23 de noviembre de 2010
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NUEVA YORK (AP) - Los primeros autos eléctricos de fabricación en serie saldrán a la venta el próximo mes, y las empresas comercializadoras de electricidad están muy emocionadas por ello... y también preocupadas. Conectado en un enchufe, un auto eléctrico puede consumir tanta electricidad como un hogar pequeño. El aumento en la demanda podría dejar sin electricidad a una casa, o incluso a un vecindario. Con el fin de prevenir eso, las empresas trabajan apuradamente para modernizar transformadores y demás equipos en vecindarios donde se espera una elevada demanda de modelos como el Leaf de Nissan y el Volt de Chevrolet. Desde la masificación del aire acondicionado en las décadas de 1950 y 1960, la industria eléctrica de Estados Unidos no había estado frente a una oportunidad de crecimiento tan grande. Los estadounidenses gastaron 325.000 millones de dólares en gasolina el año pasado, y a las compañías eléctricas les gustaría una rebanada, aunque fuera pequeña, de ese pastel. Los principales obstáculos a un uso en gran escala de los vehículos eléctricos son su elevado costo y rango limitado de movimiento, al menos hasta que se construya una red de estaciones de carga. Y los directivos de las empresas de electricidad temen que las dificultades para conservar cargados los vehículos de la primera oleada de compradores _y al mismo tiempo mantener encendidas las viviendas de sus vecinos_ pudieran disminuir el ritmo de crecimiento de este nuevo nicho. "Nunca tienes una segunda oportunidad de dar una primera impresión", dijo Mike Rowand, quien está a cargo de la planeación para vehículos eléctricos en Duke Energy. Se espera que se vendan 30.000 Leaf y Volt a lo largo del próximo año. Los gobiernos han ideado estímulos fiscales para fomentar la compra de estos vehículos. El Leaf tendrá un precio de 33.000 dólares, mientras que el Volt se cotiza en 41.000 dólares. Las compañías eléctricas tienen suficiente capacidad instalada para alimentar a cientos de miles de autos eléctricos a nivel nacional. Pero pueden surgir problemas si aumenta la concentración de estos vehículos en determinadas zonas. Es probable que se vendan muchos en vecindarios donde haya subsidios estatales y locales, donde el clima sea templado (porque las baterías se desempeñan mejor en climas cálidos) y donde vivan usuarios de altos ingresos y preocupados por el ambiente. Eso significa que ciudades californianas como Santa Mónica, Santa Bárbara y Monrovia podrían tener varios de estos autos por manzana. La compañía SoCal Edison prevé dar servicio para 100.000 autos hacia el 2015. California tiene una meta de un millón de vehículos eléctricos para el 2020. Cuando se le conecta a un enchufe estándar, un auto eléctrico consumirá unos 1.500 watts para recargarse. Un horno de microondas utiliza alrededor de 1.000. Pero las estaciones de carga, que recargan las baterías más rápido, pueden elevar ese consumo al doble o al triple. El Tesla Roadster, que cuenta con una batería muy grande, puede consumir hasta 16.800 watts. La tensión extra en las redes eléctricas podría causar que se sobrecalienten los transformadores y fallen. Para prevenir problemas, las empresas eléctricas recaban información de Nissan y Chevrolet, y revisan patrones de consumo de vehículos híbridos con el fin de pronosticar dónde podría haber una elevada concentración de autos eléctricos. Pero saben que habrá problemas. "Es como cuando vas a tener un bebé", dijo Rowand, de Duke Energy. "Sabes que es algo bueno, pero que tendrás que cambiar algunos pañales sucios. Sólo esperas estar preparado para eso".