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  Por el libro

4 de mayo de 2010

El Nuevo Dia

Tras la consolidación bancaria la situación de los más de 3,000 empleados de Westernbank, RG y Eurobank, emerge como una compleja. Mientras que la FDIC responderá por algunos derechos de los empleados, aún quedan áreas grises e inciertas sobre beneficios y liquidaciones.

David Barr, director de relaciones públicas del FDIC, confirmó a El Nuevo Día que la entidad federal le pagará hasta 10 días por concepto de vacaciones a los empleados del Westernbank, R-G y Eurobank.

Con relación a la liquidación del plan de pensiones, Barr señaló que usualmente, el proceso de terminación en Estados Unidos toma entre seis y nueve meses. No obstante, aclaró que la FDIC se está asesorando sobre cómo opera la ley en la Isla y actuará de acuerdo con la misma.

Este diario supo que varios empleados del Westernbank han reclamado el dinero de sus planes de pensiones, ya que la ley permite retirarlos cuando han quedado cesanteados del empleo.

Esta podría ser una de las áreas grises dentro del proceso de transición. Según Ruy Delgado Zayas, abogado y ex secretario del Departamento del Trabajo y Recursos Humanos (DTRH), habría que determinar si ésta fue una transacción de traspaso de negocio en marcha o fue de cierre. "Los tribunales no han resuelto este caso en específico".

Si fuera de traspaso de negocio en marcha, los empleados de los bancos no tendrían por qué preocuparse, pues retienen las licencias acumuladas, el plan de pensiones y los años de antigüedad.

Pero si fue un cierre, le corresponde a las matrices de Westernbank, R-G y Eurobank liquidar las licencias a sus respectivos empleados. En este caso la licencia de enfermedad se pierde.

No obstante, Delgado Zayas dijo que podría argumentarse en los tribunales que fue la FDIC la que, como síndico, adquirió a los tres bancos, y por lo tanto, le correspondería a la agencia federal hacer la liquidación de licencias a los empleados afectados.

por las sucursales

Por otra parte, El Nuevo Día hizo ayer un recorrido por las diversas entidades bancarias intervenidas por FDIC, para auscultar el sentir de los consumidores.

Aunque algunos expresaron cierto sentido de impotencia, la mayoría de los clientes que acudieron ayer a las sucursales de los bancos consolidados mostraron total indiferencia por la transacción.

Las operaciones en el antiguo R-G en San Patricio fluyeron con tanta normalidad que Karol Wilson fue a realizar un trámite, y a su salida fue que se percató del letrero de Scotiabank que en la puerta anunciaba su nuevo dueño. "Como si no hubiera pasado nada", afirmó Wilson, quien señaló que conocía que su banco había sido adquirido, pero no sabía con quién había sido la compra-venta.

A poca distancia, Israel Benítez, un antiguo cliente de Westernbank, salía de la nueva sucursal del Banco Popular en la misma zona. "Creo que (el cambio) es indiferente para el depositante, ya sea una u otra va a ser reconocido por la administración que venga", afirmó Benítez, quien llevaba cinco años con Westernbank.

Mientras, a su salida del antiguo R-G Premier Bank en Plaza Las Américas, Nereida Feliciano se mostró menos conforme con la transacción al haberse concretado sin ningún tipo de consulta a los clientes.

A juicio de Feliciano, es "injusto" que haya escogido el banco de su predilección, y de la noche a la mañana, cambie su dueño sin que la hayan tomado en cuenta.

"Tú debes tener la opción de escoger con quien hacer negocio y no que te vendan como una res porque así es como me siento", se quejó la mujer de 50 años.

Una vez concretada la consolidación bancaria, los clientes tienen las opción de cambiar de institución si la compañía adquiriente no los complace.


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