5 de noviembre de 2009
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Las gaseosas light llegaron al mercado como un aliento a los amantes de esas bebidas que querían disfrutarlas sin atiborrarse de azúcar. Hay diversos sabores de refrescos cuyo argumento es que no tienen azúcar, con lo cual sugieren que su consumo implica un mínimo riesgo para la dieta. Las denominaciones zero, light o diet también pueden ser confusas, por eso quienes eligen tomar esas bebidas no saben que corren riesgos consumiendo dosis excesivas. ¿Será que realmente las gaseosas dietéticas son inocuas para la salud y ayudan a mantener el peso? La verdad es que no: incluso en sus versiones menos calóricas, las gaseosas dietéticas se convierten en una amenaza cuando el objetivo es derrumbar la aguja de la balanza, o cuando se aspira a tener una alimentación saludable. Para ayudarte a entender como actúan en el organismo, Mi Vida conversó con la nutricionista Daniella Camargo, quien señala los principales inconvenientes de los refrescos burbujeantes, y también por qué es ideal sustituirlos por jugos naturales. Gaseosas como acompañantes de las comidas Para nadie es novedad que beber líquidos con las comidas sabotea cualquier régimen de adelgazamiento. Pero según Camargo si el líquido es una gaseosa el peligro aumenta. "La ingestión de bebidas gaseosas dilata el estómago dificultando la digestión y haciendo que la sensación de hambre reaparezca en pocos minutos", advierte. A menor sensación de saciedad aumenta la ingestión de alimentos. "Inmediatamente después del almuerzo ya estamos muriéndonos de hambre, ya que no quedamos satisfechos con la comida sino con la impresión de estómago lleno que nos da la bebida con gas", explica. "A ese paso, abusamos de las meriendas entre comidas y terminamos comiendo más en la comida siguiente". Para quienes, sin embargo, resulta imposible comer sin acompañar los alimentos con una bebida, la nutricionista da una opción. "Lo ideal es optar por un jugo natural, preferiblemente cítrico, porque ayuda a la absorción del hierro que se encuentra en las verduras, legumbres y carnes, o ingerir aguas, que no tiene calorías", sugiere Camargo, aunque advierte que lo ideal es no beber nada cuando se come. ¿Zero, diet o light? Los problemas de los refrescos diet, light o zero están relacionados con el aumento del consumo de sodio. De acuerdo con la nutricionista, el sodio es peligroso para la dieta y para la salud. "Los refrescos zero, diet o light no deben ser de libre consumo durante un régimen de adelgazamiento, porque cuando se disminuye la cantidad de azúcar en esas bebidas, se aumenta la cantidad de sodio para compensar al paladar", explica. "El exceso de sodio retiene líquido, lo cual aumenta el peso y puede generar problemas para la salud del hígado y riñones, por ejemplo". La especialista explica que una dosis de gaseosa con azúcar tiene, en promedio, 10 miligramos de sodio; en cambio, la opción light tiene entre 28 y 39 miligramos en una porción de, digamos, un vaso mediano. "La dosis diaria de sodio recomendada para una persona sana es de 1,5 gramos de sodio, y mucho menos si la persona es hipertensa", explica Camargo. Sólo en ocasiones especiales Según la nutricionista, el verdadero problema es que las personas exageran la dosis y empiezan a tomar gaseosas todo el tiempo. "Tomar un vaso de refresco gasificado en un cumpleaños, por ejemplo, no es el fin del mundo. El problema lo tienen quienes se beben tres o más vasos de gaseosa por día; allí es que aparecen los riesgos y los problemas". A continuación las recetas de los suculentos jugos que la nutricionista Daniella Camargo propone para sustituir a las gaseosas: Jugo de remolacha con pepino Ingredientes: ½ remolacha mediana, ½ pepino pequeño, 250 ml. de agua mineral y sal al gusto Preparación: Mezcle los ingredientes en la licuadora, y sirva como aperitivo con hielo y ramitas de perejil. (Rinde una porción; 56 calorías por porción) Té verde con manzana y menta Ingredientes: 300 ml de agua hirviendo, 1 saquito de té verde, 4 ramitas de menta fresca, 100 ml de jugo de manzana sin azúcar y 1 cucharada de jugo de limón. Preparación: Ponga el saquito de té en el agua hervida y agregue 2 ramitas de menta. Deje enfriar y agregue los jugos de manzana y limón. Refrigere y después sirva con ramitas frescas de menta. (Rinde una porcíón. Cada porción tiene 53 calorías) Jugo de sandía con jengibre Ingredientes: 1 vaso mediano de trozos de sandía, una cucharada de jengibre cortadito y 250 ml. de agua Preparación: Pele y corte el jengibre en pedacitos muy chicos; coloque los trozos de sandía, el agua y el jengible en la licuadora; pase el jugo por un colador, refirgere y sirva. (Rinde una porción; 50 calorías por porción).