20 de enero de 2010
Primera Hora
Washington.- Justo cuando millones de jóvenes se disponen a usar camas bronceadoras como preparación a las actividades estivales, la Administración de Alimentos y Medicinas de Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés) debatirá la forma de endurecer las advertencias sobre los peligros que esos artefactos plantean para la piel, como el riesgo de contraer cáncer epidérmico. Mientras se sabe que las quemaduras de Sol son especialmente peligrosas, hay un creciente consenso científico de que tampoco existe un bronceado seguro. Fue una advertencia a la que Katie Donnar, de 18 años, no prestó atención alguna hasta hace un año, cuando se preparaba para el concurso de belleza de Miss Indiana y descubrió una lesión cutánea en una pierna: un melanoma en sus primeras etapas, la forma más peligrosa de cáncer de piel. Donnar no puede demostrar que la causa fueron las camas bronceadoras, aunque comenzó a usarlas cuando era adolescente: las utilizó un día sí y otro no en la escuela secundaria y hasta llegó a comprarse una. Todo eso se acabó. "Parecía un mito que corriera peligro" alguno, comentó Donnar, a quien le detectaron el melanoma antes de que se extendiera. "La etiqueta de advertencia era tan pequeña que nada me hizo pensar ’esto es verdad"’, comentó en referencia a una cama bronceadora. La división oncológica de la Organización Mundial de la Salud consideró el año pasado a las camas bronceadoras como causantes de cáncer, junto con la radiación ultravioleta que emiten esos aparatos y el Sol. Han sido consideradas desde hace tiempo "probables" carcinogénicos, pero el punto decisivo fue un análisis de los numerosos estudios según los cuales el riesgo de sufrir un melanoma aumentó un 75% en las personas que usaron camas bronceadoras cuando eran adolescentes o tuvieron veintitantos años. Luego vino la FDA, que considera desde hace tiempo las camas bronceadoras "utensilios de primera clase", una categoría de implementos médicos que incluyen los vendajes. Las camas bronceadoras tienen algunas advertencias sobre su relación con el cáncer, pero la FDA decidió recientemente que esas advertencias no eran suficientemente destacadas para los consumidores y no ilustran plenamente su riesgo, especialmente entre los jóvenes. En marzo, los asesores científicos de la FDA iniciaron una serie de audiencias públicas para endurecer las normas de los salones de camas bronceadoras, redoblando además las advertencia de su peligrosidad. "No recomendamos su uso, pero sabemos que la gente las usa, así que deseamos hacerlas lo más inocuas posible", dijo Sharon Miller, especialista de la FDA en radiación ultravioleta. La Asociación de Bronceado en Interiores se ha opuesto a un proyecto de ley que cobrará un impuesto especial a esos salones para costear la reforma del seguro médico que analiza el Congreso.