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  Por el libro

14 de mayo de 2010

Yahoo

Es cada vez más común tener varias computadoras en casa accediendo a Internet. Y no estamos hablando solamente de una PC convencional: las netbooks, los celulares de alta gama, los reproductores multimedia, las consolas de videojuegos y hasta los portarretratos digitales suman funciones y necesidades de acceso a la red de redes. Para brindarles este servicio es necesario montar una red inalámbrica Wi-Fi, teniendo siempre en cuenta algunos parámetros básicos.

Primero hay que entender que Wi-Fi es un método para conectar dispositivos entre sí; es decir, para ponerlos en red, ya sea para compartir archivos o usar servicios de streaming entre dispositivos como DLNA. Para acceder a Internet uno de los miembros de la red debe compartir esa conexión con el resto.

Será necesario el router; es decir, un dispositivo que hace de nexo entre el módem de banda ancha (sea un cablemódem o uno de ADSL) y las computadoras que quieren conectarse a él prescindiendo de cables. Funciona como una suerte de zapatilla, tomando la conexión de banda ancha para compartirla con toda la red.

Tiene, en general, cinco enchufes. Uno sirve para conectar el router con el módem; el resto permite conectar hasta cuatro computadoras usando sendos cables para que accedan a Internet en la forma tradicional. El router tiene, además, una o más antenas, que son las que emitirán las ondas de radio necesarias para tener conectividad en toda la casa. En el mercado también hay dispositivos que son, al mismo tiempo, módem y router.

Hay cuatro estándares de Wi-Fi: tres que son compatibles entre sí (802.11 b , g y n ) y uno que lo es en menor medida (802.11 a ). Los primeros trabajan en la banda de los 2,4 GHz; la versión n transmite datos en la banda de los 5 GHz, la misma que usa la a . Salvo casos muy raros, los dispositivos comunes (notebooks, smartphones, etcétera) usan tecnología b , g o n , así que es raro que haya problemas.

La diferencia entre estas normas tiene que ver con el ancho de banda que ofrecen a los usuarios y el alcance que tendrá la señal. La versión más nueva es la n , que tiene un alcance teórico de 70 metros y una velocidad ideal de transferencia de 300 Mbps (megabits por segundo), contra los 54 Mbps del Wi-Fi g o los 11 Mbps del b .

Esto sólo afectará la transferencia de datos entre computadoras en una misma red inalámbrica; para navegar en la Web usando una conexión de 2 o 3 Mbps da lo mismo. Sí ayudará, para las versiones g y n , el alcance de su señal, lo que permitirá tener mejor cobertura en toda la casa.

Hoy todos los routers que se venden son g o n y ofrecen, grosso modo, las mismas prestaciones: conectividad para 4 PC con cable y múltiples dispositivos vía Wi-Fi, la posibilidad de ponerle una clave a la red, filtrar por MAC (un número de serie único para cada dispositivo Wi-Fi), y ofrecer control parental o un firewall integrado. Así, hay equipos de conexión g como el Linksys WRT54G2 ($ 265), SMC MCWBR14T-G ($ 189), Encore ENHW154 ($ 229), Topcom 7101GMR ($ 199), SMC WBR14-G2 ($ 199,99) o Eurocase EUNE-54GR ($ 199).

También es posible encontrar dispositivos de rango n , como los Apple Airport Express ($ 749, un solo puerto Ethernet), Apple Airport Extreme ($ 1299), Belkin N150 ($ 299,90), Kozumi K-1500NR ($ 203), D-Link DIR-600 ($ 239) o Noganet NG-150 ($ 209,99). El Linksys WRT160N ($ 421) es uno de los pocos equipos MIMO en el país; al poseer más antenas aumenta el ancho de banda para transferir archivos y mejora el alcance de la red.

Quienes cuenten con una PC con Windows 7 y una antena Wi-Fi pueden convertir el equipo en un hotspot compartiendo la conexión de banda ancha gracias a una aplicación gratis llamada Connectify ( www.connectify.me ). En este sistema operativo y los anteriores ya es posible compartir el acceso a Internet, pero sólo del tipo llamado ad-hoc; es decir, una conexión punto a punto: puede acceder a esa minirred Wi-Fi un solo dispositivo por vez. Esa es la diferencia con Connectify .

Respecto de la señal: como sucede con las ondas de radio en general, los objetos físicos interfieren con su propagación. Cuantas más paredes, pisos y muebles haya entre el router Wi-Fi y la computadora, más se degradará la señal. La madera y el vidrio no interfieren tanto, pero el agua (en una pecera, por ejemplo) y el cemento, sí.

Así que ubicar el router no es un tema menor. En términos generales, no debe localizarse en el centro geográfico de la casa, sino en el centro de los espacios en los que la presencia de Wi-Fi será útil. Por supuesto, en un departamento chico la ubicación puede no influir notoriamente. Y obviamente estaremos atados a la ubicación del módem que trae la banda ancha.

En caso que queramos cubrir una superficie muy amplia (una casa de dos plantas y mucho jardín, por ejemplo) se pueden usar antenas repetidoras, que tomarán la señal del router Wi-Fi y ampliarán su cobertura. La mayoría de los routers, además, permite desmontar las antenas que vienen con el equipo para ponerle otras, más grandes y direccionales, para aumentar el radio de cobertura.

Para configurar nuestra red Wi-Fi será necesario, primero, usar una PC que se conecte al router con un cable Ethernet. En general, con el equipo viene un CD de instalación; si no, basta con mirar en el manual cuál es la dirección local del router e ingresarla en un navegador Web. Por lo general es algo similar a 192.168.1.0 .

Una vez que accedamos a la página de configuración del router podremos definir varias cosas: la manera en que tomará su número IP de Internet (en la enorme mayoría de los casos hay que elegir la opción DHCP), el nombre de la red (en la jerga informática, el SSID), y si tendrá clave para que no la use cualquiera que esté cerca. Lo ideal es que sea del tipo WPA2 (más segura que otra llamada WEP), pero también habrá que verificar que los dispositivos Wi-Fi que queramos conectar (una notebook, un smartphone) sean compatibles con este estándar. Los equipos nuevos suelen serlo.

Será posible mejorar la seguridad de la red filtrando los accesos por la MAC, un número de serie que tiene cada equipo capaz de conectarse a una red. Es como su documento, y se puede crear tanto una lista blanca (tales equipos son los únicos que pueden acceder a la red) como una negra. También es posible pedirle al router que oculte la red Wi-Fi, para que no aparezca en las aplicaciones que buscan redes disponibles.

Con el router funcionando podemos usar una aplicación gratis como Heatmapper ( www.netstumbler.com ), también gratis, será posible medir la performance de la red.

Quienes busquen agregarles algunas funciones extras a sus routers pueden probar con el fireware no oficial que proveen los sitios http://openwrt.org . Atención, no todos los modelos son compatibles; su incorrecta instalación puede arruinar el equipo.

Para conectarse a la red se necesita, por supuesto, un equipo con una antena y un chip Wi-Fi. Si se trata de una computadora, y no es posible llevar un cable Ethernet hasta el router, se puede agregar una antena externa (USB) o interna (PCI) para acceder a la red inalámbrica hogareña.

Su instalación es sencilla: al conectarlo e instalar los drivers correspondientes, el sistema operativo detectará al dispositivo como una placa de red y activará las herramientas de conexión. Como con el router, hay modelos b , g , o n ; lo ideal es que sean todos n si se intercambiarán archivos entre las computadoras de la red; si no, la versión g será suficiente para acceder a Internet. Entre los muchos modelos disponibles están los equipos USB de estándar g SMC SMCWUSBT-G ($ 119), Sabrent G802 ($ 99), Topcom 4101GMR ($ 79) o MSI US54SE II ($ 110). Los modelos n son los D-Link DWA125 ($ 149,90), Kozumi K-1500UDN ($ 125) o Belkin N150 ($ 199,90). Los modelos para poner dentro del gabinete de la PC, con una conexión PCI, son, por ejemplo, Trendnet TEW-423PI ($ 189), MSI PC60G-F ($ 110), Linksys WMP54G ($ 172), Encore ENLWI-G2 ($ 94), todos de estándar g , para poder navegar sin que ningún cable nos obligue a estar anclados en algún lugar específico de la casa.

Ricardo Sametband

El router del bolsillo

Cuando se piensa en una red inalámbrica hogareña con acceso a Internet de banda ancha la ecuación básica es la de un módem ADSL o cablemódem y un router Wi-Fi, una estructura fija para tener en casa.

Pero hay otra alternativa, gracias a la difusión de las redes de telefonía celular con conectividad 3G.

Después de que se popularizaron las antenas USB para poder navegar en cualquier lugar (ya sea una casa, un bar o una plaza) aparecieron dispositivos que funcionan como routers 3G y Wi-Fi.

Toman la conexión de banda ancha móvil 3G y la comparten con una señal Wi-Fi, usando un dispositivo muy pequeño que entra en un bolsillo o en cualquier bolso de notebook.

Tanto Claro como Movistar venden el dispositivo, un Huawei D100. En el mercado existen de otros fabricantes también.

El precio del equipo es de $ 299 para Claro y de $ 449 para Movistar. Esto no incluye el abono de banda ancha.

Por ejemplo, Claro ofrece un paquete de 3 GB de transferencia mensuales por $ 129; Movistar, de 1 GB mensual por $ 99. Hay más abonos para ajustar el servicio según las necesidades del usuario.


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