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  Por el libro

25 de febrero de 2011

El Vocero

Una semana antes de que el Federal Deposit Insurance Corporation (FDIC) le hiciera un reclamo billonario a los ex ejecutivos y directores del difunto R-G Premier Bank, los reguladores federales ya habían hecho una demanda de cobro mucho más tímida a la gerencia y a los aseguradores del también desaparecido Westernbank pese a que sus pérdidas de capital fueron mucho más onerosas.

El FDIC le pidió el 17 de diciembre a los antiguos ejecutivos del banco, incluyendo al flamante director de la Oficina de Gerencia y Presupuesto Juan Carlos Pavía, una compensación por daños ascendentes $367 millones que dicen el banco perdió como consecuencia de las prácticas ilícitas de la junta de directores y de la alta gerencia, entre ellos sus ex presidentes Frank C. Stipes y José M. Biaggi Landrón. Al momento del cierre del Westernbank, a fines de abril del año pasado, el FDIC informó que las pérdidas de capital del banco ascendían a $8,700 millones e iban a ser compartidas con el Banco Popular. Fuentes de la industria financiera le habían indicado a EL VOCERO anteriormente que el gobierno federal había asegurado al Popular el 80% de los préstamos de mayor riesgo.

La carta de cobro del bufete de Liskow & Lewis, con oficinas en Luisiana y Texas, no sólo está dirigida a 23 ex ejecutivos de Westernbank sino también a cinco compañías aseguradoras – Chartis, Liberty Mutual, XL Professional, ACE Insurance y AIG Technical Service – que alegadamente son las que tienen varias pólizas de responsabilidad del banco. Este reclamo de cobro a los aseguradores no sólo ayudaría a mitigar las pérdidas del erario federal sino que simultáneamente congelaría los dineros de las pólizas a los cuales la gerencia del banco podría recurrir para su defensa legal en cualquier litigio, presente o futuro.

Citando una serie de transacciones de préstamos cuestionables, particularmente comerciales, el FDIC fustiga a la junta de directores del banco por una serie de irregularidades las cuales dice constituyen "negligencia grave e incumplimiento en sus deberes fiduciarios".

En la carta de 25 páginas el bufete que representa al FDIC presenta un cuadro de de negligencia donde la precaución y la cautela institucional fueron descartados en busca de mayores ganancias, frecuentemente personales. La comunicación confirma como Westernbank creció como la espuma en la pasada década, viendo un crecimiento de $3,400 millones en 1999 a $17,900 millones para el 2009.

Pero este auge tuvo su precio dice el FDIC: "La junta y la gerencia fracasaron en manejar adecuadamente o controlar este rápido crecimiento." A esto añaden que con este fin se le hizo caso omiso a los procedimientos e infraestructura necesarios para garantizar la estabilidad económica del banco señalando que "la junta y la alta gerencia permitieron que las políticas y los procedimientos establecidos fueran descartadas, particularmente en lo que concierne a la concesión de crédito."

Entre las otras múltiples prácticas que los reguladores dicen precipitaron el fracaso del banco también están el que los directores antepusieron sus intereses personales a los de la institución; el que por años le hicieron caso omiso a las advertencias del riesgo que estaban incurriendo y del creciente deterioro de las finanzas del banco.

Además, la junta operaba bajo un perenne conflicto de interés al ser parte tanto del banco como de su compañía matriz, W Holdings, señala la carta. El FDIC da varios ejemplos de estos conflictos, incluyendo el caso de un miembro de la junta de directores, Cornelius Tamboer, que aprobó el financiamiento por decenas de millones de dólares para la construcción de un condominio en Florida sin revelar que era uno de los socios del desarrollador.

Contrario a la carta del 23 de diciembre a los ex ejecutivos de R-G donde se advierte que la investigación de las razones tras el cierre continúa, la comunicación dirigida a Westernbank y a sus aseguradores no hace mención de ninguna pesquisa relacionada con el cierre del banco por el cual afirman que responsabilizan a los siguientes ex ejecutivos: Ricardo Cortina Cruz; Julio Fuentes del Collado; Gabriel Montanez Calderón; Cornelius Tamboer; Miguel A. Vázquez Seijo; Juan Frontera García; Héctor del Río Torres; Frank Stipes García; William Vidal Carvajal: José Biaggi Landrón; Cesar Ruíz Rodríguez ; Pedro Domínguez Zayas; Freddy Maldonado Pérez; Mario Ramírez Matos; Javier Trogolo Irizarry; Enrique Osorio Hernández; Lidiana Rivera Fazzi; Itzalia Guerrero Torres; Dennis C. Tristani Chávez; Juan Carlos Pavía Vidal; Ezequiel Cruz Lebrón; Christopher O´ Neil O’Malley y María C. Allende Ayala.


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