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  Por el libro

9 de marzo de 2010

El Nuevo Herald

Michael Keigans está ``bajo el agua' en su hipoteca, pues debe $80,000 más de lo que vale su casa de Deerfield Beach. Keigans cree que le tomaría una o dos décadas recuperar el valor perdido, de modo que está tentado a dejarla ir, aunque tiene el dinero para pagarla. ``¿Para qué invertir dinero en una casa cuyo valor está bajando?', dice.

Es una pregunta discutida en muchas familias de todo el país mientras la crisis del mercado de la vivienda continúa. Algunos prestatarios consideran que su obligación moral es pagar la hipoteca, pero un creciente número de propietarios y de defensores de los consumidores asegura que dejarla ir podría ser una buena decisión.

Los propietarios tienen que sopesar varias consecuencias prácticas de la llamada mora estratégica. Se arriesgan a que el prestamista los demande por hasta 20 años de hipoteca no pagada. Su crédito recibirá un duro golpe, lo cual les hará difícil conseguir una tarjeta de crédito o comprar un carro. Y el bajo puntaje de crédito podría afectar conseguir empleo en el futuro y hacer que le suba el seguro de sus carros.

Algunos que no han podido llegar a un acuerdo con los prestamistas están dispuestos a encarar esas consecuencias con tal de salir de hipotecas que se han vuelto una carga.

Más de la mitad de los dueños de hipotecas residenciales en Broward están bajo el agua, dijo la semana pasada First American CoreLogic, de California. En Palm Beach, casi la mitad de los propietarios tienen valor acumulado negativo.

Los dueños que están ahora bajo el agua han visto hundirse el valor de sus viviendas luego de pagar precios máximos entre el 2004 y el 2006. Muchos de ellos compraron con hipotecas de tasa ajustable, sin pago inicial o con un pago inicial pequeño. Una gran cantidad de ellos también refinanció las viviendas más adelante.

La firma de servicios globales de información Experian y la asesora Oliver Wyman estimaron que 588,000 prestatarios en todo el país decidieron abandonar sus hipotecas en el 2008, 128% más que en el 2007. El tabú de abandonar viviendas parece disolverse disolviendo en medio de la crisis de la hipoteca, según el informe.

Los que se van y dejan que sus casas caigan en ejecución hipotecaria pueden esperar que su puntaje de crédito baje entre 200 y 300, dijo Shari Olefson, abogada de Fort Lauderdale. Las ejecuciones hipotecarias permanecen en el historial de crédito de los prestatarios durante 10 años, y ellos no podrán conseguir otra hipoteca en por lo menos dos o tres años, dijo.

``Deberíamos animar a la gente a cumplir con sus obligaciones', dijo Olefson, autora de Foreclosure Nation, un libro sobre la crisis de la vivienda. ``Es lo correcto. Deberíamos dar un buen ejemplo a nuestros hijos'.

Pero a veces eso carece de sentido financiero, dijo Brent White, profesor de Leyes de la Universidad de Arizona que escribió en diciembre una monografía sobre prestatarios bajo el agua.

White sostiene que la mayoría de los propietarios bajo el agua pagan para evitar el estigma del embargo por la ``exagerada ansiedad a causa de las supuestas consecuencias de la ejecución hipotecaria'. Los prestatarios que tienen buen crédito antes de abandonar sus hipotecas pueden recuperarlo en un plazo de dos años después de la ejecución hipotecaria, escribió White.

Los propietarios deben decidir lo que más les convenga--afirmó--, sin preocuparse por ``vergüenza y culpa y miedo innecesarios'. Prestamistas y otros negocios rompen contratos sin consideración alguna a la moral o la ética, dijo White.

Señaló que Morgan Stanley anunció en diciembre planes de devolver a su prestamista cinco edificios de oficinas en San Francisco para quitarse de encima la obligación del préstamo.

``Existe un doble estándar', dijo. ``Eso es indefendible'.


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