11 de octubre de 2010
La Opinion
WASHINGTON, D.C.— Es inapelable. Una casa abandonada trae problemas, no sólo para quienes la perdieron, sino para el barrio en que está situada. Una realidad que el gobierno está intentando revertir, en medio de una de las peores crisis inmobiliarias a nivel nacional. Hasta ahora, en California se espera la inyección de cerca de mil millones de dólares en este esfuerzo. Los números no mienten. Para el final de 2010, la mayoría de las proyecciones estiman que el año cerrará con cerca de tres millones de ejecuciones hipotecarias, si la presión por alcanzar una moratoria en este renglón no se concreta. El viernes la petición de parar los embargos en los 50 estados de la nación tomó otro matiz tras el anuncio de Bank of America de que no realizará más ninguno hasta que no revise el procedimiento. La comunidad hispana ha sido una de las más golpeadas en este contexto. De acuerdo al último reporte del Centro de Préstamos Responsables (CPR), entre los prestatarios recientes, un 8% de los afro americanos e hispanos han perdido sus hogares. Esto en comparación a un 4.5% en el caso de la población caucásica. Específicamente en California, alrededor de 702 mil viviendas están con ejecución hipotecaria. Es decir una de cada ocho. Aquí, los deudores hispanos representan un 48% de todas las pérdidas. El Programa de Estabilización de Vecindarios (NSP), Administrado por el Departamento de Vivienda y Desarrollo Urbano (HUD), está tratando de aminorar el impacto de la crisis. Este programa comenzó el 2008 y ya se encuentra en su tercera etapa de asignación de fondos. El objetivo es "estabilizar aquellas comunidades que han sufrido desde ejecuciones hasta abandono de viviendas". Esto, a través de la compra y redesarrollo de las casas, demolición de estructuras arruinadas, reurbanización de propiedades demolidas, entre otras vías. "Hay una serie de programas que están tratando de enfrentar la crisis y prevenir las ejecuciones hipotecarias en la actualidad. Pero NSP está ayudando porque ha estabilizado a las comunidades que ya han sido impactadas", aseguró Yolanda Chávez, subsecretaria Adjunta para los programas de donaciones en la Oficina de Planificación y Desarrollo Comunitario de HUD. No obstante, a la hora de contabilizar los efectos directos que esto ha producido en la comunidad hispana, Chávez explicó que están "en proceso de analizar ese tipo de resultados". "Aún es muy pronto. Estamos preparando un reporte que saldrá en alrededor de tres meses. Pero a priori, si miras todas las ciudades y jurisdicciones, donde se ha asignado una mayor cantidad de recursos, tienen un gran porcentaje de latinos", dijo. Las tres etapas del programa, NSP 1, 2 y 3 han distribuido cerca de siete mil millones de dólares a estados, condados y ciudades a lo largo de todo el país. Cada fase tiene recursos por 3.9 mil, 2 mil y mil millones de dólares, respectivamente. Los beneficiarios deben invertir el dinero en un máximo de 3 a 4 años, dependiendo de la etapa en que fueron asignados. California recibirá una inyección de cerca de mil millones de dólares, que debe ser completada para 2013. En espera de análisis futuros, una manera concreta de ver el impacto de los fondos para los hispanos, está en la fase NSP 2. ésta es la única etapa donde se realizó un formato de competencia, lo que permitió la postulación de organizaciones sin fines de lucro. En NSP 1 y 3 el dinero se asignó en base a un proceso de fórmula, elaborada por el gobierno. Los recursos se asignaron a estados, condados y ciudades, los que a su vez, tienen el rol de invertir en proyectos locales. Quince fueron las organizaciones hispanas que se agruparon en un consorcio nacional de agencias sin fines de lucro para competir por los recursos de NSP 2. El grupo fue liderado por Chicanos por la Causa y La Asociación Nacional para el Desarrollo de Bienes Latinos. HUD les asignó 137 millones de dólares para revitalizar zonas en ocho estados, además del Distrito de Columbia. Específicamente en California, CHISPA y New Economics for Women, participaron. Ahora, están trabajando en las ciudades de Salinas, Gonzales, Soledad, Greenfield, King City, Hollister, Los ángeles y San Fernando. Noel Poyo, director ejecutivo de NALCAB, explicó que NSP impacta a los hispanos de dos maneras. "Primero a los que directamente reciben casas accesibles. Básicamente estamos comprando viviendas, la arreglamos y la vendemos"."Mucho más importante que eso, es el beneficio en los vecindarios. Parte del problema es que si hay una casa abandonada, eso afecta a los alrededores. Es como un virus", explicó. Chávez al igual que Poyo insistieron en que el proceso está recién en sus primeras etapas de implementación. Por ejemplo, en California, con el dinero asignado a través de NSP 1 (529 millones de dólares) se han comprometido un 99.97% de los recursos, pero se han gastado sólo un 55%, hasta ahora.