB), compuesta por cinco miembros, para identificar los problemas., El informe de 24 páginas, que sólo se pudo conseguir mediante las leyes de libertad de información, en que el aparecen tachados los nombres de seis personas, describe un caos total de confusión, poca capacitación y falta de supervisión. Entre sus conclusiones. Los técnicos y enfermeras responsables de preparar y esterilizar los endoscopios no recibieron instrucciones de que tenían que hacerlo cada vez que se usara el equipo, y sólo lo enjuagaban. ``Los técnicos y las enfermeras no leen los manuales, sino que se basan más en la experiencia', destacó el informe. Cuando no había técnicos debido a vacaciones o enfermedad, las enfermeras deben esterilizar y preparar los endoscopios, aunque no estén capacitadas para ello. El 20 por ciento del tiempo, testificó el personal, los endoscopios se envían directamente a los médicos sin parar por el proceso de verificación de la VA. El personal calificó ese procedimiento de ``una pesadilla'. El equipo que pasó oficialmente por el control con frecuencia estaba mal clasificado. Por ejemplo, un electroencefalógrafo estaba clasificado como ``disco duro' en los registros del hospital. En las audiencias en el Senado, Berrocal describió las medidas que se tomaron. Se contrató a una persona que verificara la seguridad de los pacientes y reporta directamente a ella. Se contrató una nueva enfermera para supervisar a los técnicos que usan los endoscopios. Las enfermeras, los técnicos y los supervisores han completado cursos de capacitación de 40 horas dictados por Olympus, fabricante del equipo. Los vendedores ya no pueden entregar directamente equipo a los salones de operaciones. Se estableció una cadena de mando más clara. En julio del 2010, un año después que le diagnosticaron VIH, Rivera demandó a la VA. Su salud se mantiene estable con el tratamiento que recibe en el hospital y refirió las preguntas a su abogado. El subsecretario de Justicia Lawrence Rosen, en representación de la VA, reconoció en documentos del tribunal que miles de colonoscopias realizadas durante cinco años no se practicaron debidamente. Pero agregó que no se podía probar que la colonoscopia de Rivera en la VA lo había infectado con el VIH. ``No hay circunstancias confirmadas en que el VIH se ha trasmitido por una endoscopia, como la colonoscopia', expresó Rosen, según documentosjudiciales. Pero en un informe de marzo del 2009 de la Junta Asesora de Evaluación de Riesgo Clínico, expertos en enfermedades infecciosas de la VA indicaron que el manejo de las colonoscopias por parte de la entidad ``presentan un pequeño pero significativo riesgo de contaminación de patógenos en la sangre'. Otra demanda presentada en Miami en agosto pasado ante un tribunal federal incluye a 42 ex militares que recibieron la carta del hospital Miami. La demanda es por ``afectar negligentemente el estadoemocional'. De los 42 que presentaron demandas, a 26 les dijeron cuando fueron al VA para hacerse análisis que los habían contactado por error porque los equipos potencialmente contaminados no se habían usado en sus casos. A los otros 16 se les hizo análisis y en ese momento no eran portadores de ninguna enfermedad. El juez federal de distrito K. Michael Moore desestimó los casos de los 26, alegando que el sufrimiento emocional de recibir la carta por error no era razón razón suficiente para una demanda, pero permitió que los otros casos siguieran su curso. En Tennessee, Mike Sheppard, abogado de Nashville, presentó una demanda ante el tribunal federal a nombre de tres veteranos que recibieron tratamiento en el hospital de la entidad en Murfreesboro, Tennessee, y ha informado oficialmente que planea presentar otra demanda a nombre de 18 personas más. Uno de sus clientes tiene VIH y 18 tienen hepatitis C o B, dijo. Para la VA, los problemas no terminaron con el descubrimiento inicial de las colonoscopias mal hechas. Dieciséis meses después, cuando el hospital de Miami anunció que se había olvidado de 79 pacientes, Berrocal, la directora, fue reasignada a otras labores. Thomas Cappello, director del hospital de la VA en Gainesville, asumió el cargo de manera temporal. Cappello dijo que la Junta Administrativa de Investigación de la VA llevaría a cabo nuevas audiencias y emitiría un nuevo informe en un plazo de 30 a 60 días. En octubre Berrocal reinstalada como directora. Berrocal declinó ser entrevistada para este reportaje. El nuevo informe investigativo que se debía entregar el 6 de septiembre no fue dado a conocer al público. El 30 de octubre The Herald presentó una solicitud de documentos públicos para la entrega del informe. La solicitud sigue pendiente.