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  Por el libro

27 de septiembre de 2010

El Nuevo Dia

En Puerto Rico sólo hay ocho cirujanos pediátricos, uno de ellos ya no ejerce esa rama y la más joven del grupo, Carmen Ramos Irizarry, se va de la Isla en diciembre. El limitado conjunto de seis que quedará en enero es representativo de lo que sucede en otras especialidades y subespecialidades médicas que, a fin de cuentas, implica un problema de acceso a los servicios de salud.

En el País hay 9,950 galenos, según la Junta de Licenciamiento y Disciplinas Médicas, para el periodo 2010-2013. Eso es una baja de 13% si se compara con los 11,397 médicos del periodo 2007-2010. Hubo bajas en todas las disciplinas, incluyendo médicos generalistas (6%), especialistas en medicina primaria (16%) y subespecialistas (17%).

Las razones detrás de ese cuadro incluyen: falta de programas acreditados para formar especialistas aquí e incentivos para que los que se entrenan en el extranjero regresen y, una vez aquí, no se vuelvan a ir buscando salarios más altos, y mejores condiciones laborales.

La doctora Ramos ha sido testigo de primera fila de casi todas esas circunstancias. Al terminar su preparación como médico generalista, logró rebasar el primer obstáculo que hay para estudiar cirugía general y logró entrar al pequeño grupo -actualmente de cinco universitarios- que es aceptado para entrenarse en esa disciplina. Cuando decidió subespecializarse en cirugía pediátrica chocó contra la realidad de que aquí no hay programas de adiestramiento médico en esa área.

En Estados Unidos hay 30 programas, sólo en tres la entrevistaron y ninguno la aceptó "porque Puerto Rico no se conoce afuera" en esa disciplina, dijo. "Todos los programas exigen que hayas publicado investigaciones" y los estudiantes que terminan cirugía general aquí no tienen ese trasfondo.

Fue a trabajar al Children's Hospital de Nuevo México y obtuvo experiencia. Solicitó y la volvieron a rechazar. Finalmente, la llamaron de la Universidad de Toronto, Canadá, y le dijeron que la aceptarían porque el Gobierno de Puerto Rico había solicitado cabida para algún cirujano por la escasez que había.

Terminó y vino a trabajar al hospital Auxilio Mutuo, pero se encontró tratando de ejercer sin el equipo y el apoyo médico necesario y, a los nueve meses, se fue para Nueva York . Hace tres años regresó con una oferta del San Jorge Children's Hospital para establecer una unidad de cirugía pediátrica.

Pero no ha logrado establecer la red de apoyo médico necesario para hacer su labor. "Me encontré con el problema de las enfermeras otra vez. Tienen que conocer fisiología, manejo de tubos y drenaje", afirmó. Lamentó que no haya enfermeras pediátricas y que sea la única cirujana que atiende casos complejos, por cual, casi siempre está de guardia.

También lamentó que muchos médicos a los que tiene que referir pacientes no acepten el plan de la Reforma. "Yo he trabajado en otros hospitales pediátricos y se atendían los pacientes sin importar el seguro médico", indicó, para luego afirmar que se va al Children's Hospital de Miami porque cree que no logrará más de lo que ya ha hecho.

Tendrá un salario dos veces más alto que el de aquí, pero aclara que eso nunca fue un factor. "Yo no vine a hacer dinero, yo vine a devolver".

"Me siento frustrada porque es un sistema que va en decadencia", indicó.

El caso de Sonia Ortiz Pagán, quien se adiestró en Estados Unidos como cirujana de senos, es diferente. Se graduó en el 2008, con una deuda de casi $10,000, y aunque quiso regresar "no pude conseguir nada porque no había plazas para cirugía de cáncer de seno, que es mi interés clínico. Nadie me garantizaba un salario, era por factura. Pero, acá me ofrecieron un salario garantizado y la oportunidad de estar en la academia. Hago investigación y enseño a estudiantes de cirugía".

El salario cuenta

El salario es uno de esos factores que retienen a muchos galenos afuera, sostuvo el ex rector del Recinto de Ciencias Médicas (RCM), José Carlo. Un ortopeda y un neurocirujano, por ejemplo, pueden tener ofertas de entre $500,000 a $750,000, incluido el pago del seguro de impericia médica, ilustró.

El decano de la Escuela de Medicina del RCM, Walter Frontera, también está muy consciente del panorama que tienen los estudiantes de medicina. Explicó que el problema empieza con la falta de espacios en los hospitales para adiestrar estudiantes. Hay 67 programas de adiestramiento, 54 de estos concentrados en instituciones de San Juan, que son los únicos en los que se pueden hacer subespecialidades. Y en esos programas no hay suficientes espacios para formar a los cerca de 300 estudiantes que gradúan anualmente las cuatro escuelas de medicina del País.

En la residencia de cirugía general, por ejemplo, sólo aceptan cinco alumnos por año. Los demás que quieran ser cirujanos tienen que irse al exterior. Frontera explicó que, aunque la respuesta a eso es aumentar el cupo en las residencias, ese proceso es cuesta arriba porque las entidades acreditadoras exigen condiciones que no son fáciles de cumplir, como es la inversión de recursos por parte de los hospitales.

Reveló que cerca del 30% de los graduados se va a Estados Unidos a hacer su subespecialidad y que el nivel de regreso varía por área. En disciplinas como oftalmología se queda o regresa cerca del 90% de los médicos, pero en otras, como la obstetricia, la proporción ha bajado a cerca de un 60%.

Como resultado, en la Isla hay un déficit de médicos subespecialistas, al evaluar el número a base de población. Un estudio hecho en el 2007 reveló que el número de especialistas en medicina primaria es similar con el que hay en Estados Unidos, dijo Frontera.

Pero al llegar a las subespecialidades, hay una deficiencia en áreas como cirugía general, cirugía pediátrica, cirugía plástica, endocrinología pediátrica y trauma. El resultado, muchas veces, es que la necesidad de la población la suplen médicos no especializados o acreditados en esas áreas.

La escasez también resulta en una sobrecarga para los que laboran en Centro Médico, a donde llegan los casos más críticos. De esa situación dio fe Bianca Quiñones, presidenta de la Asociación de Estudiantes de Medicina. Dijo que hace práctica en Mayagüez y "aquí no hay subespecialistas". Quiñones sostuvo que la situación de los médicos y residentes que atienden en la Sala de Emergencias de Centro Médico es crítica y que uno de sus compañeros ha hecho turnos en los que solo está él y un médico para atender a 30 pacientes.


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