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  Por el libro

26 de agosto de 2010

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WASHINGTON (AFP) - Las tasas de interés en su nivel más bajo en Estados Unidos, tanto para el Estado como para las empresas y los hogares, no bastan para relanzar una actividad económica que se queda sin aliento, en un rompecabezas de difícil solución para los dirigentes de la política monetaria.

Si la Reserva Federal sólo tuviera por misión favorecer "tasas de interés a largo plazo moderadas", su éxito en estos momentos sería brillante. Pero sus estatutos también prevén que colabore en alcanzar "el nivel máximo de empleo", y Estados Unidos está lejos de este objetivo.

"La Fed puede inundar la economía con toda la liquidez que quiera pero si a la vez hay una negativa a dar y tomar préstamos, entonces no hay mucho que las autoridades monetarias puedan hacer", sostuvo Joel Naroff, de Naroff Economic Advisors.

Esta "negativa" es particularmente pronunciada en los hogares. Es testigo de ello la convivencia de tasas de interés para los préstamos inmobiliarios en su nivel más bajo en al menos 40 años, con las ventas de viviendas usadas más débiles en 15 años.

Los estadounidenses no quieren endeudarse por una vivienda y tampoco quieren hacerlo para consumir. El monto del crédito al consumo, que retrocedió sistemáticamente en los últimos cinco meses, se contrajo un 16% desde comienzos de la recesión de finales de 2007.

"La deuda de los hogares está en baja, la capacidad y las intención de los consumidores de tomar préstamos es limitada, lo cual frena una fuente de liquidez que era muy importante antes de la recesión", afirmó Scott Hoyt, de Moody's Economy.com, al comentar el martes las decepcionantes cifras semanales de ventas de las grandes tiendas.

Poco importa el atractivo de las tasas de interés, porque estos consumidores quieren más certezas sobre sus empleos... cuando tienen uno.

La ecuación se vuelve insoluble cuando los empresarios explican que no toman empleados justamente porque se encuentran ante consumidores reticentes.

Los empresarios "se manejan con extrema prudencia a causa de que según ellos los consumidores estadounidenses están decididos a decepcionarlos durante varios años", señaló el Washington Post en un informe del sábado.

Estas mismas empresas sin embargo toman préstamos a tasas de interés muy ventajosas. En el mercado de obligaciones, se benefician de las mejores condiciones desde 2006. Pero les falta ambición en el uso de los fondos obtenidos, según los analistas.

"La orientación hacia fusiones-adquisiciones lleva a pensar que las empresas buscan el crecimiento a través de la absorción de los competidores", dijo Chris Snyder, de la agencia de notación Moody's.

Y "si se mira en detalle sus inversiones, se advierte que el acento está puesto en la renovación de sus equipos en detrimento de las compras de equipos nuevos", agregó. Más que lanzarse a la conquista de nuevos mercados, ellos prefieren comprimir los costos de producción.

El gran ganador de las tasas bajas es al fin de cuentas el Estado federal. El martes, éste emitió títulos de deuda a dos años por los cuales los inversores pagaron un precio mínimo récord (un rendimiento máximo de 0,498%, para una tasa de interés de 0,375%).

Pero con un déficit presupuestario que aún está cerca de los niveles cumbre de 2009, y un Congreso que alista sus armas de cara a las elecciones legislativas de noviembre, es en vano esperar un nuevo plan de reactivación.


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