9 de diciembre de 2009
El Nuevo Dia
Ann Arbor, Michigan - Cuando los hombres y las mujeres van a Kmart o WalMart las diferencias de sexo en las estrategias de compra se iluminan como los grandes letreros de liquidación especial, y la explicación se puede encontrar en la evolución, de acuerdo con un estudio de la Universidad de Michigan (UM). Daniel Kruger, docente investigador en la Escuela de Salud Pública de la UM, dice que es perfectamente natural que tantos hombres no puedan distinguir una media verde de una marrón, o que una cantidad igual de mujeres no puedan decir si la zapatería está al norte o al oeste de la escalera mecánica. Desde una perspectiva de evolución todo se remonta a las destrezas que las mujeres usan para la recolección de plantas alimenticias y las que los hombres usan para cazar carne, según Kruger. El contraste emerge debido a las diferentes estrategias para la caza y la recolección usadas durante la evolución humana. Las estrategias específicas de sexo pueden verse también en el moderno ambiente de los consumidores, según un nuevo estudio de Kruger, "Psicología evolucionada en la búsqueda de alimentos que subyace en las diferencias de sexo en las experiencias y comportamientos de compra en los comercios", que se publicará este mes en la revista Journal of Social, Evolutionary and Cultural Psychology. El estudio examina las compras en el mercado de la psicología evolutiva para comprender por qué son tantas las mujeres que disfrutan un día revisando y eligiendo entre estanterías de ropas con sus amigas mientras que la mayoría de los hombres trata de irse del centro comercial lo más rápido posible. "Tenemos pruebas de que el tipo de destrezas, habilidades y comportamientos que son importantes para la casa y la recolección en las sociedades que viven actualmente de la caza y la recolección emergen de forma previsible en nuestro ambiente de consumo moderno", dijo Kruger, quien decidió conducir el estudio después de un viaje de vacaciones invernales con amistades en Europa. Después que exploraron pequeñas aldeas adormecidas y llegaron a Praga los primeros que las mujeres quisieron hacer fue ir de compras, señaló Kruger, y los hombres no podían entenderlo. "Pero eso no es tan irracional si uno considera una estrategia de recolección. En cualquier momento que se llega a una nueva área uno quiere revisar el paisaje para determinar dónde están las áreas con comida", añadió Kruger. Sostuvo que la recolección de plantas y hongos comestibles, tradicionalmente la realizan las mujeres. "En términos modernos imagínese que llena una canasta seleccionando un artículo por vez. En las sociedades recolectoras las mujeres retornan a las mismas áreas que antes proveyeron cosechas exitosas, y habitualmente permanecen cerca del hogar y usan para guiarse puntos de referencia. La recolección es una actividad cotidiana, que a menudo se lleva a cabo en grupos y puede incluir a los niños si es necesario", comentó. El investigador en la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Michigan señaló que mientras hacen la recolección, las mujeres son muy atentas a la elección del color, la textura y el aroma apropiados para asegurarse de la calidad y buena condición de la comida. Kruger dijo que en términos modernos, por ejemplo, es probable que las mujeres sepan cuando un tipo específico de artículo saldrá a la venta mucho más que los hombres y también pasan mucho más tiempo eligiendo la tela, el color y la textura perfecta. Por su parte, los hombres a menudo tienen un artículo específico en mente y quieren ir a la tienda, conseguirlo y marcharse.