23 de marzo de 2010
Yahoo
Sin temor a exagerar, puede decirse que la Internet es el reflejo electrónico del mundo real. Y en ambos "mundos" es necesario tener cuidado con lo que se muestra y se dice por ahí: sus palabras, fotos e informaciones personales pueden caer en las manos erradas. Además, desde que el filósofo griego Aristóteles afirmó que el hombre es un animal gregario (que vive en grupos, o en sociedades), cada vez buscamos formas de comunicarnos más eficientemente. Y ahí está la paradoja: a medida que crecen y se diversifican los medios para comunicarnos, mayor es el cuidado que debemos tener con lo expresamos a través de ellos. Hoy en día -y principalmente entre los más jóvenes, no existe quien no haya oído hablar de redes como Twitter, Sonico, Facebook, MySpace, LinkedIN, Flickr o de Orkut, y aún sea considerado un ser de éste planeta. Una idea del furor que desatan estas redes se visualiza en el sitio Meadiciona.com (en portugués) donde existen "apenas" 1327 servicios registrados. Y la tendencia es que surjan nuevos servicios similares en los próximos días...u horas. Las redes sociales funcionan así: usted sigue a los participantes que más le agradan, y cada vez que actualizan el microblog, usted recibe un tweet que le informa que en la red hay un mensaje nuevo de tal usuario. Listo, se formó una nueva red: además de chequear los tweets de sus participantes favoritos, usted verifica los enviados por otros, incluso de aquellos que no sigue asiduamente. Luego, unos pocos clicks después usted puede estar dando una miradita a los blogs, videos, fotos e incluso informaciones personales sobre cada uno de ellos, las cuales pasan a estar relacionadas con las suyas, dado que usted también se registró en la red social. Y así sucesivamente. En resumen, todos sabemos que la vida de los amigos y conocidos virtuales está ahí para ser mirada, pero...¿y la nuestra? Recuerde los consejos de mamá Desde muy temprano aprendemos que no debemos hablar con extraños. O a no poner en la puerta de la casa un letrero con nuestros teléfonos, señas personales u horarios. De la misma forma que no exponemos nuestra vida personal en la realidad off-line, debemos tomar algunos cuidados para que los datos sobre nuestra vida no anden circulando por ahí. Recuerde: así como hay gente mala en el mundo real, la hay en el mundo virtual. Además, siempre la Ley de Murphy ("Lo que puede salir mal, suele salir mal") aparece para complicarnos. Muchos han tenido la mala suerte de hablar mal del jefe en un post en, digamos, Facebook, y éste terminó entrando a su perfil y leyendo la crítica. O piense en los romances que han terminado por fotos posteadas por amigos, en las que usted no recordaba haber aparecido en plena fiesta o en compañías desconocidas para su pareja. Redes para bien y para mal Las redes sociales son una excelente herramienta para aproximar a las personas, pero también facilitan la creación de perfiles y comunidades volcadas a actividades ilegales, como las redes de pedofilia que suelen ser desarticuladas por la Policía internacional de tanto en tanto. Son crímenes muy serios. Por caso, muchos secuestros han ocurrido porque hay personas que divulgan demasiada información en la web, donde cuelgan fotos suyas parados al lado de autos lujosos, en casas de alto nivel o en viajes internacionales. Este video, en español, le pide a los usuarios que lo piensen dos veces antes de colgar fotos en Internet. Los delitos en Internet se han sofisticado tanto, que hasta han ganado nombres específicos para catalogarlos. Por ejemplo, el "cyberbullying", acoso virtual; se trata de una práctica que se da entre estudiantes, cuyo objetivo es intimidar y humillar sistemáticamente a alguien, sea un compañero, un alumno recién llegado o un profesor. El acoso se da sobre esta persona con información que ha provisto en alguna red social, y dura largos periodos de tiempo. Con la ayuda de Internet, los insultos se multiplican rápidamente y hasta contribuyen para contaminar a otras personas que conocen a la víctima. Otro ejemplo de cuán insegura es la web puede encontrarse en el site PIPL, el cual rastrea todos los datos referentes a una determinada persona que estén dando vueltas por Internet. Es decir, nombres, teléfonos, apodos, etcétera. Es una ingenuidad pensar que tales datos sólo estarán al alcance de gente sana. Pero, ¿cómo puede usted bloquear sus datos en las redes sociales más conocidas? En Facebook, clickee en "cuenta" en el margen superior derecho y seleccione la opción "Configuración de privacidad". En Orkut: clickee en "Configuraciones" en la lista de menús del margen izquierdo, y después en la pestaña "Privacidad". Así usted podrá no saber quien visitó su perfil, pero tampoco nadie sabrá qué perfiles usted visitó. En Myspace: clickee en "Perfil', e el margen superior izquierdo. En la lista de menús entre en "Personalizar" las configuraciones de privacidad. Ahí tendrá la opción de incluia "todos", "amigos solamente" o "sólo yo". También existe la opción de crear grupos de amigos, y definir quienes ingresarán a sus álbumes. En Twitter: clickee en "Settings" y selecciones "Protect my tweets"; así sólo sus seguidores tendrán acceso a sus tweets, y cuando un nuevo seguidor le ingrese un "Follow", usted tendrá la opción de aceptarlo o no. Normas que es bueno recordar: -Evite publicar informaciones como números de teléfono, dirección o lugar de estudio; -Proteja sus datos financieros como números de cuenta, de tarjeta de crédito o claves; -Nunca publique sus números de identidad u otras credenciales; -Las redes sociales son vitrinas en el cyberespacio: amigos, colegas, policías y delincuentes podrán leer lo que usted posteó; -No se haga el distraído: si conoce un caso de acoso en la web, denúncielo a un adulto de confianza; -Si usted usa las salas de chat, use apodos que no revelen ninguna información personal; -Es aconsejable que las computadoras estén en áreas de acceso común de la casa; -No abra cualquier mail o archivo que le aparezca enfrente. Sea cauto si no conoce al remitente.