11 de agosto de 2010
El Nuevo Dia
Aunque el Instituto de Estudios Fiscales (IEF) destaque al principio de su estudio que "la mayoría de los españoles considera que el fraude fiscal no se puede justificar en ningún caso", la noticia en este informe está en otra parte. La noticia es que el 43% de la población justifica este delito, basándose en que "son las circunstancias las que obligan (...) para salir adelante" (34%) o, un argumento menos popular, en que "lo normal es evadir impuestos". Es verdad que, de todos los 1.500 ciudadanos consultados en el estudio Opiniones y actitudes fiscales de los españoles en 2009, el 57% no encuentra justificación alguna a regatear a Hacienda. Pero lo preocupante es lo otro. Quienes sí lo conciben. Cosa que hacen el 50% de empresarios entrevistados, o el 48% de profesionales, ambos sectores más favorables que otros más desfavorecidos, como los inactivos (42%). El informe del IEF, dependiente del Ministerio de Economía y Hacienda, observa que la afinidad al fraude aumenta a medida que uno se hace adulto, y alcanza su techo en función de la productividad de los individuos. Cuanto más se rinde, más proclive se es. El apoyo a este desmán vuelve a decaer al aproximarse la edad de jubilación. El estudio recoge otros aspectos directa o indirectamente ligados al fraude tributario. El 52% piensa que el grado de cumplimiento fiscal ha empeorado en los últimos cinco años. El 57% piensa que la iniciativa privada no debería participar en la gestión de los servicios y prestaciones públicas; y el 55%, que tampoco debería hacerlo en la financiación. Nada más alejado de la realidad socio-política de hoy. Los ciudadanos se declaran asimismo satisfechos con la sanidad, las infraestructuras y el transporte público en España. Tres candidatos a empeorar con el reciente plan de ajuste. La mayoría cree que estos servicios justifican el pago de impuestos. Aunque el Instituto de Estudios Fiscales (IEF) destaque al principio de su estudio que "la mayoría de los españoles considera que el fraude fiscal no se puede justificar en ningún caso", la noticia en este informe está en otra parte. La noticia es que el 43% de la población justifica este delito, basándose en que "son las circunstancias las que obligan (...) para salir adelante" (34%) o, un argumento menos popular, en que "lo normal es evadir impuestos". Es verdad que, de todos los 1.500 ciudadanos consultados en el estudio Opiniones y actitudes fiscales de los españoles en 2009, el 57% no encuentra justificación alguna a regatear a Hacienda. Pero lo preocupante es lo otro. Quienes sí lo conciben. Cosa que hacen el 50% de empresarios entrevistados, o el 48% de profesionales, ambos sectores más favorables que otros más desfavorecidos, como los inactivos (42%). El informe del IEF, dependiente del Ministerio de Economía y Hacienda, observa que la afinidad al fraude aumenta a medida que uno se hace adulto, y alcanza su techo en función de la productividad de los individuos. Cuanto más se rinde, más proclive se es. El apoyo a este desmán vuelve a decaer al aproximarse la edad de jubilación. El estudio recoge otros aspectos directa o indirectamente ligados al fraude tributario. El 52% piensa que el grado de cumplimiento fiscal ha empeorado en los últimos cinco años. El 57% piensa que la iniciativa privada no debería participar en la gestión de los servicios y prestaciones públicas; y el 55%, que tampoco debería hacerlo en la financiación. Nada más alejado de la realidad socio-política de hoy. Los ciudadanos se declaran asimismo satisfechos con la sanidad, las infraestructuras y el transporte público en España. Tres candidatos a empeorar con el reciente plan de ajuste. La mayoría cree que estos servicios justifican el pago de impuestos.