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  Por el libro

22 de febrero de 2010

El Nuevo Herald

Hay que reconocer algo sobre los ladrones, atracadores de bancos y drogadictos en la cárcel del condado en las afueras de Cayo Hueso: saben sacarle provecho a su tiempo.Los detenidos han convertido el Servicio de Rentas Internas (IRS) en su cajero automático particular, presentando casi $1 millón en reembolsos fraudulentos.

Antes de descubrirse la estafa habían cobrado más de $100,000 para ellos, familiares y amigos, dijeron autoridades policiales. Era dinero fácil.

"Me asombró que los reclusos pudieran robar con tanta facilidad y descaro al IRS y no ser encausados, aunque presentaran los casos en bandeja de plata', comentó Rick Roth, ex jefe de la Policía del Condado Monroe, quien añadió que las autoridades federales se habían demorado mucho en encausar a los delincuentes.

Este mes, casi tres años después de concluir la investigación local, se presentaron las pruebas ante un jurado de instrucción de Miami, afirmó Jonathan Ellsworth, el principal investigador del caso. Los encausamientos pudieran ocurrir esta semana.

Unos 50 reclusos de la cárcel cerca de Cayo Hueso participaron en la estafa, en que usaban un formulario del IRS para reclamar falsos reembolsos, indicó Ellsworth, quien se retiró el mes pasado.

Las pruebas incluyen una conversación telefónica grabada en la cárcel que implica a uno de los organizadores, Shawn Clarke, quien según Ellsworth dijo: "He terminado con los delitos callejeros. Desde ahora en adelante trabajo estrictamente de cuello blanco. Me encanta el IRS'.

El fraude era sencillo.

Los reclusos del Centro de Detención de Stock Island, sus amigos y familiares presentaban formularios 1040EZ con el formulario 4852, que es un sustituto de la W-2 cuando los empleadores no las entregan. Los sospechosos usaban nombres de negocios falsos o desaparecidos e inventaban cifras de impuestos retenidos, que frecuentemente decían haber ganado cuando ya estaban en prisión. Muchas de la reclamaciones se pagaron sin verificarse.

En la mayoría de los casos los reembolsos solicitados eran de unos $5,000.

"Algunos inclusive llenaron declaraciones correspondientes a años anteriores, aunque nunca habían declarado impuestos en toda su vida', dijo Ellsworth.

El plan comenzó a desbaratarse en diciembre del 2006, cuando se descubrieron documentos comprometedores en la celda de un recluso.

Posteriormente, la Policía de Cayo Hueso recibió una llamada del funcionario de un banco que sospechaba de ciertos poderes legales presentados por alguien que estaba tratando de cobrar un cheque de reembolso de unos $5,000. El nombre del cheque era el de un recluso de Stock Island.

Eso provocó una investigación el FBI y otras entidades policiales.

"Alguien consiguió un informante y pronto quedó en claro que había una enorme estafa dirigida desde la prisión', explicó Ellsworth.

Los investigadores descubrieron que muchos cheques de reembolso del IRS se enviaban directamente a la cárcel, con una capacidad para unos 600 reclusos, hombres y mujeres. El dinero se pasaba a los familiares o se depositaba directamente en las cuentas de los reclusos.

"Estaban comiendo muy bien a costa de los contribuyentes', dijo Roth.

Y no sólo era comida. En la comisaría se puede comprar de todo, desde dentaduras postizas hasta barajas. Lo más caro que se vende allí son unos zapatos de cuero de $$34.14.


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